vende en tiendas de skate. Además, el practicante de skate es muy selectivo con el comercio y siempre preferirá un comercio especializado –cuanto más “freak” mejor- que una tienda clónica con una oferta muy escasa. Es exactamente lo mismo que sucede en todos los segmentos atléticos. El único problema que puede darse a corto y medio plazo es la saturación de la oferta de material duro. Cada vez hay más marcas –las españolas ganan peso- y la oferta empieza a estar por encima de la demanda. Otra gran diferencia respecto a lifestyle de las marcas del mundo del surf es el importante peso que tiene el calzado. Si en el surf las marcas han pasado del textil al calzado –o lo han intentado-, en el skate ha pasado justamente lo contrario, y han sido las marcas de calzado las que, viendo la demanda, se han decidido a apostar por el textil (muchas veces bajo el auspicio de grandes multinacionales, algunas del universo surf, que como hemos dicho, han preferido comprar una marca que desarrollar sus propias colecciones de calzado). En cuanto a las ventas, hasta hace pocos años, éstas se limitaban a los practicantes y a algunos seguidores de esta cultura, pero ahora, en pleno auge del estilo skate, el gran grueso de las ventas de calzado está vinculado al factor moda y, en este sentido, no es extraño que en las colecciones de estas marcas cada vez haya más modelos pensados para el consumidor de moda urbana que para los skaters. Eso sí, nunca han abandonado sus líneas corey el look skate sigue estando en el origen de todas las líneas. Para terminar, un breve apunte sobre otra modalidad que está ganando protagonismo en el mundo del gliss: el roller, aunque poco tiene que ver con el surf y con el skate, sobre todo por el protagonismo que en este subsegmento tiene Decathlon –sin peso el skate y surf- y por la filosofía que hay detrás. Respecto a la cadena gala, basta con decir que es uno de los grandes proveedores de roller y, sobre todo, uno de los grandes dinamizadores de este deporte, especialmente entre los principiantes. En cuanto a la filosofía, el problema es que no existe una “cultura roller”. Aunque hay patinadores extremos, competiciones de saltos y que su práctica puede ser tan o más espectacular que la del skate o el surf, por su popularización y por la tipología de practicantes, es una modalidad que no despierta tanto el interés de los más jóvenes, mucho más atraídos por los deportes de tabla. Además, no hay una industria textil específica ni grandes marcas especializadas en este deporte que hayan conseguido traspasar la frontera de lo deportivo. Si hace apenas diez años el lifestyle con raíces gliss era un coto privado de tres o cuatro marcas, hoy en día hay una lista interminable de marcas vinculadas al mundo skate que se han convertido en iconos, tanto entre los skaters como entre los que no tienen ningún interés en este deporte.
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