mo calzado urbano. El problema es que con el auge del llamado sportwear la espectacular eclosión de las colecciones de calzado urbano con un toque deportivo, todas estas modalidades atléticas dejaron de tener tirón en la calle. Algunas, como el baloncesto, resisten gracias a alguna “tribu” urbana que encumbra este tipo de calzado, pero otros, como el tenis, han desaparecido por completo del asfalto. Quienes creen que cualquier tiempo pasado fue mejor, tienen parte de razón en lo que a basket y tenis se refiere. ¿Quién no se acuerda de las míticas Weapon de Converse, de las primeras Jordan o de las superpopulares Stan Smith? En su día se vendían como churros, y aunque ahora parece que algunas vuelven –como calzado urbano, insistimos- la realidad es que las ventas están a años luz de las de hace apenas una década, cuando la moda decidió que estos dos estilos volvieran a la pista. Y como en el running, limitados a esa superficie, las marcas comenzaron a apostar por la tecnología y por un look más atlético. Una decisión perfecta para quienes juegan pero no tan buena para quienes usaban este tipo de modelos para ir por la calle. Aún así, también es cierto que el complejo y emergente mundo de las sneakers, donde el baloncesto tiene un peso importante, ha ayudado mucho a que este tipo de calzado también tuviera un hueco en la cultura urbana. En cuanto a las marcas, y volviendo al plano más técnico, el baloncesto es un segmento dominado básicamente por Nike y adidas, en el que también ganan protagonismo otras marcas como la especialista AND1 –que ha experimentado un fuerte auge en los últimos años, poniendo en jaque a las grandes- o Converse. Falta ver, ahora, qué pasa con la llegada del gigante asiático Li Ning. En tenis pasa algo parecido, pero la fuerza de las especialistas es mucho más importante, por número y por volumen, con marcas como K-Swiss, Asics, Wilson, Babolat, Diadora o Lotto al frente. La fuerza de Nike y adidas, que llevan a cabo importantes inversiones en i+D y en patrocinios, es considerable, pero mucho menos que en otros segmentos. También hay que tener en cuenta, para acabar, todo lo que ha representado el pádel para el segmento de los deportes de raqueta. Es cierto que las ventas de calzado están a años luz de lo que, por practicantes, deberían ser, pero poco a poco tanto las marcas del mundo del tenis como las muchas marcas especializadas en pádel, están logrando hacerle entender al jugador las ventajas que aporta el calzado específico de pádel. Y las ventas en estos cuatro o cinco últimos años avalan estos esfuerzos (en tiempo y dinero). Son modelos con una gran tecnicidad, y como en el caso del tenis, no han sido pensados ni diseñados para salir de la pista. Gliss: un camino opuesto El último segmento al que le dedicaremos unas líneas es el del gliss. Aunque hablemos de él en último lugar no significa que su peso sea menor que el de los otros segmentos. Es más, por volumen, el calzado vinculado al mundo gliss es uno de los más importantes del sector. El problema es que un porcentaje muy alto de las ventas, nos atreveríamos a decir que por encima del 90%, son para uso diario. Y la mayoría de quienes los compran jamás se han subido, ni tienen intención de hacerlo, a una tabla de skate. Seguramente esta evidencia ha conllevado que el camino de las marcas de gliss haya sido opuesto al de otros segmentos atléticos, con marcas eminentemente técnicas que han pasado a convertirse en verdaderos iconos de la moda urbana. Las grandes marcas especializadas en skate, junto con algunas marcas líderes del universo surf que se han atrevido con el calzado, han conseguido imponer su estética en targets muy importantes… y en muchos canales. Marcas como Vans o Etnies o DC Shoes, entre otras, han traspasado la frontera del deporte y se han convertido en las marcas preferidas de muchos jóvenes. Son, seguramente, el mejor ejemplo de cómo la moda puede transformar un segmento y hacer crecer a determinadas marcas hasta límites insospechables –y peligrosos-. Las ventas se han frenado, es cierto, pero sigue siendo un universo muy importante para el sector… Conclusión: el calzado está vivo… España ha sido, tradicionalmente, uno de los principales mercados mundiales para los fabricantes de calzado. El peso que tiene esta categoría en el total del sector deportivo es mucho mayor aquí que en otros países, y las grandes marcas, deportivas y no deportivas, siempre han apostado muy fuerte por nuestro país. Aunque no vivimos uno de nuestros mejores momentos ni económicamente ni en lo que a práctica deportiva se refiere –con índices por debajo del 40%- sí que existen determinadas modalidades que están experimentando un fuerte crecimiento en practicantes y en ventas. Dicho esto, es obvio que el calzado es una de las familias que más puede aportar al comercio deportivo, sobre todo al multideporte. En el plano más casual, aunque lógicamente las marcas quieren abrirse hueco en el canal zapaterías, el auge del sportwear ha abierto nuevos caminos a marcas y tiendas. Los mocasines son cosa del pasado y hoy en día un porcentaje muy alto de la gente va a trabajar con calzado deportivo o, para suavizarlo, con calzado casual o urban –cosas del marketing-. Las perspectivas apuntan a que esta moda seguirá su camino y, en este sentido, el potencial, obviamente, es infinito... El comercio tiene que aprovechar que las marcas deportivas tienen un buen estatus en este campo y, sobre todo, tiene que darle argumentos a éstas para que no tengan la necesidad de irse a otros canales. El calzado está muy vivo y hay que aprovecharlo. Si no, como siempre, lo harán otros. Con el crecimiento de practicantes y, sobre todo, con la proliferación de gimnasios, lo lógico sería que las ventas de calzado fitness hubieran mantenido un comportamiento positivo. Sin embargo, no ha sido así. Todo lo contrario: el fitness es el gran paradigma de que el crecimiento en practicantes no tiene porque comportar un crecimiento de las ventas ts29
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