TradeSport 191 - Septiembre 2011

otros segmentos. Que se especialice; pero no en el bike. Sin embargo, la oferta ha cambiado en los últimos años y el auge de bicis urbanas puede ser un motivo más que suficiente para que alguna tienda multideporte, con espacio y ganas, se atreva a apostar por ello. La demanda es muy buena y las gamas medias y bajas son menos complejas mecánicamente. El margen sigue siendo bajo, pero puede ser una manera de diferenciarse y captar nuevos clientes… No hay que olvidar que con la proliferación de carriles bici en muchas ciudades de nuestra geografía cada vez hay mas gente que se mueve en bici. POCOS NUBARRONES Pese a la crisis, el potencial del bike sigue siendo muy bueno. Habrá que ver cómo evolucionan las ventas de bicis urbanas, una de las claves para que se dé un nuevo boom, pero en general, las perspectivas son muy optimistas. De todas maneras, bondades y potenciales aparte, el segmento se enfrenta a algunas problemáticas que debe solucionar para no ver frenada su progresión. Uno de los principales handicaps del bike es el bajo margen con el que se trabaja, sobre todo en material duro. Esta realidad, que difícilmente va a cambiar, ha obligado a muchas tiendas a buscar alternativas para ganar rentabilidad, y más allá de apostar por bicicletas que tengan una buena disponibilidad y rotación, han apostado fuerte por el textil, el calzado y los complementos, que tienen un margen ligeramente superior y que en unidades representan, en muchas de estas tiendas, un volumen muy importante de las ventas. Otra gran asignatura pendiente es el tema de las reparaciones y las garantías. Antes hemos hablado de la importancia del servicio y en este sentido es obvio que cualquier tienda especialista que quiera ofrecer un buen servicio tiene que tener un taller. El problema es que no es rentable. Para una tienda especializada es fundamental tener un taller con buenos operarios y una buena organización, pero ni es ni será un servicio rentable. Es algo que por filosofía hay que dar, pero es deficitario. El problema es que hay mucho practicante ocasional, que tiene modelos de gama madia y baja, que cree que todo se hace en dos minutos y no acaba de entender el por qué de los precios del taller. Por suerte, también hay un perfil de cliente que cada vez valora más este servicio, sobre todo quienes compran bicicletas de gama alta que mecánicamente son bastante complejas y que requieren un mantenimiento adecuado. En cuanto a las marcas, su asignatura pendiente tiene que ver mucho con la formación de los dependientes –la mejora tecnológica implica una constante “actualización” de conocimientos- y, sobre todo, con las garantías. La ley de garantías obliga al comercio a cubrir todo aquello que haya fallado mientras esté vigente la garantía. El problema es que el comercio no decide qué entra y qué no entra en garantía; eso depende de la marca. Y eso es un handicap porque obliga a las tiendas a estar muy encima de todo el proceso, que es excesivamente lento y costoso. Y cuanta más tecnicidad tiene el producto, más problemas acarrea. Problemas que acaba “pagando” la tienda, que no cobra la mano de obra. Por último, también es importante que el sector logre regular un tema tan importante como la venta a través de Internet. Hace algunos años quizás era un problema sólo en lo que a piezas y recambios se refiere, pero ahora hay mucha gente que ha perdido el miedo a comprar una bici por Internet y eso, lógicamente, es un problema para la tienda, sobre todo si se alcanzan cifras de ventas como las de Gran Bretaña, Alemania o Estados Unidos. Cada vez hay más marcas que venden directamente al consumidor final y eso traspasa todas las barreras de lo que sería el servicio histórico y necesario que tiene que darse a una biciEl bike no solo fue el primer segmento que apostó en firme por la especialización. También fue el primero en darse cuenta de que su rol no era luchar contra Decathlon, sino aprovecharse de él. La tienda especializada no puede competir de tú a tú con la cadena gala y, por lo tanto, no vale la pena, ni siquiera, perder el tiempo luchando por un perfil de cliente que prioriza el precio. Con la irrupción de Internet cada vez hay más marcas que venden directamente al consumidor y eso traspasa todas las barreras de lo que sería el servicio histórico y necesario que tiene que darse a una bicicleta.

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