TradeSport 192 - Octubre 2011

V ivimos unos tiempos extraordinariamente duros. Nuestro país está atravesando una de las situaciones más críticas que se le recuerdan en lo que a economía se refiere, y lo peor es que, por el momento, no se vislumbran “brotes verdes”. La distribución deportiva, en general, se encuentra directamente afectada por la contracción del consumo, en especial en todas aquellas referencias relacionadas con el calzado y el textil, que representan el principal motor del sector. Y lo peor, insisto, es que los datos no son halagüeños ni para lo que resta de 2011, ni para 2012 (y prefiero no mirar más allá). Asumiendo que en términos generales la situación no va a cambiar a mejor a corto plazo, y con pocas perspectivas a medio plazo, podemos preguntarnos: ¿cuántas acciones podría haber desarrollado el sector -o estar desarrollando en estos momentos- y, sin embargo, está dejando pasar? Se me ocurren muchas cosas que el sector ha dejado de hacer por desidia y por falta de unión. Acciones qué, aprovechando sinergias, sin duda habrían beneficiado al conjunto. Mientras otros sectores son capaces de aunar esfuerzos y realizar proyectos sectoriales que beneficien al conjunto, en el nuestro nos cuesta demasiado. Sobre todo a nivel de tiendas, donde sólo podemos hablar de centrales de compra, estructuras empresariales creadas para obtener beneficios comerciales pero que no pueden desarrollar acciones de promoción sectorial junto a otras entidades e instituciones porque no está en su ámbito de actuación. Además, para las administraciones no son entes representativos sectoriales. En nuestro sector, por ejemplo, no recuerdo una acción conjunta para el fomento de la actividad física y la difusión del deporte. Es evidente que cada marca intenta desarrollar acciones de este tipo de la manera que entiende más viable para sus intereses -y con más retorno para su marca-, ya sea con patrocinios deportivos o de otro modo. Las tiendas, grupos y cadenas también ejecutan acciones de este tipo, pero persiguiendo un interés particular, cómo es lógico, parecido al de las marcas. Estas acciones existen, pero como sector no hemos planteado el deporte como una alternativa asequible de ocio y salud, ni como otra manera de disfrutar la vida y de socializar con otras personas. ¿Acaso nuestro sector no tiene capacidad suficiente para proponer al Ministerio de Sanidad o al Consejo Superior de Deportes una campaña de promoción de la práctica deportiva difundida por los diferentes medios de comunicación y apoyada en los más de 6.000 puntos de venta de material deportivo? ¿Alguien duda que si se incrementa el número de practicantes se incrementarán las ventas? ¿Sería malo que los médicos de familia “recetasen” deporte o que existieran programas de seguimiento e iniciación al deporte para personas con enfermedades crónicas cuya prescripción inicial ha de ser la del ejercicio físico moderado? Otro campo inexplorado por el sector en su conjunto es la solicitud de condiciones fiscales especiales. Alguna es evidente que habría que desarrollarla a nivel europeo, junto a entidades como FEDAS o FESI, como por ejemplo plantear un IVA reducido para el material duro específico para la práctica deportiva, como raquetas, esquís, bicicletas, crampones, balones… ¿Acaso no merecen estos artículos un IVA reducido como el que tienen las bebidas refrescantes, un espectáculo deportivo, los servicios dentales, la hostelería o el transporte de viajeros? Otras medidas se pueden solicitar y trabajar a nivel nacional o incluso autonómico, como puede ser la deducción de los gastos en práctica deportiva del IRPF (gastos de gimnasio, material duro,…) o, en su defecto, la reducción del Impuesto de beneficio de sociedades a aquellas empresas que promuevan el deporte entre sus empleados… Otro campo virgen, aunque ahora comienza sus primeros pasos en algunos sectores especializados dentro del deporte, es aunar esfuerzos “especializados”. Resulta lógico pensar que si existen canales especializados de tiendas (running, tenis, montaña, ciclismo,….), éstos promuevan el crecimiento de sus sectores. Se podría proponer el crecimiento de las vías ciclistas, la subvención de la bici eléctrica por parte del gobierno, la inclusión de deportes como el tenis o el pádel entre los practicados por los alumnos de primaria y secundaria, o la escalada; llevar a cabo promociones con canales de pago de futbol en las tiendas de futbol, implementar un servicio de reciclaje de los materiales y textiles que vendemos en el sector… Hay mil oportunidades. Estos ejemplo son sólo pequeñas muestras de lo que hemos dejado de hacer; acciones que en su gran mayoría no requieren de ingentes cantidades económicas, sino de unión, trabajo e interrelación con administraciones e instituciones. ¿Alguien cree que si existiera una vertebración fuerte de tiendas, fabricantes y distribuidores no podría realizarse una acción similar a la Fiesta del Cine, desarrollada hace unas semanas por los distribuidores cinematográficos y el Ministerio de Cultura? ¿Acaso no podríamos realizar un spot publicitario patrocinado por el Ministerio de Sanidad como las campaña “5 al día”, de la Estrategia NAOS, que instara a la práctica deportiva? ¿Y una con el Consejo Superior de Deportes que invitase al practicante de deporte a usar material específico para cada actividad, emulando el mensaje que nos lanzaron los fabricantes de colchones en la necesidad de cambiar estos, al menos, cada 10 años? En definitiva, podríamos impulsar múltiples acciones que, sin duda, favorecerían a todo el sector, desde la marca más significativa, a la tienda más pequeña; desde la gran central de compras al último de sus asociados; desde el pequeño distribuidor al gran fabricante. Acciones que, a buen seguro, hubiesen servido - y estarían sirviendo- para, como sector, enfrentarnos mejor a la crisis mejor. Sin embargo nuestro sector tiene por costumbre vivir a espaldas del “compañero”, y si es, posible, intentando zancadillear cualquier intento de avance. Si a esto sumamos la ausencia de liderazgos importantes, recordada por Rocco en el anterior TRADESPORT, nos deja ante una preocupante situación de desamparo. Todos sabemos que se han perdido oportunidades. La pregunta es ¿cuantas más queremos perder? Ahora es el momento de aprovecharlas. Nuestro sector tiene por costumbre vivir a espaldas del “compañero”, y si es, posible, intentando zancadillear cualquier intento de avance. Esta realidad y la ausencia de liderazgos importantes nos deja ante una preocupante situación de desamparo ¿Unidos ante el futuro? ARTÍCULO DEL MES Carlos Grande Secretario general de Andad TS 18

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