mero de esquiadores de más de 20 ó 25 años que se inician en este deporte y lo siguen practicando habitualmente es ridículo. Un gran porcentaje de quienes suben a las pistas lo hace porque sus padres lo hacían y lo han hecho desde pequeños. Dicho esto, parece lógico que el esquí es, en practicantes, uno de los segmentos más estables del sector. En ventas, también, pero obviamente éstas suelen ser proporcionales a la nieve y al frío que haya esa temporada. De todas maneras, y por muy poco margen de crecimiento que creamos que hay, los más de 6 millones de visitantes que acudieron a las pistas el invierno pasado son una prueba irrefutable del peso que tiene este segmento. Es cierto que aspectos como las mejoras en el material de alquiler o los avances espectaculares que han experimentado esquís y botas han provocado que la renovación de material sea más espaciada en el tiempo, pero aun así, el público objetivo y el volumen de negocio que mueve, hacen del esquí uno de los segmentos más importantes del global del sector. ESPECIALIZACIÓN LIMITADA Esta estabilidad que define el esquí en practicantes y ventas también está muy consolidada a nivel de tiendas. Por sus características es un deporte con una gran especialización y aunque todavía hay algunas tiendas multideporte que lo trabajan muy bien, las ventas, sobre todo las de material duro, están controladas por la sólida red de tiendas especialistas y, obviamente, por las grandes cadenas. Sin embargo, a diferencia del running o el triatlón, las posibilidades de que esta red de comercios especializados crezca son mínimas. Porque el pastel ya está muy repartido y, sobre todo, porque en los últimos años se ha demostrado que, pese a que la especialización es una fórmula de éxito, en determinados segmentos tan temporales y tan dependientes de la climatología, es mejor diversificar. Además, el segmento en general tiene que replantearse la relación entre marcas y tiendas. El tiempo ha demostrado que hay que lograr un equilibrio más lógico entre programaciones y reposiciones y el esquí, hoy por hoy, es más de 90% programación. MATERIAL DURO: LOS ROCKEROS GANAN PROTAGONISMO Se impone el rocker. No hace falta decir mucho más. Ni explicar de qué se trata. Quien lo tiene que saber ya lo sabe, y si no, les invitamos a leer el interesante artículo que sigue a este reportaje sobre las tendencias actuales. Es la evolución lógica a la creciente polivalencia que están ganando las colecciones de esquí en los últimos años, y a estas alturas, no hay ninguna marca que no esté apostando por esta tecnología como parte central de sus líneas más “populares”. Cuando un mercado está tan maduro y, además, hay tanta competitividad entre marcas, una de las grandes armas para sobrevivir y para seguir creciendo es la tecnología. El segmento de los deportes de nieve es uno de los que más invierte en I+D, especialmente en material duro y año tras año las marcas mejoran su oferta, tanto en amplitud –adaptándose a todo tipo de esquiadores-, como en funcionalidad y tecnicidad. Y ahora hemos entrado en la época de la polivalencia; de los all mountain. Hay quien sigue prefiriendo esquiar con un Fórmula 1, pero los SUV y los todoterreno más puros dominan el mercado. La moda del carving ha dado paso a la proliferación de esquís all mountain, o lo que es lo mismo, con un comportamiento muy bueno en pista y fuera de ellas. También se está apostando muy fuerte por determinadas modalidades como el freeride, que, junto al snow, están siendo claves para recuperar a un target muy importante que el esquí había perdido: los jóvenes. Muchos de ellos, esquiadores habituales cuando eran pequeños habían dejado de subir a la nieve por el “aburrimiento” que les provocaba el esquí tradicional, porque no querían subir con la familia o porque ya nadie les pagaba el viaje. Ahora, con el auge de modalidades muy vinculadas a la cultura de los deportes de deslizamiento, muchos jóvenes han vuelto disfrutar del esquí. En parks y fuera de pista, pero siguen siendo ventas. A todo esto hay que añadir el creciente peso que están ganando, al menos en las colecciones de las marcas, las líneas exclusivas para niño y, sobre todo, para mujer. Es complejo saber como evolucionarán estas categorías. En otras modalidades no han cumplido, ni de largo, las expectativas, pero todo parece indicar que en el mundo del esquí las cosas invitan al optimismo. Porque hay muchas mujeres que esquían y por marcas y tiendas siguen un mismo camino, seguramente porque a diferencia de otras modalidades, lo que se busca no es que haya más mujeres que esquíen, sino que aquellas que ya lo hacen, usen esquís diseñados para mujer y no, como viene siendo habitual, esquís unisex. La fuerte competencia entre las grandes hace que, año tras año, se lancen al mercado una gran cantidad de innovaciones. En esquís, y en botas. Algunas tienen mucho de marketing, es cierto, pero para el consumidor final es todo un lujo… y un argumento para renovar su material (una renovación que, por cierto, cada vez cuesta más). Los esquíes son cada día mejores y se adaptan mejor a sus características y necesidaLa fuerte competencia entre las grandes hace que, año tras año, se lancen al mercado una gran cantidad de innovaciones. En esquís, y en botas. Algunas tienen mucho de marketing, es cierto, pero para el consumidor final es todo un lujo… y un argumento para renovar su material (una renovación que, por cierto, cada vez cuesta más). ts58
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