TS 27 falta para juntarlas. Un proceso artesanal, cuidado y que da como resultado modelos ultrafuncionales que garantizan calidad, seguridad y confort. Una de las conclusiones más significativas que uno saca cuando descubre un proceso de estas características es que el precio de este tipo de calzado está más que justificado. Y seguramente si fuera superior, también lo estaría. Y no sólo porque los materiales utilizados son, siempre, de máxima calidad, sino, sobre todo, por el elaborado –y artesanal, insistimos- proceso de fabricación, con más de 30 técnicos trabajando para garantizar que cada uno de los pares que salen de la fábrica ofrezca máxima calidad. Los periodistas, como hemos dicho, pudimos participar en algunas partes de este proceso y comprobar, con ello, como se cuida cada detalle y como todos los pasos se hacen bajo estrictos controles de calidad. Tras “ayudar” en algunas fases de la producción, salimos de la fábrica con unas botas fabricadas, en parte, por nosotros mismos. Botas que pudimos testar al día siguiente en un trekking ligero por la espectacular Sierra de Tramuntana. ¿Valoración? Incluso habiendo participado nosotros en su fabricación, las botas ofrecieron lo que prometían: una gran comodidad, protección absoluta, agarre, flexibilidad, libertad de movimientos, transpiración… Sé que es una petición imposible, pero no estaría de más que marcas como Calzados Bestard -u otras que siguen fabricando en España casi de forma artesanal-, abrieran sus fábricas a todos aquellos que no acaban de entender cómo una bota de montaña de calidad cuesta lo que cuesta. Estoy seguro que más de uno saldría pensando que, visto lo visto, el PVP es casi un chollo…TS La proximidad es una garantía de calidad y servicio. Bestard es una de las pocas firmas de nuestro país que, a pesar de los costes, continúan concentrando la mayor parte de su producción en España. La fábrica de Lloseta produce más del 75% de los 110.000 pares que Bestard pone en el mercado anualmente.
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