ts32 bia, Salewa y compañía sigue siendo muy fuerte, especialmente en calzado y textil, pero la emergencia de marcas especializadas, sobre todo en complementos, ha transformado bastante este universo. Aunque hace una o dos décadas ya existían marcas superespecializadas de calcetines, mochilas o menaje, con el boom del outdoor se han multiplicado este tipo de marcas y muchas de ellas, además, se han posicionado con una gran fuerza a nivel mundial (entre ellas alguna española), confirmando no sólo el buen momento de este universo sino, sobre todo, la importancia que en estos últimos años ha adquirido la especialización. Ahora bien, no todo son buenas noticias para el mundo del outdoor. Marcas y tiendas tienen un enemigo cada vez más fuerte: Decathlon y su marca Quechua. No hará sombra, en años, a la parte más técnica del outdoor (material duro de escalada, básicamente), pero ha robado mucho cuota en las gamas bajas y medias (de precio) y poco a poco ha ido ganando un aureola de tecnicidad que a corto y medio plazo puede acarrear muchos problemas a las marcas. Domina aplastantemente las ventas en el target más importante en número, y aunque para las marcas más técnicas no supone aparentemente un problema, sí lo es para determinadas marcas, sobre todo las generalistas, ya que parte de su facturación está focalizada en este target de practicantes no habituales y no excesivamente tecnicistas. Habrá que ver cómo sigue creciendo la marca francesa en ventas y, sobre todo, en imagen de cara al consumidor más técnico, pero a priori parece que las cosas, para ella, irán a mejor. En Francia, Decathlon ya ha conseguido vender Quechua fuera de sus tiendas, en comercios especializados, y eso es sintomático (además de muy peligroso). ¿Puede pasar esto en España? No lo sabemos, pero en cualquier caso mejor no confiar en que no suceda. Hace diez años nos hubiéramos reído si alguien decía que una marca de Decathlon dominaría el outdoor y ahora Quechua es, seguramente, la marca con más cuota de mercado. LA CRISIS NO ALTERA LA EVOLUCIÓN DEL OUTDOOR Es obvio que la crisis económica que estamos atravesando –y de la que, esperemos, estamos saliendo poco a poco- ha alterado los planes de muchos segmentos, especialmente los menos técnicos. La vertiente más atlética se ha visto menos afectada por la recesión del consumo, pero obviamente su evolución se ha visto moderadamente frenada. Aún así, estas modalidades, con deportes como el trekking, el senderismo o el running en cabeza, mantienen intacto su gran potencial a corto y medio plazo y en lo que respeta al futuro de los deportes vinculados al universo outdoor –sin apenas excepción- podemos ser optimistas y afirmar sin tapujos que es bastante esperanzador. Puede que este año y quizás el próximo su evolución se vea un tanto ralentizada, pero en el entorno económico actual, y tal y como evoluciona el sector, son y serán las modalidades más estables del momento y las que mejores perspectivas de crecimiento tienen ahora y, sobre todo, cuando las cosas mejoren. Es más, puede que incluso, algunas de estas modalidades, entre ellas el Trail, experimenten un nuevo repunte de practicantes -y ventas- cuando pase la tormenta, sobre todo si, como todo indica, las modalidades muy vinculadas con el emergente mundo del wellness se consolidan. Pero a pesar de este optimismo que generan todas las modalidades outdoor, para que la evolución no sea sólo teórica, hay algunas asignaturas pendientes que deben solucionarse. Por un lado es importante que las marcas y las tiendas sigan reforzando su papel formativo y poco a poco vayan “convenciendo” al practicante más irregular –que representa el gran target del segmento- de las múltiples ventajas que ofrece el material atlético y lo importante que puede llegar a ser no anteponer el precio a otros factores y no escatimar recursos en la elección. También sería importante, más allá de la necesidad de fomentar la práctica a nivel global, volcar esfuerzos en captar nuevos targets, sobre todo la tercera edad y la mujer, dos grupos cada vez más atraídos por estas modalidades y con un poder de compra a tener muy en cuenta. En cuanto al comercio, las cosas parecen bastante claras. La red de tiendas especializadas crecerá y se consolidará, y a la vez, el outdoor ganará protagonismo en el comercio multideporte que sí sepa gestionar bien este universo (que, por cierto, no es fácil). Las tiendas especializadas ya se han posicionado como la gran referencia en la venta de material atlético, especialmente en un segmento tan técnico como el de los deportes outdoor. La mejor alternativa para el comercio multideporte, aparte de asumir esta evidencia, es buscar otros targets, y por suerte, con muchas modalidades outdoor tiene la posibilidad de encontrarlos, ya que existe un perfil de consumidor (consumidores no deportistas o practicantes ocasionales), muy importante en volumen, que puede ser un cliente potencial de estas tiendas. Eso sí, aunque exista este target potencial, estas tiendas multideporte tienen que segmentar su oferta y especializarse, ofreciendo una oferta amplia y bien gestionada que se adapte a las necesidades del cliente al que quieren dirigirse. Como hemos dicho en varias ocasiones, este tipo de tiendas, con un futuro un tanto más complejo que las especialistas, pueden seguir siendo multideporte, pero están casi obligadas a apostar por la especialización o, mejor dicho, por la segmentación, y sin duda, insistimos, todo lo que rodee al outdoor más popular puede ser una buena alternativa para quienes quieren dar un vuelco a su negocio y quieren evitar que este perfil se vaya hacia las tiendas especialistas o, como hasta ahora, a Decathlon. Marcas y tiendas tienen un enemigo cada vez más fuerte: Decathlon. No hará sombra, en años, a la parte más técnica del outdoor, pero ha robado mucha cuota en las gamas bajas y medias (de precio) y poco a poco ha ido ganando una peligrosa aureola de tecnicidad El outdoor goza de muy buena salud y lo más probable es que siga creciendo. Aun así, hay varios temas que hay que solucionar y en este sentido es prioritario, más allá de la necesidad de fomentar la práctica a nivel global, volcar esfuerzos en captar nuevos targets, sobre todo la tercera edad y la mujer, dos grupos cada vez más atraídos por estas modalidades y con un poder de compra a tener muy en cuenta.
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