TradeSport 188 - Mayo 2011

Obviamente sigue habiendo mucha gente que no quiere gastarse dinero en un tipo de calzado que después no podrá darle más uso que el atlético, pero afortunadamente un porcentaje relativamente alto de este tipo de jugador –que suele ser el de iniciación u ocasional- se acaba enganchando al tenis y acaba entendiendo que sí necesita calzado concreto. También hay, lógicamente, el que pasa absolutamente de los modelos específicos y juega con calzado urbano/casual o con calzado atlético de cualquier otra modalidad –baloncesto, running versátil…-. Es un perfil bastante definido, de jugador muy ocasional, pero que representa un target a tener muy en cuenta por las marcas, pues es con ellos con quien pueden ganar cuota de mercado. En textil las cosas cambian considerablemente. Por un lado sigue siendo una categoría “secundaria” dentro del segmento –como en muchos otros, demasiados practicantes creen que se puede jugar con cualquier prenda-, y por otro lado es una categoría donde Nike y adidas sí dominan aplastantemente el mercado (aunque poco a poco también se empieza a notar el esfuerzo que en esta última década han llevado a cabo varias marcas especialistas como Diadora, con muchos menos recursos y sin la posibilidad de esponsorizar a los grandes). De todas maneras es una categoría muy compleja donde será complicado crecer. Es cierto que cada vez hay más gente que ha entendido los beneficios que puede aportarle jugar con prendas técnicas, pero la realidad es que el gran grueso de tenistas, incluso muchos de los habituales, no juegan con textil técnico. Esperemos que, aunque no es una “tradición” fácil de cambiar, el trabajo de marcas como Nike, adidas, TTK, o la española Joma, que están apostando muy fuerte por el desarrollo de prendas ultrafuncionales, pueda cambiar esta tendencia. Sea como sea, aunque el comportamiento de las categorías de calzado y, sobre todo, del textil, esté a años luz del que podría ser si lo comparamos con el volumen que mueve la venta de raquetas, es probable que a corto y medio plazo sean estas dos categorías las que mayor potencial de crecimiento tengan. No en vano, el comportamiento experimentado en los últimos años por las ventas de raquetas, así como las previsiones de algunos estudios en cuanto a evolución de practicantes, hace prever un crecimiento muy lento –aunque regular- del material duro. No hay que olvidar que todos aquellos que juegan al tenis tienen raqueta pero no todos juegan con calzado y textil técnico. Manteniendo el tipo Es complejo saber cómo evolucionará el tenis en un contexto tan revuelto, pero parece obvio que si hasta la fecha no se ha visto excesivamente alterado por la crisis, tampoco vaya a sufrirla en los próximos años. No creemos que vaya a ganar mucho terreno pero cuenta con una base lo suficientemente sólida como para que difícilmente experimente fuertes pérdidas. Seguirá sufriendo las consecuencias del auge del pádel, como en los últimos cinco años, pero aguantará el tipo. Sin nuevos practicantes, será la lucha entre marcas, con la tecnología como eje de las estrategias, la que marcará el futuro del segmento. Y eso siempre es bueno para el consumidor. En el plano mediático, es complicado saber hasta qué punto los éxitos de los tenistas españoles están siendo determinantes para fomentar la práctica entre los más pequeños, pero es evidente que el efecto Nadal ha animado a muchos niños –y a algunos no tan niños- a descubrir el tenis. Las marcas deben, lógicamente, aprovechar este boom –al menos mediático- que tiene el tenis actualmente y dar respuesta a este target. En cuanto al comercio, como en otros segmentos cuenta con una sólida red de tiendas especializadas y con una gran cobertura en el comercio multideporte. Las estrategias para unos y otros son bastante claras: los primeros deben apostar por las marcas líderes,, con una oferta que cubra todas las necesidades; los segundos tienen que entender el cambio de roles que ha propiciado la especialización –también en el tenis- y o bien apuestan en firme por esta disciplina –en oferta y en servicio-, o bien se dirigen a un target menos “avanzado”, que lo hay y tiene un muy buen potencial. Ambos formatos tienen que aprovechar que en el tenis el factor marca aún tiene mucha fuerza. PÁDEL: POTENCIAL INTACTO… DE MOMENTO Cuando hablamos de deportes que han experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años a muchos de nosotros nos vienen a la cabeza modalidades como el running o el outdoor. Y en esta lista habría que añadir, sin duda, el pádel. Puede que en volumen las cifras no sean tan contundentes, pero en progresión seguramente los supera. La moda del pádel se ha impuesto y todo apunta a que ha venido para quedarse. Hace una década los que jugaban a este deporte se podían contar con los dedos de las manos y, además, estaban estereotipados. Diez años después es uno de los deportes con mayor potencial en practicantes y, Aunque el comportamiento del calzado y del textil esté a años luz del que podría ser si lo comparamos con el volumen que mueve la venta de raquetas, es probable que a corto y medio plazo sean estas dos categorías las que mayor potencial de crecimiento tengan. Todos los jugadores tienen raqueta, pero la mayoría aún no han apostado por calzado y textil específico ts30 Es complejo saber cómo evolucionará el tenis en un contexto tan revuelto, pero parece obvio que si hasta la fecha no se ha visto excesivamente alterado por la crisis, tampoco vaya a sufrirla en los próximos años. No creemos que vaya a ganar mucho terreno pero cuenta con una base lo suficientemente sólida como para que difícilmente experimente fuertes pérdidas. Seguirá sufriendo las consecuencias del auge del pádel, como en los últimos cinco años, pero aguantará el tipo. Sin nuevos practicantes, será la lucha entre marcas, con la tecnología como eje de las estrategias, la que marcará el futuro del segmento.

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