cada día más a adquirir su material en tiendas muy especializadas. Su presencia en el canal multideporte seguirá siendo importante (actualmente una de cuatro tiendas trabaja este segmento), y cubrirá un perfil de practicante muy diferente al que tiene la tienda especialista, centrándose en quienes se inician o jugadores de nivel medio-bajo. En segundo lugar, es fundamental que se amplíen fronteras y que el pádel gane terreno en otros mercados aparte del español y el argentino. Se ha intentado ya sin demasiado éxito, pero hay que insistir. La meteorología, uno de los argumentos al que muchos recurren para justificar que este deporte no se practique más allá de los pirineos, no es una excusa objetiva, porque en la mayoría de estos países el tenis goza de muy buena salud. Si no se logra exportar este deporte, en cinco o seis años, cuando sea maduro en España, las posibilidades de crecer serán muy limitadas. Hay quien cree que serían las marcas que vienen del mundo del tenis y que ya están posicionadas en casi todos los mercados –y con muy buena imagen- las únicas que se aprovecharían de esta internacionalización, pero también hay que tener en cuenta que la especialización es un valor añadido y que muchas de las marcas nacionales tienen capacidad más que suficiente como para posicionarse con fuerza en otros países. Mucho margen… y sin ayuda Quien a estas alturas crea que el pádel es una moda está muy equivocado. Los clubes –con su apuesta por cambiar pistas de tenis por canchas de pádel-, las ventas, el peso del comercio especializado y su cobertura en el comercio multideporte son argumentos suficientes como para poder decir, sin riesgo a equivocarse, que estamos ante uno de los deportes con mayor recorrido del sector. El gran éxito del pádel ha sido, como hemos dicho antes, haber logrado el crecimiento que ha logrado sin hacer ruido y con los medios dándole la espalda. No es algo que pase habitualmente, porque en este mundo si no estás en los medios parece que no eres nadie, pero que lo haya conseguido dice mucho de la fuerza que tiene este deporte y, también, del poder que aún tiene el boca-oreja. Aún así, teniendo en cuenta el peso que tienen los medios, sería importante lograr que este deporte tuviese más espacio en televisiones y periódicos. Algunos dicen que las retransmisiones son complejas y que al lector no le interesa demasiado la cara profesional de este deporte, pero es obvio que alternativas las hay y que si no se intenta con firmeza, nunca se sabrá lo que puede pasar. Por lo pronto, que muchas de las grandes marcas internacionales hayan volcado muchos esfuerzos en patrocinar los principales eventos de este deporte dice mucho de la importancia que tiene el target objetivo –de jugadores y espectadores- y muchos medios harían bien en tomar nota de ello. Quien haya visto un partido entre profesionales en directo sabrá que es un deporte espectacular, muy rápido y dinámico, y que, bien retransmitido, puede despertar mucho interés entre los televidentes. Además, España cuenta con algunos de los mejores jugadores del mundo, lo que todavía hace más inexplicable que ni televisiones ni periódicos le presten atención. Nos guste o no, los medios tienen un papel clave a la hora de fomentar la práctica y, sobre todo, para animar a los grandes anunciantes a apoyar este deporte. Hay que valorar muy positivamente que el pádel haya crecido sin el apoyo de los medios, pero llegado a este punto es fundamental que se gane presencia en ellos. Si no, el techo no estará tan lejos como muchos creen. Es fundamental que se amplíen fronteras y que el pádel gane terreno en otros mercados aparte del español y el argentino. Si no se logra exportar este deporte, en cinco o seis años, cuando sea maduro en España, las posibilidades de crecer serán muy limitadas.
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