TradeSport 193 - Noviembre 2011

En la sociedad actual, saturada de acciones publicitarias, la clave para que el comercio pueda captar la atención del cliente pasa, en gran medida, por ofrecerle una imagen que le sorprenda. En apenas 10 segundos cualquier transeúnte pasa por delante de un escaparate, y si en esos segundos no somos capaces de seducirlo y atraerlo, habremos perdido un cliente. El estado actual del sector deportivo (y del mercado en general) está marcado por la fuerte competencia y por una creciente homogeneización de la oferta. El contexto obliga a diferenciarse, y para ello la estética hace tiempo que se ha convertido en uno de los principales valores añadidos para atraer y fidelizar al consumidor. El llamado Visual Merchandising tiene, a día de hoy, la clave para destacar en un entorno tan competitivo. La clave para que un consumidor cada vez más reflexivo entre en nuestra tienda y compre. Hace apenas 15 años muchas tiendas no tenían que hacer ningún esfuerzo para vender, pero ahora las cosas han cambiado. Hay mucha más competencia entre tiendas, las marcas están abriendo sus propios puntos de venta –en parte, también, porque creen que en muchas tiendas su producto no está bien expuesto- y el consumidor es más reflexivo y exigente con lo que compra y, sobre todo, donde lo compra. Las tiendas caóticas, sin ningún atractivo estético y que basan su “reclamo” en la marca o en el precio, tienen los días contados, por mucha crisis que haya. Un mercado tan competitivo y tan homogéneo exige una diferenciación en oferta y, sobre todo, en imagen. UNA IMAGEN VALE MÁS QUE MIL PALABRAS La homogeneización de la oferta y la concentración de marcas ha conllevado que muchas tiendas tengan una oferta excesivamente parecida y que, con precios similares, los argumentos de diferenciación se tengan que limitar a una gestión eficaz de la información sobre los clientes -captación, fidelización...- y, sobre todo, a una apuesta firme por una estética capaz de presentar la oferta de una manera suficientemente llamativa como para que el cliente elija esa tienda y no otra para comprar el artículo que quiere. El Visual Merchandising es, al fin y al cabo, el último eslabón estratégico de una cadena orientada a vender. La cadena ha cambiado y, también, ha cambiado la manera de vender. Los comercios de mañana tenderán a sustituir la argumentación verbal por la visual. Un buen plan de "merchandising" permite que el propio producto se presente y ofrezca mejor al cliente. Se puede afirmar, que el "merchandising" sirve para vender más y mejor de forma directa. Al Atacar a las emociones ESPECIAL MERCHANDISING La homogeneización de la oferta y la concentración de marcas ha conllevado que muchas tiendas tengan una oferta excesivamente parecida y que, con precios similares, los argumentos de diferenciación se tengan que limitar a una gestión eficaz de la información sobre los clientes -captación, fidelización...- y, sobre todo, a una apuesta firme por una estética capaz de presentar la oferta de una manera suficientemente llamativa como para que el cliente elija esa tienda y no otra para comprar el artículo que quiere.

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