TradeSport 195 - Enero 2012

Hemos cerrado una etapa navideña más triste de lo habitual, en la que, incluso, se ha producido un descenso de asistencia a los centros comerciales, y nos enfrentamos a un nuevo año en el que las previsiones no son halagüeñas -en especial para el primer semestre-, ni en lo que respecta a datos macroeconómicos ni en la reducción de la tasa de paro. El período navideño nos ha traído también un nuevo gobierno, así como la vuelta de la palabra deporte a una cartera ministerial, lo que debería ser una buena noticia para el sector. Sin embargo, el nuevo gobierno ha llegado con una nueva receta económica bajo el brazo, que vuelve a provocar la reducción de la capacidad adquisitiva de las familias, sin duda una mala noticia para el comercio en general, que no ve el momento de comenzar a remontar las ventas. En definitiva, abordamos un nuevo año con la certeza de que volverá a ser complicado, a pesar de que se celebrarán los Juegos Olímpicos de Londres, viviremos una nueva Eurocopa de futbol, y de que la práctica deportiva sigue creciendo, tal y como indican los últimos datos y estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y el Consejo Superior de Deportes (CSD). A las complicaciones derivadas de la coyuntura económica, en nuestro caso se añaden otras que pueden poner en jaque al sector en este 2012. La más importante de éstas quizá sea la absoluta desunión del sector y la ausencia de voluntad para trabajar unidos, para configurar un lobby sectorial que defienda los intereses de la distribución deportiva y, sobre todo, que trabaje para fomentar la práctica deportiva, aspecto fundamental para combatir nuestra inferior tasa de práctica deportiva en comparación con nuestros socios europeos y, sobre todo, para poner remedio a la altísima tasa de obesidad infantil -que se está convirtiendo en un problema grave especialmente por los recursos que habrá que emplear para atender las consecuencias sanitarias-. En esta tarea todo el sector es necesario. Evidentemente son las marcas, auténticas locomotoras del sector, las que deberían empujar, pero no podemos olvidar que las tiendas son el gran núcleo del sector, las que mantienen el contacto con el cliente y, por lo tanto, las que deberían tomar conciencia de la necesidad de trabajar unidos y hacer sector. También deben jugar un papel importante las centrales de compra, instrumentos esenciales del sector que han demostrado su capacidad en aspectos comerciales pero también su incapacidad para actuar como lobby del sector deportivo. Y por último, los medios especializados del sector, auténtica correa de transmisión del mismo y que pueden –y deben- aportar conocimiento, difusión y profundidad. Si fuéramos capaces de unir un número significativo de voluntades –aunque fuera un pequeño núcleo- y se desarrollara un grupo de trabajo en función de unos objetivos iniciales, estoy seguro de que pronto comenzarían a producirse resultados que serían beneficiosos para todo el sector. Y también estoy convencido de que éste respondería participando, más aun cuando el entorno se muestra tan complicado y las posibilidades de atravesar dificultades son tan evidentes. Una entidad de este tipo resulta absolutamente necesaria y debería adquirir representatividad ante las administraciones. Si no, seguiremos ocupando el lugar de los desheredados en cualquier acción desarrollada por las administraciones. Deberíamos preguntarnos por qué si empresas tan grandes como El Corte Inglés, Mediamarkt, Ikea o Alcampo se agrupan en asociaciones como ANGED; si los centros comerciales se agrupan en asociaciones como AECC; o si existe la Asociación Española de Banca, de la que forman parte el Santander y el BBVA,… nuestro sector permanece impasible ante la desunión y la falta de representatividad. ¿Hasta cuándo el sector de la distribución deportiva puede vivir al margen de esta circunstancia? En esta tribuna he repetido en múltiples ocasiones las oportunidades que el sector está dejando pasar, fruto de su individualismo y de la sensación de ajenidad que muchos empresarios de la distribución deportiva tienen para con el sector. Evidentemente, hay voluntades y egos que no serán fácilmente modificables, pero me niego a pensar que entre los miles de marcas, distribuidores, centrales, tiendas y medios no seamos capaces de generar un núcleo que eche a rodar una entidad cuya necesidad en nuestro sector está fuera de toda duda. Desde aquí hago un llamamiento a los principales players del sector, ya sean marcas, distribuidores, centrales de compra, tiendas o medios especializados para que reflexionen sobre esta circunstancia, así como provocar un acercamiento para resolver el individualismo exacerbado del sector que tanto está restando al conjunto. Éste es mi buen propósito para 2012. Y espero que no quede junto al de muchos españoles que se han propuesto empezar a practicar deporte. A las complicaciones derivadas de la coyuntura económica, en nuestro caso se añaden otras que pueden poner en jaque al sector en este 2012. La más importante de éstas quizá sea la ausencia de voluntad para trabajar unidos Un buen propósito para 2012 ARTÍCULO DEL MES Carlos Grande Secretario general de ANDAD TS 24 Si fuéramos capaces de unir un número significativo de voluntades –aunque fuera un pequeño núcleo- y se desarrollara un grupo de trabajo en función de unos objetivos iniciales, estoy seguro de que pronto comenzarían a producirse resultados que serían beneficiosos para todo el sector.

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