Running, outdoor y Bike crecen gracias, en parte, a la crisis económica. Otros pierden fuelle, también, por culpa de la maldita crisis. El fútbol, sin embargo, avanza ajeno a casi todo. Con o sin crisis, este deporte, con diferencia el más practicado en nuestro país –aunque las estadísticas apunten la natación y el running apriete- sigue funcionando pase lo que pase. Es el precio, probablemente, de convertir un deporte en negocio: hay muchos intereses y la maquinaria no puede detenerse. Además de ser el deporte más practicado es, también, el más seguido, el que mueve más dinero y el que levanta más pasiones. Puede que no sea que genera más ventas al comercio deportivo, pero ningún otro deporte tiene la capacidad de parar un país como la tiene el fútbol, ni de llenar más del 70% de las páginas de los periódicos deportivos día sí y día también. El opio del pueblo, que dirían algunos. Derechos de televisión, patrocinios, sueldos de las estrellas y venta de entradas aparte, la venta de material es tiene un peso importante en el espectacular volumen de negocio que genera este deporte. Las cifras de ventas, de las que podrán tener algunas pinceladas más adelante, son contundentes. Basta con centrarse en la venta de botas: casi 1,9 millones de pares vendidos cada año –entre fútbol y fútbol sala-. A eso hay que sumar las réplicas, las equipaciones y una larga lista de complementos. En 2010, último año del que disponemos cifras absolutas, el universo fútbol –fútbol y fútbol sala- concentró más de un 8% del total de las ventas A nivel de practicantes lo lógico es que las cifras, aunque paulatinamente, sigan creciendo. No en vano, en fecha de enero 2011, la Federación Española de Fútbol contaba con 805.000 federados. Esta cifra, que representa una ligera evolución respecto a enero 2010, ya asegura un volumen de ventas importante, máxime teniendo en cuenta que el calzado es específico, pero si además tomamos como referencia algunas estimaciones que señalan que más de 2,5 millones de personas podrían estar jugado a fútbol cada semana –escolares aparte-, parece obvio que estamos ante un segmento fuerte, maduro y con muy pocas posibilidades, por no decir ninguna, de sufrir un batacazo. El fútbol siempre será el fútbol y es prácticamente imposible que las cosas cambien. Hay, como hemos dicho, demasiados intereses, y ni siquiera la fuerza que han ganado algunos deportes individuales podrá poner en jaque al deporte Rey. Puede que, ahora, algunos niños quieran ser Gasol, Alonso o Nadal, pero la mayoría siguen queriendo ser Messi, Xavi, Ronaldo o Iniesta. La cantera no peligra ni a corto, ni a medio ni a muy largo plazo. Es cierto que hay una franja de edad, cuando los jóvenes acaban su etapa escolar, en la que el fútbol pierde mucho fuelle, especialmente en la venta de botas, pero siempre ha sido así y las cosas han seguido su curso natural. Además, hay que tener en cuenta el peso que han adquirido modalidades como el fútbol sala, con identidad propia dentro del segmento- o el fútbol 7. El primero tuvo un crecimiento espectacular a finales de los 90 y se ha estabilizado desde entonces, pero sigue concentrando un porcentaje muy importante de las ventas del segmento pese a que su presencia mediática sigue siendo baja; el segundo, también tuvo su momento y fue clave para dinamizar el mercado en un momento concreto. Fue una nueva vía de negocio para las marcas, sobre todo desde el momento en que las liguillas amateurs se consolidaron (captando al público que, en su día, dejó de jugar a fútbol). Su peso en el mundo del fútbol es lo suficientemente importante como para que las grandes marcas apuesten por ello y cada El fútbol es, seguramente, el deporte más estable del sector. No tiene grandes repuntes, pero las posibilidades de que las ventas caigan en picado son nulas. Ni siquiera la crisis ha supuesto un freno para el segmento. La cifra de licencias y el número de practicantes amateurs son una garantía. El fútbol avanza ajeno a este contexto económico. Por suerte... ESPECIAL FÚTBOL TS 28 El fútbol mantiene su estatus
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