TradeSport 181 - Octubre 2010

ESPECIAL CALZADO LIFESTYLE REDACCIÓN,Barcelona tiempo estimado de lectura >>> 9 min. El calzado ha sido, desde hace muchos años, la categoría más fuerte del sector de artículos deportivos. Este protagonismo lo adquirió, sobre todo, cuando el llamado calzado deportivo – léase casual, urban, lifestyle, sportwear…- comenzó a inundar las calles de nuestras ciudades y a imponerse, también, como un calzado perfecto –y aceptado- para el día a día. La formalidad de mocasines y zapatos clásicos dejó paso a un look más desenfadado, y muchas marcas, deportivas y no deportivas, vieron una nueva vía de negocio que, con el paso del tiempo, se ha confirmado como una de las más rentables para muchas de estas enseñas. El calzado resiste al declive de la moda Obviamente, y negarlo sería ingenuo, el boom del calzado deportivo tiene mucho que ver con el auge, en el mundo de la moda, de este look más informal. No se trata de discutir si ha sido el deporte quien ha impuesto su estética en la moda o si, por el contrario, ha sido la moda la que ha ayudado a “popularizarlo”. Habrá opiniones para todos los gustos y, seguramente, todas las partes llevarán razón. La moda deportiva, al fin y al cabo, es moda y es deporte, y las grandes marcas de ambos canales –y algunas que han ganado cuota gracias a esta categoría- han aprovechado –y explotado- esta oportunidad. Durante años, como hemos dicho, el calzado deportivo creció a ritmos muy rápidos. Todo el mundo apostó por este tipo de artículos y lo mejor para el sector es que, al principio, era un coto bastante reservado a las marcas deportivas. Después vino la moda y, con ella, las grandes marcas de este canal y una larga lista de marcas de primer precio que quisieron aprovechar este boom. Fueron años muy buenos para esta categoría y el deporte supo aprovechar que entonces, y en este tipo de artículos especialmente, el consumidor era muy marquista. El comportamiento de las ventas sirvió, como hemos dicho, para que las grandes multinacionales abrieran una nueva vía de negocio y, sobre todo, para que marcas más especializadas en calzado atlético comenzasen a apostar por looks más urbanos y ganaran presencia en la calle rápida y contundentemente. Algunas, incluso, lo lograron apostando firmemente –y exclusivamente- por el canal moda, separando claramente su vertiente más técnica de lo estrictamente vinculado a la moda. Tras años de fuerte crecimiento, con un volumen de ventas que aumentaba ajeno a la crisis que sufría el sector, la economía mundial quebró y uno de los principales damnificados fue la moda. Desde hace un par de años el consumo ha caído en picado, los brotes verdes siguen bajo tierra, y quienes más han sufrido el ahorro de las familias han sido los productos que no son de primera necesidad, especialmente el textil. El calzado, aunque ha notado el bajón, está sabiendo capear el temporal. Lo atlético gana fuerza y la moda, pese al descenso, se defiende. Pese a esta resistencia no podemos ignorar los problemas que ha conllevado, para todo el sector, la obsesión que en su día generó la moda deportiva y la apuesta a ciegas que hicieron muchas tiendas por esta categoría, pervirtiendo su esencia y volcando excesivos esfuerzos en una topología de producto excesivamente arriesgada por su vinculación con la moda. Es cierto que seguramente la moda deportiva hubiera mantenido su fuerza de no ser por la crisis, al menos durante unos años, pero eso no quita que la apuesta por este mundo era, y es, excesivamente arriesgada. La realidad, a estas alturas, es que quienes apostaron “demasiado fuerte” por esta categoría están sufriendo las consecuencias de los cambios de hábitos de consumo y muchos de ellos ya han empezado a volver a sus orígenes para tratar de salir del bache. No es fácil, porque cuando dejas de lado algo siempre hay quien se aprovecha de ello –las especialistas-, pero tal y como está el panorama, es probable que cada vez haya más comercios que vuelvan a lo atlético. Sin embargo, eso no significa que el potencial de la moda deportiva y, en especial del calzado deportivo, esté en entredicho. Al contrario. Dentro de este mundo, si hay una categoría que resiste mejor la embestida de la crisis es, como hemos dicho, el calzado, que por mucho que se alargue esta época de contención del gasto, seguirá teniendo cuota en los comercios deportivos –incluso en los que hoy vuelven a lo atlético- y en otros canales donde se posicionó con fuerEl calzado deportivo resiste la caída del sportwear El calzado deportivo urbano ha experimentado un fuerte crecimiento en ventas. Y como suele suceder en todos los segmentos, este crecimiento ha venido acompañado de una proliferación –excesiva- de marcas. ts46 La crisis ha tenido una gran incidencia en el sector de artículos deportivos y, sin duda, una de las categorías que más se ha resentido ha sido el sportwear, hasta no hace mucho el salvavidas de muchas tiendas. Dentro de este universo, que se mueve a medio camino entre el deporte y la moda, el calzado ha aguntado el tipo y ha esquivado el fuerte revés que ha experiementado el textil. El look deportivo, sobre todo en calzado, sigue (muy) vivo

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