TradeSport 176 - Abril 2010

ts29 das de uno de los targets más importantes del deporte… y de la moda. Estos tres gigantes, y otras marcas que han ganado peso en los últimos años, como Reef, Oxbow u O’Neill, por citar algunas, se han distanciado espectacularmente de otras marcas gracias al llamado streetwear. Han logrado, no seamos ingenuos, lo que muchos –todos- anhelaban: dar el salto de la playa a la calle. Algunos les pueden reprochar que hayan cambiado por completo su estrategia en cuanto a diseños, dejando lejos la estética que en su día les ayudó a comenzar el camino, y estén apostando por un look mucho más casual, urbano, con apenas reminiscencias surferas. No creo que estas marcas puedan atreverse a negar esta evidencia. Pero tampoco creo que debamos condenarlas por ello. Son grandes empresas que deben conseguir grandes resultados. Y en la playa, desde luego, no se consiguen. El cambio, lógicamente, obedece a una necesidad. La de crecer en volumen. Sin renunciar a sus orígenes, que la gran mayoría sigue avivando con el material técnico y con determinadas líneas textiles, las grandes marcas surferas se han adaptado a las tendencias para, así, poder tener más público objetivo y seguir creciendo. Y para ello, en las colecciones más sportstyle, se ha sacrificado parte de su esencia. Han construido marca durante muchos años y en los últimos años han conseguido que el consumidor compre la marca y no el producto. Y no nos engañemos, incluso las marcas más puristas han apostado por adaptarse –en mayor o menor medida- a una demanda que poco tiene que ver con el mundo del surf. Quedan pocos surferos como los de antes, y aunque hay que cuidarles, uno no puede renunciar al potencial que hoy en día tiene este look en la cultura urbana. ¿Es moda o no es moda? Es obvio que muchas de estas marcas encajan, o han encajado durante muchos años, dentro del concepto “estar de moda”. Son marcas que hoy por hoy, pese al fuerte retroceso experimentado en los últimos dos años –por la caída del consumo-, siguen teniendo una buena demanda y un potencial importante. Puede que hayan perdido la autenticidad que reclaman algunos puristas, pero el consumidor sigue viéndolas como marcas surferas y, sobre todo, deseables. Al fin y al cabo, su fuerza ya no son sus orígenes, sino la marca. Y muchas han sabido mantener sus valores, aunque solo fuese en sus estrategias de marketing. Otro aspecto que ha sido determinante para que las marcas se volcaran en la moda –no en el canal moda-, es el protagonismo que ha adquirido la mujer tanto a nivel sectorial como, sobre todo, a nivel social. La mujer no busca deporte, busca moda. Y las marcas surferas siempre han despertado una cierta curiosidad en ellas pese a que el deporte –el sportwear- no haya sido nunca una de sus debilidades. ¿Por qué? Pues básicamente porque han sabido responder a sus gustos y necesidades mucho mejor que la mayoría de marcas deportivas. Algunas, como Quiksilver, crearon una marca exclusiva para ellas –Roxy-, otras, como Rip Curl o Billabong, apostaron por cambiar algún logo, pero todas, sin excepción (Oxbow, Reef, O’Neil y compañía), antes o después, apostaron fuerte por las colecciones femeninas. El potencial, además, es muy alto, sobre todo porque muchas mujeres no perciben estas marcas como marcas de deporte, sino como marcas de moda, y aunque parezca absurdo, esta diferenciación es muy importante. Para ellas, las marcas surferas son un mundo aparte, a medio camino entre la moda deportiva que rehuyen y la moda más formal. A pesar de este vuelco hacia la moda, las marcas surferas, y eso hay que agradecérselo, han sido fieles al canal. Se les podrán criticar mil y una cosas, desde su apuesta por las tiendas monomarcas hasta su renuncia a las raíces en pro del negocio puro y duro, pero si hay algo que hay que saber valorarles es su fidelidad al canal. Puede que algunas tiendas superespecializadas que hasta no hace mucho vivían de estas marcas no vean con muy buenos ojos su proliferación en tiendas multideporte que han apostado por el sportwear, pero en un momento en que casi todo el mundo sucumbe a los cantos de sirena de la moda, un porcentaje muy alto de estas marcas no ha cedido y sigue vendiendo la práctica totalidad de sus colecciones en el canal, tanto en surfshops –cada vez menos, es cierto- como en tiendas de deporte y/o moda deportiva. Y quien crea que no se han hecho fuertes en el mundo de la moda porque éste se lo ha impedido, están muy equivocados. Más allá del textil, que tradicionalmente ha supuesto el gran grueso de la facturación de estas marcas, muchas de ellas también han apostado por potenciar el calzado, seguramente animadas por la buena marcha del calzado skate y de las lonas y canvas. El resultado, sin embargo, no ha sido tan bueno, y las grandes, al final, han acabado optando por las fusiones, una estrategia muy habitual –y lógica- en este segmento, donde cada vez se trabaja con menos proveedores –y más profesionalizados-. Es más económico comprar una marca más o menos bien posicionada que intentar construir una nueva de la nada. De ahí que los grandes grupos del universo gliss tengan en “nómina” varias marcas líderes, tanto en textil, como en calzado o material duro. Dicho todo esto, es obvio que el surf –y aquí me refiero a la parte más vinculada a la moda- se encuentra en un bache importante. Las grandes marcas han visto frenado su crecimiento y más de una está en una situación compleja por la dificultad que le supone mantener una estructura tan pesada coLas grandes marcas del surf han visto frenado su crecimiento por la dificultad que le supone mantener una estructura tan pesada como la que han construido. El consumo ha caído en picado por la crisis y, también, porque algunas tiendas prefieren apostar por marcas más puristas y/o auténticas. La estética surfera y skater sigue teniendo mucho tirón, sobre todo entre los más jóvenes, pero el auge de nuevas marcas y el guiño a la moda, seguramente demasiado radical, que han llevado a cabo algunas marcas líderes, han transformado bastante el segmento. Los más “puretas” son los que marcan las tendencias y a ellos, muchas de las marcas líderes del universo gliss ya no les parecen marcas auténticas porque se han masificado y han dejado atrás sus raíces. Las marcas gliss fueron pioneras en abrir tiendas propias

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