TradeSport 178 - Junio 2010

ts23 tienen precios muy inferiores a los de cualquier marca de deporte, y para muchas consumidoras (la mujer copa la mayoría de las ventas), que utilizan esta prenda para pasar el día en la playa y que, como prenda de moda, quieren tener varias, aspectos como la marca o la tecnicidad son completamente prescindibles. La combinación de precio, diseño y, también, canal, facilita mucho la decisión. De todas maneras no debemos rendirnos. Y menos ahora, que el boom del beachwear y de las marcas gliss –frenado por la crisis, pero con potencial- ha conseguido dar un pequeño impulso a estas ventas en el canal deporte y, sobre todo, ha servido para que muchos dejen atrás los prejuicios de comprar bañadores o bikinis de marcas deportivas. EL CANAL CONTROLA LO ATLÉTICO Puede parecer una perogrullada, y ya lo hemos dicho antes, pero es importante remarcar que el canal deporte controla las ventas de baño atlético. Es lo lógico, pero tal y como están las cosas, y con el empuje de otros canales, no está de más recordarlo. Luego ya nos rasgaremos las vestiduras si quien controla las ventas dentro del canal es el de siempre, pero lo primero es dejar claro que lo atlético es territorio prohibido –de momento- para la moda. Es obvio que el gran grueso de ventas lo controla en el baño ocio, pero el baño atlético también representa, como hemos dicho, un volumen de ventas muy importante. El segmento tiene una fuerte identidad, con una lista bastante larga de marcas especializadas y con muchas marcas generalistas con líneas de baño ganando protagonismo. La competencia es muy fuerte. Ganar cuota pasa, irremediablemente, por la innovación y el desarrollo, y no todas las marcas quieren o pueden luchar. Algunas grandes multinacionales, incluso, han desistido de luchar en las gamas más técnicas desanimadas por la fuerza que habían ganado las especialistas. Un factor importante para el segmento -y para el sector en general-, es que se trata de un producto atemporal, con ventas todo el año, y con una buena rotación. Seguramente ésta es la razón por la que muchas tiendas de deporte trabajan esta categoría. Ésta, y la exclusividad del canal: el canal moda puede vender los bikinis que quiera, pero quien necesite un bañador para natación tendrá que acudir irremediablemente a una tienda de deporte. Es un producto técnico y, como tal, es el canal el que tiene que venderlo. Si nos centramos en las cifras de ventas, y teniendo en cuenta que, como hemos dicho, es el deporte más practicado por los españoles, los expertos apuntan que en nuestro país podrían venderse, como mínimo, entre 400.000 y 500.000 unidades cada año, una cifra que sitúa a este tipo de productos entre los más vendidos del sector. Este 2009 las prendas de baño técnico han experimentado un ligerísimo retroceso, bastante previsible si tenemos en cuenta la crisis económica y el fuerte crecimiento que había experimentado este segmento en los últimos 10 años, tanto en hombre como, en menor medida, en mujer, y que difícilmente era sostenible durante muchos más años. Al tratarse de prendas técnicas su gran baza es la funcionalidad. Son bañadores que tienen que tener unas cualidades determinadas -ligereza, comodidad, ajuste, resistencia al cloro… y por tratarse de una prenda técnica, el desarrollo tecnológico emerge como clave competitiva. El problema es que las mejoras tecnológicas vienen acompañadas de un incremento del precio medio y no todo el mundo está dispuesto a gastarse ese dinero para nadar, sobre todo si no se tiene un nivel lo suficientemente alto como para beneficiarse de estas prestaciones. Aun así, más allá de los bañadores ultrafuncionales desarrollados por las grandes marcas para competiciones de alto nivel, y que sólo están al alcance de los federados o de quienes practican este deporte con mucha regularidad (casi siempre en piscina), las marcas de este segmento también han apostado muy fuerte por darle al nadador ocasional –o al que no quiere gastarse tanto dinero-, una amplia variedad de modelos con un precio muy bueno y una tecnicidad más que suficiente. Es más, muchos incluso apuestan fuerte por el factor diseño, mejorando la versatilidad de la prenda, que podrá tener continuidad más allá de los carriles de la piscina. Para acabar, también es importante tener en cuenta el poder que tienen algunas marcas españolas en este segmento técnico. Los rankings de ventas están liderados por Speedo y Arena, las dos grandes marcas internacionales del segmento, pero enseñas como Efa o Turbo, apostando por una excelente calidad a un precio muy bueno, están ganando peso año tras año y ya compiten de tú a tú con estas grandes. La gran mayoría de consumidores cuando compra bañadores compra moda. Y quien quiera avanzar no tiene más remedio que adaptarse a esta realidad. Las marcas de deporte, por suerte, lo están haciendo, y desde hace algún tiempo, empujadas por el auge del gliss y por la estética surfera-playera, están ganando protagonismo, posicionándose con fuerza en el llamado beachwear, un segmento que por lógica debería tener controlado pero que, como ha pasado en otros segmentos, ha acabado controlando el canal moda.

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