TradeSport 194 - Diciembre 2011

vez que sacan un nuevo modelo con tacos, también lancen una versión multitaco o turf. Y eso, para las marcas, tiene una ventaja respecto a las botas de fútbol 11: por sus características, el calzado turf, como el de fútbol sala, puede “colar” perfectamente como calzado urbano. ¿Conclusión? No hay perspectivas de que el fútbol pierda un ápice de protagonismo. Los niños seguirán jugando a este deporte más que a ningún otro y la “cantera” seguirá siendo sólida. Puede que a nivel de practicantes haya un bache a partir de los 15 o 16 años, con el paso del colegio a la universidad, pero más adelante el fútbol vuelve a ganar protagonismo como deporte-ocio, con las liguillas amateurs en auge y el fútbol 7 ganando cuota –más en practicantes que en ventas-. Las posibilidades de crecer están muy por encima de las ir para atrás. Y eso, sin duda, representa un estimulo para marcas y detallistas. FÚTBOL: BENDITA ESTABILIDAD Hace apenas 4 o 5 años decir que un segmento se mantenía estable no era, precisamente, algo bueno. Lo lógico es que, de un año a otro, se crezca, aunque sea poco, y cuando se impone la estabilidad es probable que también se haya alcanzado la madurez. A día de hoy, sin embargo, la estabilidad es un logro importante. Mantenerse en un contexto como el actual es, casi, una bendición, y si encima se consigue crecer, aunque sea poco, hay que darle las gracias a quien sea. Es cierto, pensarán algunos, que hay deportes que han logrado crecer, y mucho, en este entrono tan complejo, pero como hemos dicho antes, la crisis ha sido su mejor aliado y su crecimiento hay que vincularlo, básicamente, a la nueva dimensión que ha adquirido el wellness y, sobre todo, a la “redirección” del gasto en las actividades de ocio. De todas maneras, con o sin crisis, las cosas apenas cambian desde hace más de una década. Hay altibajos en las ventas, pero las variaciones interanuales son bastante poco significativas. Se suceden años buenos con años no tan buenos, generalmente coincidiendo con Mundiales y Europeos –los buenos, lógicamente- y las cifras de ventas de calzado, por encima del millón desde hace muchos años, suelen ser directamente proporcionales a la evolución de las licencias federativas, cuya evolución no es tan espectacular como la de otras modalidades que se han puesto de moda, como algunos deportes outdoor, el pádel o el golf, pero tal y como están los índices de práctica deportiva, que mantenga una buena progresión, con ligeros crecimientos cada año, ya es bastante significativo –y da una idea muy buena de cómo pueden ir las ventas-. Esta realidad, con un mercado tan fuerte y, a la vez, tan estable, es un terreno propicio para avivar la guerra entre las marcas, especialmente entre las dos grandes multinacionales del sector, líderes absolutos del fútbol. Sus crecimientos, y el de las otras marcas, pasan, irremediablemente, por robar cuota a sus competidores. La guerra más “cruel” la mantienen adidas y Nike entre ellas, y aunque la monopolización del mercado por parte de las dos grandes da poco margen de recorrido a la “competencia”, hay algunas marcas “secundarias”, entre ellas algunas nacionales, que están consiguiendo ganar terreno poco a poco, construyendo su propio espacio y, sobre todo, un público muy fiel. Además, poco tienen que envidiar a las dos grandes en cuanto a calidad y diseño. Su “única” desventaja son sus presupuestos de marketing, a años luz de los de Nike y adidas. Si nos centramos en la venta de la que, sin duda, es la categoría estrella del segmento, las botas, vemos como el de adidas y Nike es aplastante. La alemana sigue su fuerte progresión de los últimos años y en este periodo que estamos analizando, se convierte, otra vez, en la marca líder que más ha crecido, distanciándose un poco más de Nike y afianzando su fuerte liderazgo en esta categoría. Nike, que en esta última década ha multiplicado por dos sus ventas, ve ligeramente frenada su progresión, pero sigue siendo la segunda marca con diferencia. La fuerza de ambas marcas, iconos indiscutibles del fútbol y las que más invierten en este deporte –en todos los aspectos, desde I+D hasta patrocinio- queda patente con la cuota conjunta que tienen, superior al 79% en unidades y al 84% en valor (porcentajes muy superiores a los logrados en los últimos 5 años y síntoma inequívoco de que, con la crisis, el comercio apuesta por estas dos marcas como valor seguro). Si, además, sumamos las cuotas que tienen Reebok y Umbro, propiedad de adidas y Nike respectivamente, la diferencia aún es más significativa El resto del pastel se lo reparten marcas como Joma, Puma, Lotto, Munich, Mizuno o Kelme, que con presupuestos de marketing infinitamente inferiores a los de las marcas Las cifras de ventas son contundentes. Basta con centrarse en la venta de botas: casi 1,9 millones de pares vendidos cada año –entre fútbol y fútbol sala-. A eso hay que sumar las réplicas, las equipaciones y una larga lista de complementos. TS 29

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