TradeSport 194 - Diciembre 2011

ESPECIAL EQUIPACIONES 70 TS das marcas extranjeras, las equipaciones han sido, siempre, un segmento muy “zonal”. La proximidad es clave para poder dar un buen servicio, y para consolidarse en este universo, además de tener un buen producto en calidad y precio, y un excelente servicio (rotación, entrega…) hay que tener un contacto permanente y estrecho con los clubes y colectivos, y en este sentido la proximidad se convierte en el gran valor añadido de cualquier marca. No es extraño, entonces, que en cada zona haya una marca que, tradicionalmente, controle su mercado. Pasa en Valencia con Luanvi, en Andalucía con Joma , en Euskadi con Astore, en Huelva con Cejudo y en Catalunya con Efa o Elements, por poner algunos ejemplos. La proximidad, como hemos dicho, es determinante, y estas marcas especializadas tienen mucho más margen de maniobra –y mejores precios- que las dos multinacionales. Algunas, incluso, tienen la suficiente fuerza de marca como para extender su “espacio vital” más allá de su territorio y se han posicionado con fuerza a nivel nacional (Joma, Luanvi, John Smith…). UN FUTURO COMPLEJO La crisis ha sido un aliado para muchos deportes. Puede que, incluso, para el fútbol a nivel global. Pero para el mundo de las equipaciones ha sido un duro contratiempo. La llegada de determinadas marcas fue el primer detonante para que estallase una fuerte guerra de precios, y la crisis no ha hecho más que avivar el fuego. Los clubes y las escuelas están recortando gastos, y cuando a su puerta se presentan marcas que ofrecen packs a con precios que revientan el mercado, no dudan demasiado en aceptar sus ofertas. Tal y como están las cosas, para muchos colectivos el precio está por encima de la calidad (no queremos decir con ello que la calidad de determinadas marcas no sea la adecuada, pero sí es cierto que algunos modelos de gestión no pueden garantizar, por su idiosincrasia, determinados servicios, y eso, a la larga, puede ser un problema para la marca y, sobre todo, para el club). Además, el segmento de las equipaciones es uno de los menos marquistas del sector y eso, obviamente, pone al precio en el punto de mira. Si el logo que hay en el pecho no importa, lo que prevalece es el precio. También el servicio, es cierto, pero sin el poder de la marca y sin una firme apuesta por la calidad, lo que se prioriza es el precio. Esta realidad dará cierto protagonismo a quienes venden directamente a los clubes. Y las tiendas tienen que entender que esto no cambiará salvo que, marcas y tiendas, unan fuerzas para hacer ver a los clubes las ventajas del modelo tradicional. Si unos y otros no potencian ese valor añadido, seguirán perdiendo cuota. El problema, quizás, es que las tiendas tienen excesivo temor a que tarde o temprano las marcas terminen vendiendo directamente. Y puede que ese temor esté justificado… Lo más probable, nos guste o no, es que cada vez haya menos marcas que respeten el canal tienda. Las marcas tienen que dar mejores servicios y, aunque a muchos les pese, mejores precios -es la ley de la oferta y la demanda-, pero también las tiendas deben dar un paso al frente y ofrecer sus servicios a los clubes. Es algo que se valora mucho y que, sin duda, puede ser determinante a la hora de elegir una u otra opción... y poner freno a la venta directa a clubes. En cuanto a las multinacionales, lo más probable es que aprieten. Y mucho. Es un tema de visibilidad. Venden muchas réplicas, son líderes indiscutibles en los campos profesionales, pero en los terrenos amateurs, en las liguillas, que es donde se suma volumen, apenas tienen presencia. Han dejado escapar muchas oportunidades en este segmento y tal y como están las cosas, no van a dejarlas pasar. Otro tema es si pueden estar a la altura en determinados aspectos, sobre todo en precio y servicio. La marca la tienen, pero a estas alturas, desbancar a según qué líderes es muy complicado. Por último, también habrá que estar muy atentos a como se comportan los operadores que hacen sus propias equipaciones (y no nos referimos únicamente a Decathlon, que de momento “sólo” viste a algunos grupos de amigos que juegan pachangas) y, también, a la evolución de la venta por Internet, sobre todo entre los equipos amateurs. Con unos y otros en juego, la guerra continuará sin tregua. El segmento de las equipaciones es uno de los menos marquistas del sector y eso, obviamente, pone al precio en el punto de mira. Si el logo que hay en el pecho no importa, lo que prevalece es el precio. También el servicio, es cierto, pero sin el poder de la marca y sin una firme apuesta por la calidad, siempre acaba ganando el que da más (prendas) por menos. Hasta hace poco las dos grandes del fútbol no tenían apenas cuota en equipaciones. Se limitaban a luchar entre ellas en botas y réplicas. Ahora se han dado cuenta de que, a nivel de imagen -y por volumen-, hay que tener presencia en esta categoría

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