TradeSport 187 - Abril 2011

nos. Sobre todo del skate. La evolución del roller ha sido muy irregular. A mediados de los 90 se produjo un boom espectacular de este deporte. A diferencia del skate y el surf, su popularización se dio en todos los niveles. No importaba la edad ni la condición física. Era un deporte accesible, relativamente fácil de aprender, y aunque era mucho menos “auténtico” que el surf y el skate, atrajo a mucha gente de estos mundos. Este auge de practicantes conllevó un aumento considerable y desmedido de tiendas especializadas, especialmente en zonas donde la práctica era habitual. Y como suele pasar, el globo se deshinchó. Muchas tiendas cerraron y el alquiler, una opción que contaba con muchos seguidores, desapareció. Las ventas, en ese momento –a finales de los 90siguieron creciendo, aunque a un ritmo más lento, y aprovechando que muchos de los que alquilaban comenzaban a comprar. Desde entonces, el comportamiento de este segmento es muy regular. La cifra de practicantes es considerable y basta con darse una vuelta por las grandes ciudades para comprobarlo. La segmentación por tipologías (fitness, velocidad, half pipe y free style) también ha servido para dinamizar el segmento y convertirlo en el deporte urbano por excelencia. Además, ha servido para distinguir los dos grandes grupos de patinadores: los más extremos –con una práctica muy similar a la de los skaters (half pipe, piruetas, free style, barandillas…) y los practicantes más “ocio” (el gran grueso de practicantes). ¿Diferencias con el skate? Muchas. En primer lugar, el tipo de público, pero sobre todo hay dos que destacan por encima de las demás: la filosofía y Decathlon. Respecto a la cadena gala, basta con decir que sus ventas de skate y surf son mínimas y, sin embargo, son uno de los grandes proveedores de roller y, sobre todo, uno de los grandes dinamizadores de este deporte, especialmente entre los principiantes. En cuanto a la filosofía, el problema es que no existe una “cultura roller”. Aunque hay patinadores extremos, competiciones de saltos y que su práctica puede ser tan o más espectacular que la del skate o el surf, por su popularización y por la tipología de practicantes no despierta el interés de los más jóvenes, mucho más atraídos por los deportes de tabla. Además, no hay una industria textil específica ni grandes marcas especializadas en este deporte que hayan conseguido traspasar la frontera de lo estrictamente deportivo. Para los más puristas, para los rollers de half pipe y free style, ésta es la gran virtud de este deporte, que sigue estando “limpio” de modas, pero es obvio que en cuanto a ventas, estas limitaciones suponen un freno… Antes de acabar no podemos olvidarnos del peso que en todos estos deportes tienen los complementos. Tanto los técnicos como, sobre todo, los que están más vinculados al universo de la moda deportiva. Hay muy pocas marcas, especialmente en el surf y el skate, que no hayan apostado por las mochilas, las carteras, los relojes, las gorras y un largo etcétera. El target de ambos mundos es muy marquista y las marcas, conscientes de ello, no han dudado en apostar por una categoría que al comercio siempre le ha parecido muy interesante, por su rotación y por su rentabilidad. El universo gliss es uno de los pocos que, durante años, se ha “salvado” de la competencia de Decathlon. Las cosas, sin embargo, han cambiado bastante en los últimos años y la cadena gala ha apostado con mucha fuerza por dos de las modalidades más en forma del momento: skate y roller. Aunque “sólo” en material duro...

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