TradeSport 178 - Junio 2010

precio (marcas de primer precio, marcas propias de los grupos…), colecciones baño -urbanas o playeras- de marcas que tienen en el textil un porcentaje importante de su facturación, y, finalmente, las grandes marcas del mundo gliss. En unas domina el hombre, en otras la mujer. Y hay uno, el gliss, en el que coinciden ambos. Comencemos por el hombre. Lo primero que tiene que quedar claro es que es un perfil de comprador mucho más marquista que la mujer y, también, mucho más “fiel” a las marcas deportivas. Tradicionalmente ha sentido una admiración por las grandes del deporte y ha comprado el baño en el canal. Obviamente la moda también vende muchos bañadores de hombre, sobre todo, primeros precios y líneas de estética surfera, pero el hombre es el gran comprador –o mejor dicho, consumidor- del canal. La oferta en el canal deporte siempre ha respondido perfectamente a sus necesidades. Y con el auge del Xwear, todavía más. Con este perfil, no es extraño que marcas como Quiksilver, Billabong, Rip Curl, adidas o Speedo copen las primeras posiciones en unidades vendidas. Sus precios medios son también los más altos del segmento –el gliss, sobre todo-, pero eso no parece un freno para los consumidores. La mujer es un tanto distinta en sus compras, sobre todo porque apenas compra baño no atlético en el canal. Es menos marquista y antepone, como hemos dicho, otros factores como el precio o el look. Antes del boom del beachwear, las ventas se limitaban a baño atlético, dominado como hemos dicho por las marcas especialistas. Tras el desembarco de Roxy, Billabong Girls y compañía, las ventas en el canal deporte las controlan el mundo gliss, con Roxy en cabeza, y las dos grandes especialistas internacionales, Speedo y Arena, con la española Efa muy bien posicionada. Otras marcas como Rip Curl, Randy, OZT o Turbo también tienen mucho tirón entre la mujer. LA MODA MARCA EL CAMINO En un momento en el que lo atlético parece revivir después de años en el olvido, defenestrado por el sportwear, y sobre todo teniendo en cuenta que desde esta revista hemos insistido una y otra vez en la necesidad de recuperar los orígenes, puede parecer un poco extraño que aboguemos por apostar por la moda al hablar del futuro del baño. Pero la realidad es que incluso en un momento en que lo atlético parece estar en auge, la gran mayoría de bañadores que se venden en el canal –y, sobre todo, fuera de él- no tienen un uso atlético ni están relacionados, por marca, por diseño y por lugar de venta, con el deporte. Nos guste o no, el futuro a corto y medio plazo pasa por seguir potenciando las líneas más vinculadas a la moda. Y lo mejor que puede hacer el comercio es apoyarse en las marcas deportivas para responder a la creciente demanda de beachwear. Eso no significa, ni mucho menos, que las tiendas deban renunciar a lo atlético. La cifra de ventas es considerable y es una categoría que hay que cuidar mucho. Las marcas vuelcan muchos esfuerzos en mejorar sus colecciones y el consumidor es cada vez más exigente con lo que compra. Es complejo que a corto y medio plazo haya un boom de practicantes, pero la cifra es muy estable y asegura el buen comportamiento de las ventas. Las marcas deberán luchar entre ellas para ganar cuota, y deberán hacerlo, además, bajo la bandera de la tecnología y, también, del diseño y el precio. En un futuro inmediato el factor calidad-precio será determinante para el consumidor. El comercio, aunque apueste por el baño moda, debe tener muy claro que el baño competición es un segmento muy rentable. Por demanda, por su atemporalidad y porque, a diferencia de otros segmentos, aún no existe una red sólida de tiendas especializadas. El “único” pero, Decathlon, para variar. También parece claro que en los próximos años ganará protagonismo, dentro de las marcas especialistas, el componente moda. Grandes como Speedo, por ejemplo, llevan años potenciando mucho sus líneas de baño moda. Y lo mismo pasa con Efa o con Arena. Son marcas de deporte que pueden representar una muy buena oportunidad para que la tienda explote el baño moda más técnico, que también tiene un público bastante fiel y cuantioso. ¿La gran asignatura pendiente? Conseguir que las mujeres de más de 25-30 años sopesen la posibilidad de comprar en una tienda de deporte. Para ello hay que cambiar muchas cosas, sobre todo a nivel estético. El producto ya lo tenemos, pero hay que conseguir que la mujer entre a verlo. Ése es el camino. Mirar hacia delante y alcanzar sin preocuparnos de qué hacen o qué dejan de hacer los canales alternativos. Nuestra gran ventaja es que tenemos un gran potencial en este segmento, tanto en lo atlético como, sobre todo en el baño moda, pero para alcanzar las metas hay que saber cuáles son nuestras posibilidades reales de crecer y cuál es nuestro público objetivo. No tenemos que luchar por convencer a quienes se compran 4 ó 5 bañadores a 10 euros cada año. Tenemos que fidelizar al que se compra 1 ó 2 de 30 euros para arriba Las marcas gliss lo han sabido hacer a la perfección y los resultados han sido muy buenos. Intentar luchar contra la moda con sus propias armas es imposible. Tenemos otros argumentos. Y hemos sobrevivido a muchas luchas recurriendo a nuestros orígenes y a nuestras marcas. El comercio, aunque apueste por el baño moda, debe tener muy claro que el baño competición es un segmento muy rentable. Por demanda, por su atemporalidad y porque, a diferencia de otros segmentos, aún no existe una red sólida de tiendas especializadas. El “único” pero, Decathlon, para variar. ts25

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