TradeSport 187 - Abril 2011

Va a hacer casi un año que escribí un artículo que comparaba a los dos grandes entrenadores del momento, Guardiola y Mourinho. En esos momentos Mourinho entrenaba al Inter de Milán y se enfrentaba al Barca en la semifinal de la Champions. Un año después, y con Mou dirigiendo al Madrid, estamos siendo testigos de un bombardeo informativo sin precedentes. A día de hoy, además del partido de liga, ya tenemos servido un duelo fratricida en la próxima final de copa y un posible duelo en las semifinales de la Champions,. Guardiola lleva tres años en el Barça aplicando el mismo proceso, mejorándolo, puliéndolo, e incorporando nuevas piezas que refuercen esa filosofía. El año pasado tuvo una gran equivocación, cambiando a Eto’o por Ibrahimovic, un jugador que no aportó ni la calidad técnica que se esperaba ni paz social al vestuario. Al contrario; creó conflictividad, con lo que el grupo salió dañado. Esta equivocación le costó al Barça 50 millones de euros. Guardiola es humano y a veces no acierta. Este año ha fichado a Villa y la experiencia está siendo muy distinta. El Madrid ha apostado por Mourinho. La experiencia está siendo muy dura incluso para los madridistas. Su objetivo es claro: ganar al Barça. Se ha puesto mucho dinero sobre la mesa; se está construyendo un nuevo equipo y, lo más importante, se están cambiando los valores del club. Se habla más del rival que de fútbol. Se nos intenta vender que el Madrid es una víctima y casi todas las semanas hay un escándalo. Los periodistas están encantados ya que Mou es, sin duda, el entrenador más mediático del mundo… y cada rueda de prensa es una fiesta. ¿Qué podemos aprender de esta experiencia para aplicarla a nuestras empresas? Pues algo muy sencillo de entender y muy difícil de aplicar: una Organización debe tener muy claros sus valores, su cultura y su filosofía antes de decidir qué ejecutivos llevarán a la práctica esa filosofía en la gestión diaria del negocio. La filosofía actual del Barça no es la que tenía hace 20 años cuando Núñez (un constructor) presidía al Barca. Su filosofía era de un victimismo continuado. Había una persecución sistemática contra ellos. Algunos errores arbitrales (Guruceta y Brito Arceo) no eran más que ejemplos de cómo el centralismo de Madrid y la influencia del Madrid perseguían al Barca. Esos llantos ocultaban una falta de visión. Se fichaban entrenadores y estrellas extranjeras para intentar ganar la liga. Había prisas, y ante el mínimo contratiempo, se repetía una y otra vez el mismo discurso. Llegó Gaspart y no hizo más que amplificar el problema. El Madrid ha pasado por el camino contrario. Hace 20 años había una filosofía muy clara de señorío, de respecto y de subordinación de las partes al todo. La institución estaba por encima de todo. Entrenadores como Del Bosque o Molowni tenían un perfil bajo. No había estrellas mediáticas. Jugadores como Pirri, Stielike, Camacho, Santillana o la famosa Quinta del Buitre llevaban esa filosofía en el ADN y eran muy diferentes a las estrellas que hoy ocupan ese vestuario. El cambio empezó con Mendoza y se ha acelerado con Florentino (otro constructor). El nuevo modelo se basa en los resultados a corto plazo. Se pone todo el dinero que haga falta para fichar a las estrellas necesarias: Figo, Zidane, Beckham, Cristiano, KaKá ... Y si hace falta, se recalifica la ciudad deportiva y se obtienen 600 millones de euros. Se nos intenta convencer de que los fichajes son rentables porque venden muchas camisetas e inmediatamente los resultados a corto plazo se convierten en una necesidad. Cuando no llegan, aparecen de inmediato las críticas al estamento arbitral, las confabulaciones, el villarato, etc. Se acompaña con campañas mediáticas en prensa, televisión y medios digitales para convertirse en víctimas. Si los resultados no llegan, se cambian entrenadores cada año. Hay que ganar como sea y si para ello hay que fichar a Maquiavelo, perdón, a Mourinho, pues se ficha. Este entrenador, que viene avalado por haber ganado dos Champions con el Oporto y el Inter, es un experto en generar crispación. Además de con los árbitros, se mete con el calendario. El Madrid es una víctima y él se convierte en el defensor de este “pobre” equipo. Pero además, van más allá e insinúan que el Barça puede estar administrando sustancias prohibidas a sus jugadores. Dopaje y nutrición son palabras habituales en las ruedas de prensa. Todo vale con tal de tener argumentos para poder justificar sus fracasos. Y por si fuera poco, su presidente, Florentino Pérez, defiende a Mourinho diciendo que sus declaraciones no son más que actos de MADRIDISMO. ¿Qué creen que pensarían Bernabéu o Luis de Carlos si levantaran la cabeza? ¿Son los valores que defiende Mou los del Madrid de toda la vida? En mi opinión estamos siendo testigos de cómo estas dos grandes instituciones han intercambiado sus valores. El título de la película sería “Intercambio de Valores: El fútbol y la construcción”. El duelo entre Guardiola y Mourinho no es más que un ejemplo práctico del intercambio de valores que se ha producido entre las dos instituciones como consecuencia de estar dirigidas por esos famosos constructores. No olvidemos el valor que tiene poder presidir ambas instituciones; poder estar en esos palcos es muy atractivo y en ellos se establecen muchos contactos. Haga cierta autocrítica y piense en su empresa. ¿Qué valores está intentando inculcar nuestro presidente? ¿Es fiel a los principios de la organización? ¿Está al servicio de la empresa o se está aprovechando personalmente de su cargo? Las respuestas a estas preguntas seguro que explicarán muchos de los proyectos que se han abordado en su empresa en los últimos años y, sobre todo, los resultados obtenidos con ellos. ¿Conocen algún caso parecido a los de Barça y Madrid en nuestro sector? Yo sí. Conozco un caso que encaja perfectamente en este esquema. Las grandes decisiones que se han tomado desde que llegó un nuevo presidente han sido un fracaso tras otro. No hay que olvidar jamás que cuando una organización pierde sus valores, su final está cada vez más cerca. Intercambio de valores: De Núñez a Florentino [ o p i n i ó n ] ¿Qué valores está intentando inculcar nuestro presidente? ¿Es fiel a los principios de la organización? ¿Está al servicio de la empresa o se está aprovechando de su cargo? Las respuestas a estas preguntas explicarán muchos de los proyectos que se han abordado en los últimos años y, sobre todo, los resultados obtenidos con ellos. Una Organización debe tener muy claros sus valores, su cultura y su filosofía antes de poner al frente a los ejecutivos que lleven a la práctica esa filosofía en la gestión diaria del negocio. MANUEL CASTRO HERMIDA Consultor mcastro@cmgconsultores.com ts26 ts26

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