TradeSport 185 - Febrero 2011

[COMERCIO] Aunque a veces no lo parezca, sobre todo si uno se acerca a las calles más comerciales o a los principales centros comerciales de las grandes ciudades, la crisis sigue apretando. Y bastante. Más allá de la evidencia de que quien realmente la sufre son las tiendas de segunda y tercera fila comercial, en especial el comercio tradicional de barrio, es obvio que el miedo sigue marcando la pauta en el comportamiento del consumidor, que pese a la buena marca de la campaña navideña –buena teniendo en cuenta el contexto- ha vuelto a esperar -este año más que otros- a la llegada de las rebajas para comprar. Y, sobre todo, para comprar lo que realmente necesitaba. El resultado, después de apenas un mes de rebajas, es un tráfico bastante bueno en las zonas más comerciales, un ritmo de ventas que, en estas tiendas, no está decepcionando apenas –las expectativas tampoco eran muy buenas- y un comercio tradicional luchando para poder liquidar su stock y tener dinero para poder comprar lo justo para afrontar el periodo entre unas y otras rebajas. En cuanto a las ventas a nivel global, como ya se han apresurado a explicar las asociaciones vinculadas al comercio y al textil, es probable que se mantengan las cifras del año pasado en cuanto a facturación y, también, en lo que respecta a las unidades vendidas. Eso significa que se venderá bastante pero muy barato. Y no sólo porque las tiendas tienen una necesidad casi obsesiva –y comprensible- de liquidar su stock, sino, sobre todo, porque llevan tanto tiempo haciendo descuentos que cuando llega el periodo “oficial” de rebajas su margen casi desaparece y por mucho que vendan, el balance a finales de febrero es bastante malo. Lo único positivo es que algunos consiguen liquidar stock y empezar de cero. Un stock que, por cierto, desde hace un par de años es mucho más “racional”, especialmente en las tiendas de deporte, que entre los fatídicos inviernos de 2006 y 2007, y la crisis, han aprendido a ser precavidos y a no dejarse llevar por la euforia. Tener el almacén a rebosar no garantiza más ventas. Las necesidades de muchos comercios y la percepción -lógica- de que al consumidor le cuesta mucho comprar, ha provocado que en esta campaña de rebajas y, también, mucho antes –nada más comenzar la venta de las colecciones invierno-, las ofertas fueran considerables, con descuentos que desde el pistoletazo de salida, y sobre todo en la moda, alcanzaron el 40%. Cuando llevas dos años ofreciendo descuentos, para atraer al público en rebajas hay que darle mucho más. Y ese mucho más significa sacrificar todavía más tu margen. Es cruel, pero para muchas tiendas, tal y como está el panorama, poder partir de cero ya es un éxito. Caso aparte merece el emergente comercio especializado –sobre todo el vinculado a universos como el running o el outdoor-. Como en estos últimos 2-3 años las ventas están siendo buenas y no se han visto obligado a abusar de estos descuentos. Es más, la mayoría ni los han hecho y, cuando han llegado las rebajas, raramente han pasado del 20%. Y en artículos muy puntuales. A pesar de la crisis, el tráfico y las ventas en estas tiendas están siendo bastante buenos. Y la rotación de género también. Es un formato de comercio que tiene una muy buena demanda y un target muy fidelizado que no antepone el precio a otros factores. ¿Conclusión? Cuando llegan las rebajas mejoran las ventas y pierden poco margen, porque como acabamos de decir sus descuentos no alcanzan las cifras que sí se ven obligados a alcanzar los comercios multideporte de pequeño y mediano formato, tanto en la moda (mucho más flexible por tener mejores margenes) como en el deporte. En cuanto a su progresión en los primeros días de invierno, aunque es cierto que hace apenas una década la práctica deportiva bajaba en picado cuando se acercaba el frío, de un tiempo a esta parte ha crecido considerablemente el número de practicantes que no se dejan impresionar por las condiciones climáticas. Y puesto que en ello ha tenido mucho que ver el gran trabajo que han hecho las marcas especialistas para potenciar sus colecciones de invierno, parece obvio que las ventas de textil han sido bastante buenas desde que se superó la siempre compleja cuesta post-vacacional. Otro tema es el material duro, que en el caso del bike y, también, del esquí,ha arrancado el año con ciertos titubeos. OTRO GRAN ALIADO Más allá de las rebajas, otro factor determinante en la venta de textil invierno es el frío. Y por suerte, como pasó en 2009, este invierno está siendo “bueno”. Ha nevado poco, es cierto, y eso también se ha dejado notar en las ventas, pero las temperaturas han sido lo suficientemente bajas como para que el segmento del esquí no cayera como en 2007 y para que el textil invierno tuviera una buena demanda. La crisis, obviamente, ha frenado las ventas, pero en cualquier caso los resultados están siendo aceptables. ¿Qué las cosas estarían yendo mejor si la coyuntura hubiera sido favorable? Por supuesto. Y seguramente podríamos hablar de ventas récord de textil invierno y de un buen balance para el material duro, pero la situación es la que es, y viendo cómo está el La crisis ha vuelto a marcar el comportamiento del consumidor -y de las tiendas- en unas rebajas en las que el deporte no puede competir con la moda. Por suerte, lo técnico mantiene su progresión de 2010. El textil técnico gana peso en 2010 y en unas rebajas a la baja ts58 Cuando llevas dos años ofreciendo descuentos, para atraer al público en rebajas hay que darle mucho más. Y ese mucho más significa sacrificar mucho margen. Es cruel, pero para muchas tiendas, tal y como está el panorama, poder partir de cero ya es un éxito.

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