EDITORIAL Cuando apenas faltan unos días para cerrar este complicado 2011, para muchas marcas es el momento, no sólo para hacer balance de cómo ha ido el año, sino, sobre todo, de comenzar a preparar las estrategias para un 2012 que se presenta –a priori- muy duro. De este año que cerramos, insistir en lo que hemos dicho en anteriores editoriales y en los artículos que a lo largo del año hemos publicado en esta revista: no ha sido un año fácil, pero el deporte ha podido esquivar con cierta solvencia la crisis. No hemos podido evitar los daños colaterales de la profunda recesión económica que vive España, pero este contexto no nos ha frenado como a muchos otros sectores. La práctica deportiva ha crecido –seguramente “gracias” a la crisis-, algunas modalidades como el running, el triatlón o el bike han acabado de explotar, se han abierto muchas tiendas – la mayoría especialistas- y las marcas no se han escondido en ningún momento a la hora de innovar y buscar soluciones para salvar la situación. Es cierto que los márgenes y los beneficios han caído, pero no por causas directas del sector, sino por la situación coyuntural que estamos viviendo. El sector ha sabido sobrevivir a un entorno muy hostil, sin cierres destacables ni en la distribución ni entre los fabricantes. Y eso es tan significativo como decir que la base estaba muy sólida. La duda, ahora, es saber cómo afrontaremos este 2012. Los efectos colaterales de la crisis son cada vez más duros. Las bombas estallan mucho más cerca y viendo que la situación económica difícilmente cambiará en este año, es probable que la metralla pueda alcanzar a más de un operador. A nuestro favor tenemos que es un año de Mundial y, también, de Juegos Olímpicos, y eso, tradicionalmente, es un plus para el sector. Aun así, no es muy difícil prever que nos espera un año muy complicado, y en un contexto como el que nos viene, es fundamental seguir adelante sin escondernos. Es el momento de que los principales interlocutores del sector lideren el mercado. Hay dos tipos de líderes de mercado: los que lo son, y los que, además de serlo, ejercen. El sector necesita, más que nunca, a las marcas líderes, a las cadenas y grupos líderes y, también, a la prensa sectorial. Y todos juntos en una asociación que dé fortaleza al sector. Un lobby sectorial. Hay que dejar de lado el individualismo si queremos tener voz y voto en los principales organismos oficiales que están directa -o indirectamente- vinculados con el deporte. Y sin representatividad no lo conseguiremos. Ni tampoco conseguiremos desarrollar estrategias para fomentar la práctica, para reforzar el sell-out, y sobre todo, para potenciar, defender o atacar temas tan importantes como el deporte como cultura, el IVA reducido, las guerras de precios, las rebajas, las posiciones dominantes de mercado, la implementación de estándares, las nuevas tecnologías, las ferias, y un largo etcétera. Este nuevo rol sólo puede conseguirse si los profesionales que hoy lideran el mercado tienen voluntad para aunar esfuerzos. ¿Quién tirará del carro…del sector? Jaume Ferrer DIRECTOR jferrer@tradesport.com AYUDANOS CON TUS SUGERENCIAS: tradesport@tradesport.com ¿Dónde está mi carro? O P I N I Ó N TRADE 190 ESPECIAL OUTDOOR TRADE 191 ESPECIAL BIKE TRADE 192 ESPECIAL CALZADO TRADE 192 ESPECIAL OUTDOOR DESDE EL AÑO1993 SPORT PANEL EDITA MENSUALMENTE TRADESPORT, LA PRIMERA PUBLICACIÓN DEL SECTOR DEPORTIVO. TRAS MÁS DE 18 AÑOS DE HISTORIA, Y CON LA MISMA INDEPENDENCIA CON LA QUE SE FUNDÓ, TRADESPORT SE HA CONSOLIDADO COMO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN IMPRESCINDIBLE PARA AQUELLOS QUE QUIERAN CONOCER LA EVOLUCIÓN DEL SECTOR. TS 5 La innovación es, para cualquier empresa y, especialmente, para cualquier marca deportiva (sobre todo las vinculadas al plano más técnico) una necesidad. Una obligación. Las marcas lo saben y año tras año aumentan sus partidas en I+D. El mercado es cada vez más competitivo, con más marcas y, sobre todo, con menos ventas. Y para muchas marcas la mejor –y única- opción para llegar al consumidor pasa por la innovación. Las grandes multinacionales han perdido fuelle en los últimos años en los segmentos más atléticos –con excepciones- y el auge de determinadas marcas ha constatado que en producto atlético la marca no tiene la fuerza que tenía hace apenas una década. Para los deportistas habituales la Marca ha dejado de ser un argumento de peso a la hora de comprar. Tampoco lo es el precio. Ahora lo que vale es la tecnicidad. Y por ello las marcas vuelcan tantos esfuerzos en innovación. Pero más allá de que hay inversiones e inversiones, y de que algunos sólo las hacen de cara a la galería (y luego, encima, se encargan de, a golpe de talonario, disfrazarlas de revolución), a veces me da la sensación de que muchas marcas no han acabado de entender muy bien que es exactamente la innovación. Dejando de lado que muchas novedades que se presentan como grandes innovaciones hace años que existen, el problema es que con demasiada frecuencia las marcas se obsesionan únicamente en lanzar al mercado algo que no exista, cuando la innovación no tiene que ser, necesariamente, eso. Lanzar una novedad revolucionaria que pueda cambiar el destino de un segmento es, a estas alturas, casi utópico. En producto está casi todo inventado, y en lo “único” que se puede aportar algo nuevo es en tecnología. Y casi siempre se trata, simplemente, de sistemas que evolucionan los anteriores. Y ésa es la clave. Muchos se obcecan en vincular innovación con novedad, cuando en realidad la innovación también está vinculada a la mejora. Innovar no es sólo sacar algo nuevo; también es mejorar lo que ya existe. Para ser el mejor no hace falta ser el primero. Basta con mejorar lo que ha hecho tu “antecesor”. La lista de marcas que han ganado protagonismo porque, simplemente, se han “limitado” a mejorar algo que ya existía es muy extensa. Son marcas que han entendido que innovar no es sólo hacer algo nuevo, sino también ver aquello que, siendo bueno, se puede mejorar. Y hablamos de tecnologías pero, también, de diseños, de estrategias de venta, de 2.0… De todo aquello que, al fin y al cabo, ayude a construir marca y, sobre todo, a llegar al consumidor. Para acabar, dos sentencias de Peter Drucker, uno de los grandes gurús del management: “Algunas veces las estrategias son más importantes que la innovación en sí misma. El problema es que raramente te dejan una segunda oportunidad”; “La prueba de una innovación no es su novedad, ni su contenido científico, ni el ingenio de la idea… es su éxito en el mercado”. Raul Bernat raul@tradesport.com De innovar y mejorar
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