ts72 La guerra de precios transforma el mercado de las equipaciones Running, Outdoor o Bike son, de calle, los segmentos de moda del sector. Son los que más crecen, los que más potencial tienen y los que todo el mundo quiere explotar. Sin embargo, también hay una serie de subsegmentos que, sin hacer demasiado ruido y, sobre todo, sin el glamour de estos tres deportes, no sólo están logrando crecer año tras año si no que, además, representan, en facturación, una parte muy importante del total del sector. Uno de los segmentos más representativos de este grupo de “secundarios” es el de las equipaciones. Su fuerza hay que tenerla muy en cuenta, tanto por el volumen de unidades que cada año se ponen en el mercado como, sobre todo, por su gran estabilidad, sin espectaculares crecimientos, pero con un comportamiento positivo desde hace muchos años. La gente sigue jugando al fútbol, al baloncesto y a otros muchos deportes y, obviamente, tienen que equiparse. La demanda crece… y la oferta, también. Para hacernos una idea de las cifras que puede llegar a mover este universo bastaría con repasar los datos federativos de los principales deportes de equipo, comenzando por el fútbol. Un análisis de los clubes (y colegios) y las licencias nos daría una idea bastante clara de la fuerza de estos segmentos. Además, habría que añadir la larga lista de liguillas amateur que se celebran en nuestro país y que, obviamente, tienen una incidencia directa en la venta de equipaciones. Un protagonismo que acrecienta la competencia Además de ser uno de los segmentos más estables del sector el de equipaciones también es uno de los que ha experimentado mayores cambios en los últimos años. Cambios que, por norma general, han venido marcados por el fuerte protagonismo que ha adquirido dentro del sector. Cuando algo funciona –por potencial o por estabilidad- es normal que la competencia se acentúe. El problema, seguramente, es que no todo el mundo lucha con las mismas armas y que determinados modelos de distribución han cambiado las reglas del juego. Hace algunos años una de las cosas que más sorprendía de este segmento era el poco poder que tenían Nike y adidas, grandes dominadores del sector, sobre todo en deportes como el fútbol y el baloncesto –donde las equipaciones tienen mucho peso-. Lo que ambas marcas persiguen es mayor visibilidad: equipan a los grandes equipos pero en los torneos locales, municipales o provinciales apenas se las ve. Sus dificultades por dar un servicio como el que daban las marcas especialistas eran un freno para posicionarse con fuerza. Y aunque lo sigue siendo, ambas marcas, pero sobre todo Nike, llevan unos meses apostando fuerte por el mundo de las equipaciones, especialmente las de fútbol. La multinacional americana ha reforzado su equipo y cuenta con comerciales “de calle” que trabajan directamente con clubes, aunque la venta la derivan a la tienda. Para muchos la competencia que puede representar esta apuesta de Nike es relativa, porque la marca no puede estar a la altura ni en determinados servicios –por su manera de trabajar como multinacional- ni en precio; para otros, que una marca como la americana apueste por este segmento es preocupante, porque tiene poder para ganar cuota si se lo plantea. Además, aunque la venta la deriva a la tienda, lo hace hacia unas pocas con las que tiene acuerdos, y eso no gusta a todo el mundo. Habrá que esperar un tiempo para ver el potencial de Nike en este segmento y comprobar si, realmente, se convierte en un competidor fuerte para las marcas especializadas. De todas maneras, hoy por hoy no es la multinacional americana la que preocupa al segmento, si no la llegada, hace algunos años, de algunas marcas que, aparentemente, se saltan el canal –la tienda- y venden directamente a los colectivos. Y lo hacen, además, con unos precios muy bajos contra los que es imposible luchar si se quiere apoyar al comercio. La llegada de estos actores no sólo ha comportado una cruel guerra de precios sino que, sobre todo, ha segmentado el universo de las equipaciones en dos grandes modelos de actuación: las marcas que pasan por la tienda y las marcas que pasan de la tienda. En el priLas grandes multinacionales no son, todavía, un problema. Lo que preocupa al segmento es la llegada de algunas marcas que, aparentemente, se saltan el canal –la tienda- y venden directamente a los colectivos. Y lo hacen, además, con unos precios muy bajos contra los que es imposible luchar si se quiere apoyar al comercio. La llegada a nuestro país, hace algunos años, de determinadas marcas que comenzaron a vender directamente a los colectivos ha cambiado las reglas del juego en un segmento cada vez más competitivo [colectivos]
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