opinión Raul Bernat (raul@tradesport.com) editorial DIRECTOR Jaume Ferrer (jferrer@tradesport.com) Hace unos días el BMC acogió la primera de las cuatro semanas temáticas que tiene planeadas para este 2011. El encuentro, dedicado al mundo del running, reunió a muchos de los principales operadores de este creciente segmento, que acudieron al centro de negocios para presentar sus novedades en los showrooms que los organizadores habían habilitado y, sobre todo, para participar en las charlas y mesas redondas que se llevaron a cabo. Más allá de algunos detalles que siempre hay que pulir, el encuentro sirvió para constatar que las marcas están predispuestas a apoyar y consolidar este tipo de reuniones sectoriales que, además de ser interesantes, son muy necesarios, sobre todo porque nacen con el objetivo de fomentar los vínculos sectoriales, establecer sinergias (entre los profesionales de las marcas, entre tiendas o entre marcas y tiendas), poner sobre la mesa las principales preocupaciones del sector, compartir conocimiento y buscar alternativas, conjuntas, para afrontar con mayores garantías los tiempos que vienen, que no serán fáciles. La iniciativa del BMC no es la primera de estas características que ha habido en los últimos años. El club de Negocios Sports Unlimited Valencia apostó, desde su primera edición en 2009, por dar a las Jornadas Paralelas un protagonismo importante dentro del encuentro. Y tanto en esa primera edición como en la segunda, en 2010, la respuesta fue excelente, lo que ha llevado a sus organizadores a preparar una tercera edición con ponencias, talleres y mesas redondas de un alto nivel. Creo que ahora que el deporte vive uno de sus mejores momentos, tanto a nivel competitivo como a nivel de incremento de práctica, no estaría de más que el sector hiciera un esfuerzo para estar a la altura de este protagonismo y para obtener un peso institucional y de lobby que nunca hemos tenido. Para ello es imprescindible que dejemos atrás el individualismo que ha marcado el devenir del sector en los últimos años e intentemos remar todos en la misma dirección. Y seguramente un primer paso es ayudar, en la medida que cada uno pueda, a consolidar estos encuentros… y a impulsar otros de nuevos. Como más nexos de unión tengamos y más evolucionemos, más fuerte será el sector y más preparado estará para afrontar un futuro muy competitivo en todas sus vertientes. Pero para conseguir que esta unión se consolide, también es importante que el comercio se mueva más de lo que lo ha hecho hasta ahora. Viendo como han evolucionado este tipo de encuentros, uno se da cuenta de que siempre son los mismos detallistas los que acuden a ellos. Y todos tienen un perfil similar: detallistas independientes –la mayoría especializados- cuyas tiendas han ganado mucho protagonismo en los últimos años –gracias, seguramente, a esta inquietud por aprender y mejorar-. Lo mismo ocurre con los ‘históricos’ responsables de las centrales de compra del sector: siempre son los mismos los que dan la espalda a cualquier iniciativa que implique sumar esfuerzos, llevando su inmovilismo al extremo de estancarse en un modelo totalmente desfasado y, para mí, arcaico. A pesar de esta minoría, el futuro del sector invita al optimismo. Las nuevas generaciones de profesionales lo tienen muy claro: la unión y la comunicación tendrán un papel clave en la consolidación del sector, y en este sentido, es importante que todos, sin excepción, dejemos atrás cualquier atisbo de resignación y entendamos que para evolucionar hay que reciclarse y, sobre todo, compartir. Apoyar, impulsar y, sobre todo, participar en estos encuentros sectoriales debería ser, a estas alturas, una inquietud de todos. INQUIETUDES Como muchos de ustedes ya habrán leído, Zara acaba de lanzar al mercado una nueva colección técnica. De momento se trata de pocas referencias, sólo para hombre, pero parece obvio, conociendo a la empresa gallega, que si el test sale bien, esta colección ganará protagonismo rápidamente. Sobre lo que puede representar para el sector esta apuesta de Zara comparto casi todas las opiniones que al respecto ha publicado en su blog nuestro buen amigo y colaborador Antonio Castro Hermida, gerente de Giro 180 (www.antoniocastrohermida.com). Estamos ante un gigante con una maniobrabilidad y con una fuerza financiera que no tiene, ni de lejos, nadie del sector. Ni siquiera Decathlon. Un gigante que, además, pocas veces se equivoca en sus apuestas y que tiene capacidad para, de un día a otro, montar una nueva cadena y ubicarse, además, en las zonas más privilegiadas. No creo que haya nadie que dude lo más mínimo de que si desde la dirección de Zara creen que lo técnico tiene futuro –es rentable, básicamente- se saquen de la manga un nuevo formato de cadena en el mismo tiempo que cualquier tienda de deportes cambia un escaparate. Como cualquier empresa, Inditex quiere abrir nuevas vías de negocio (hogar, complementos, vestidos de novia… ) y parece lógico que si el deporte funciona –porque aunque muchos lo nieguen, funciona-, apueste por ello. No tengo ni las más remota idea de hasta dónde va a llegar esta apuesta de Zara, pero en cualquier caso, yo soy de los que creen que no debe preocuparnos tanto. Ni siquiera si empiezan a abrir tiendas especializadas de tres en tres. Es un competidor más, y muy poderoso, pero todos sabemos cuál es la estrategia de Inditex y a qué perfil de consumidor se dirige. En estos últimos años el panorama comercial ha cambiado mucho. El pastel está bastante bien definido, y quien a estas alturas se dirija a un target como el de Zara, no ha entendido la realidad actual del mercado. El comercio multideporte tradicional, sobre todo de pequeño y mediano formato, está obligado a cambiar de estrategia si no quiere desaparecer; y lo que no se quedan las grandes cadenas multimarca y Decathlon, se lo reparten las especialistas (que cada vez tienen mayor peso). El target al que, por su naturaleza, se dirige Zara, es un target que la mayoría de tiendas o bien ya han perdido hace tiempo o, simplemente, no les interesa. Así, partiendo de la base de que Zara jamás apostará por las gamas altas –y seguramente tampoco por las medias-, creo que si esta apuesta se consolida, quienes pueden salir perjudicados son los que siguen una estrategia más similar a la de la cadena gallega, es decir, algunas cadenas nacionales y, sobre todo, Decathlon. Algunos pensarán que luchar contra la cadena francesa es un suicidio, pero quizás no hayan analizado bien quién es ahora el contrincante y cuáles son sus ventajas competitivas, especialmente su agilidad para diseñar, producir y poner a la venta nuevas colecciones y, también, para posicionarse en zonas estratégicas interurbanas con tiendas de mediano formato (algo que Decathlon no ha logrado ni con Decat) o su poder por cambiar. No quiero que se ofenda nadie, pero lo que pueda conseguir un grupo de compras que intenta sin demasiado criterio copiar la estrategia de la cadena gala y lo que puede lograr un gigante como Inditex, no es exactamente lo mismo. Es obvio que si Zara sigue adelante con este proyecto el daño que puede hacerle a Decathlon es muy relativo, porque difícilmente su estrategia irá más allá del textil, el calzado y algunos complementos (al menos a corto y medio plazo), pero ver que alguien, aunque no sea del sector, le puede toser al gigante francés, puede ser un revulsivo para muchas tiendas y marcas. Zara empieza a correr
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