¿Qué queda de esa empresa que nació en 1980? Quedan, sobre todo, el espíritu y las ganas de innovar. Durante estas tres décadas hemos querido ser fieles a la filosofía con la que empezamos este proyecto y probablemente ésta haya sido la clave para crecer y consolidar nuestra marca como lo hemos hecho. No hemos traicionado nunca nuestros valores. Y eso lo han sabido apreciar tanto el detallista como el consumidor. ¿Cuál ha sido la principal aportación de Efa al sector? Estoy convencido de que hemos aportado muchas cosas. Como te decía antes, hemos sido pioneros en muchos aspectos y hemos creado artículos que han marcado un punto de inflexión en el deporte. Fuimos los primeros en diseñar una camiseta brillante para fútbol, fabricar polares, en lanzar un calcetín de piscina antihongos, repelente al agua e hipoalergénico y, así, un largo etcétera. En cuanto al comercio, en estos 30 años siempre hemos garantizado un servicio impecable y una calidad muy buena a un precio excelente. Nuestra rentabilidad, insisto, es superior a la de la mayoría de marcas, y hemos ayudado a las tiendas a ganar mucho dinero. ¿Qué le ha faltado a EFA para convertirse en una marca global? Cuando fundé EFA uno de mis objetivos era levantar una empresa que yo pudiera controlar. Nunca hemos sido una marca ambiciosa y nunca hemos querido crecer por crecer. Nuestra prioridad era tener un producto de calidad, una marca fuerte y una empresa que aportara rentabilidad a los comercios. Y lo hemos logrado con creces. Hemos podido crecer, es cierto, pero no hemos querido hacerlo. Y no me arrepiento de ello. Sin embargo este año vuelven a ispo, una demostración clara de su apuesta por la internacionalización… Así es. Que no hayamos querido ser una marca global no significa que no podamos entrar en determinados mercados. No lo hemos hecho antes porque no hemos tenido suficientes medios, ni económicos ni humanos. Lo intentamos hace algunos años y las cosas no salieron como esperábamos, seguramente porque no estábamos preparados. Ahora, sin embargo, sí estamos convencidos de que podemos posicionarnos con fuerza, y con garantías, en otros mercados y por eso acudimos a ispo. Tenemos un producto innovador, revolucionario y que puede posicionarse fácilmente en muchos países. ¿Cuáles son los cambios más importantes que ha visto en estos 30 años a nivel sectorial? Aparte de lo que representó, como he dicho antes, la llegada de las multinacionales, seguramente el cambio más importante lo marcó la llegada del sportwear a la tienda de deporte. En los 90 y a principios de 2000 el deporte se convirtió en un marcador de tendencia, y pese a las pérdidas que ello ocasionó en la vertiente más atlética, el sector vivió una de sus mejores épocas. El problema es que, como casi siempre, no lo supimos aprovechar, y con la apuesta que hizo la moda por el sportwear, perdimos por completo esa capacidad de marcar tendencia. EFA es una de las pocas marcas que cuenta con fábrica propia en nuestro país ¿Qué ventajas e, inconvenientes conlleva? La gran ventaja es que dependes de ti mismo. Puedes hacer lo que creas conveniente y eso, a nivel estratégico, es muy importante. Eres más ágil, más rápido y lo controlas todo. El inconveniente es que tienes muchas más personas a tu cargo, y eso quiere decir más costes. De todas maneras, creo que el futuro de las empresas pa- “El secreto del éxito siempre reside en ir un paso por delante de tus competidores, y nosotros muchas veces lo hemos logrado. Esta inquietud por innovar es lo que nos ha convertido en uno de los grandes referentes en dos segmentos tan importantes como el fútbol y el baño”. “Durante estas tres décadas hemos querido ser fieles a la filosofía con la que empezamos este proyecto y probablemente ésta haya sido la clave para crecer y consolidar nuestra marca como lo hemos hecho. No hemos traicionado nunca nuestros valores”. “Nuestra prioridad era tener un producto de calidad, una marca fuerte y una empresa que aportara rentabilidad a los comercios. Y lo hemos logrado con creces”. “La gran ventaja de tener tu propia fábrica es que dependes de ti mismo. Puedes hacer y dejar de hacer lo que creas conveniente y eso, a nivel estratégico, es muy importante. Además, eres más ágil, más rápido y lo controlas todo”. “El futuro de las empresas pasa por tener mentalidad productora y marca propia. Si eres un simple gestor de marcas, eres uno más en un mundo globalizado y ultracompetitivo”. Tengo muy claro que sólo sobrevivirán las marcas que lleven a cabo una constante renovación de su oferta y que apuesten por la innovación y el desarrollo.” “Tenemos un gran futuro por delante. En estas tres décadas hemos hecho un gran trabajo, con una base muy sólida, y seguiremos siendo un referente en el sector”. ts25 Evolución de la imagen gráfica de Efa en estas tres décadas
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