TradeSport 188 - Mayo 2011

ts29 si las cosas van a cambiar mucho en los próximos años, puede que los éxitos de Nadal de un nuevo impulso al deporte base que se traduzca, en unos años, en una nueva hornada de grandes tenistas. El futuro del tenis y un posible crecimiento en practicantes está en la base. Como hemos dicho antes no es un deporte fácil de aprender, y a partir de determinada edad es complejo que alguien que no ha jugado a tenis comience a hacerlo. Sobre todo habiendo una alternativa como el pádel, más simple de alcanzar un nivel mínimo para disfrutar y, para muchos, bastante más divertido. Ventas. Absoluta estabilidad Si, como hemos dicho, la práctica apenas ha crecido en los últimos años, parece lógico que las ventas hayan seguido una progresión similar. No han retrocedido pero tampoco han experimentado fuertes crecimientos, especialmente las de material duro. Por si fuera poco, el auge del pádel no ha ayudado mucho en este sentido: muchos jugadores potenciales han preferido apostar por él antes que por el tenis y, sobre todo, muchas tiendas, cegadas por la moda del pádel, decidieran apostar por este deporte en detrimento del tenis. Además, desde las marcas se ha constatado que muchos jugadores habituales de tenis se están convirtiendo en jugadores habituales de pádel, dejando de lado el tenis o jugando ocasionalmente (con lo que ello supone a nivel de renovación de material). Eso explicaría, además, la apuesta que las grandes del tenis han hecho por el pádel: el cliente ya lo tienen, y si se pasa al pádel, es posible que siga apostando por la marca con la que juega a tenis. Con este panorama parece obvio que las posibilidades de que a corto plazo se disparen las ventas son mínimas, pero por suerte, también lo son las posibilidades de que se dé una debacle. Las ventas, aunque no crezcan, son buenas y regulares; el comercio especializado está muy bien asentado y en el multideporte sigue teniendo una muy buena cobertura, con lo que tanto marcas como detallistas tienen que estar bastante satisfechos con el presente de este deporte. Por familias, el material duro es, obviamente, el producto estrella del segmento y el que más desarrollo tecnológico ha experimentado en estos últimos años. Las marcas dedican muchos esfuerzos en I+D, y hoy en día la oferta es tan amplia que cualquier jugador, sea cual sea su nivel, tiene a su alcance una amplia variedad de modelos que se adaptan perfectamente a sus características de juego. El precio medio ha subido, lógicamente, pero también lo ha hecho la exigencia de los jugadores –los de nivel más avanzado y, también, los de nivel medio-, que cada vez están más dispuestos a pagar por prestaciones. En cuanto a las marcas, en el mundo del tenis se da una circunstancia poco habitual en el deporte: las grandes generalistas no son competencia y el mercado está dominado exclusivamente por las marcas especialistas. Y con un reparto bastante equilibrado, con seis o siete marcas que se reparten la práctica totalidad de las ventas y que son las que tienen recursos suficientes para invertir en I+D y, sobre todo, para patrocinar a jugadores de primer nivel. Es cierto que sólo hay un Rafa Nadal -y Babolat tiene que agradecerle mucho al tenista español- y que Wilson, con Federer, o Head con Djokovic, tienen un escaparate del que muy pocos pueden presumir, pero las otras grandes marcas, desde Prince hasta Dunlop, pasando por Völkl o Tecnifibre, tienen en nómina a jugadores que están entre los Top Ten… y a promesas que el día de mañana pueden desbancar a los que hoy son los mejores jugadores del mundo. En cuanto al calzado, poco a poco van ganando terreno y afianzándose como un producto clave. Siempre ha sido una categoría muy importante para los jugadores profesionales y para los amateur que juegan habitualmente, pero en los últimos años también ha ganado protagonismo entre los ocasionales, que al fin y al cabo, como en casi todos los deportes, son los que dan volumen. El desarrollo tecnológico que se ha dado en el mundo de las raquetas también ha comenzado a darse, en los últimos cinco años, en el calzado, que pasando absolutamente de la moda, ha empezado a explotar el factor tecnología sin obsesionarse por el volumen. Ahora se venden muchos menos pares, con un precio medio más alto, y muy enfocados a los jugadores. La importancia de esta categoría queda patente en la apuesta que han hecho las grandes marcas del tenis por esta categoría. Casi todas han desarrollado colecciones específicas y las han posicionado con fuerza. El “problema” es que, a diferencia del material duro, en calzado sí tienen la fuerte competencia de Nike y adidas, dos marcas con una gran imagen, con una capacidad para innovar brutal y, sobre todo, con un poder financiero para “fichar” a las grandes estrellas que pocas marcas tienen. De todas maneras, también hay que tener en cuenta el trabajo que, en este sentido, han hecho marcas como Lotto o K-Swiss, apostando en su día por tenistas que, con el tiempo, se han convertido en jugadores Top 10. El buen trabajo que están haciendo estas marcas, a las que podríamos añadir a otras como Diadora, Asics o la española Joma, así como a las especialistas Babolat, Wilson o Head, han sido claves para “amortiguar” el fuerte dominio de Nike y adidas, que pese a controlar el mercado, su cuota conjunta no es tan contundente como en otros deportes en los que invierten tanto dinero en patrocinio. La gran mayoría de jugadores habituales –por no decir todos- juegan con calzado específico. En ello han tenido mucho que ver las marcas, que han sabido transmitir las ventajas que ofrecía este tipo de calzado y, también, muchos clubes, sobre todo de tierra batida, que han “exigido” a sus socios y a todos aquellos que juegan en sus instalaciones, que no utilicen un calzado cualquiera para jugar. El desarrollo tecnológico que se ha dado en el mundo de las raquetas también ha comenzado a darse, en los últimos cinco años, en el calzado, que pasando absolutamente de la moda, ha empezado a explotar el factor tecnología sin obsesionarse por el volumen. Ahora se venden muchos menos pares, con un precio medio más alto, y muy enfocados a los jugadores. La especialización también se ha impuesto con fuerza en el mundo del tenis. El comercio especialista ha sabido captar al jugador habitual y es prácticamente imposible que éste acuda a la tienda multideporte cuando tenga que renovar su material. Aquellas tiendas multideporte que quieran apostar por el tenis, o bien se especializan en oferta y servicio -aunque tengan en oferta otros deportes- o bien dirigen sus esfuerzos hacia un target menos exigente -jugadores ocasionales o novatos- que, también, tiene un gran potencial.

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