haya quien apueste por abrir tiendas de estas características. Los últimos años han demostrado que, pese a que la especialización es una fórmula de éxito, en determinados segmentos tan temporales y tan dependientes de la climatología, es mejor diversificar. Sea como sea, y por muy poco margen de crecimiento que haya, los más de 7,4 millones de visitantes que acudieron a las pistas en 2009 son una prueba irrefutable del peso que tiene este segmento. Es cierto que aspectos como las mejoras en el material de alquiler o los avances espectaculares que han experimentado esquís y botas han provocado que la renovación de material sea más espaciada en el tiempo, pero aun así, el público objetivo y el volumen de negocio que mueve, hacen del esquí uno de los segmentos más importantes del global del sector. Como hemos repetido en varias ocasiones, en éste y en anteriores artículos, lo atlético está logrando sortear la crisis con menos dificultad que otro tipo de artículos, y en este sentido parece lógico que si, además, el tiempo acompaña, el esquí sea de los segmentos que mejor han capeado el temporal, por muy maduro que sea. Pero no nos engañemos. Las cosas han ido muy bien y con éste, seguramente, el segmento sumará dos años seguidos con buenas sensaciones, pero la realidad es que todavía estamos, en ventas, muy por debajo de hace apenas media década, en años en los que el tiempo acompañaba y la economía era favorable. Ahora bien, también cabría plantearse si aquellas cifras eran reales o, mejor dicho, si se ajustaban a la realidad de nuestro mercado. Lo más importante, en definitiva, es saber si marcas y tiendas han aprendido la lección, y tanto por lo vivido en los dos últimos años como por las consecuencias de la crisis (básicamente que no hay capital ni financiación) serán capaces de ser más cautas en sus producciones y en sus compras. El sell-out de este invierno ha sido bueno, y por lo que comentan algunos proveedores, también el sell-in del próximo lo está siendo (las estimaciones apuntan a un crecimiento medio de más del 5%). Tenemos que ser optimistas, pero conviene no caer en los excesos del pasado, entre otras cosas porque seguro que volveremos a tener inviernos calurosos… y crisis. Además, también conviene replantearse la relación entre marcas y tiendas. El tiempo ha demostrado que hay que lograr un equilibrio más lógico entre programaciones y reposiciones y el esquí, hoy por hoy, es más de 90% programación. SE IMPONE LA POLIVALENCIA Cuando un mercado está tan maduro y, además, hay tanta competitividad entre marcas, una de las grandes armas para sobrevivir y para seguir creciendo es la tecnología. El segmento de los deportes de nieve es uno de los que más invierte en I+D, especialmente en material duro. Año tras año las marcas mejoran su oferta, tanto en amplitud –adaptándose a todo tipo de esquiadores-, como en funcionalidad y tecnicidad. Como en cualquier deporte, la tecnología es uno de los principales argumentos de compra, y en el caso del esquí o el snow, todavía adquiere mayor protagonismo porque más allá de lo que aporte a nivel de rendimiento –o de diversión- puede incidir directamente en aspectos tan determinantes como la seguridad. Las marcas están obligadas a buscar constantemente nuevas soluciones que les permitan estar un paso más adelante de sus competidores. Darse una vuelta por los pabellones de esquí de ispo es un ejercicio único para comprender las dimensiones de este mercado a nivel mundial. Y quien quiere crecer no tiene más remedio que aportar algo nuevo. Y no es fácil. Año tras año uno piensa que ya está todo inventado y a los 12 meses todas las marcas lanzan nuevos sistemas que mejoran las prestaciones de los esquís. Más o menos como la F1… Para el consumir, obviamente, es un lujo. Los esquís son cada día mejores y se adaptan mejor a sus características y necesidades, sean cuales sean. El precio medio ha aumentado ligeramente, pero no tanto como para que el esquiador, sobre todo el habitual, lo anteponga a las prestaciones. Puede que un grueso importante de los esquiadores no sea capaz, por su nivel, de “exprimir” todas estas innovaciones, pero como sucede en otros segmentos muy técnicos, el consumidor es bastante marquista, exigente y quiere disponer de las últimas innovaciones. No olvidemos, además, que es un target con un poder de adquisición alto que prioriza aspectos como la tecnología, la marca, el diseño... antes que el precio. En cuanto a la tipología de esquí, de unos años a esta parte se impone la polivalencia. La moda del ts60 Principales proveedores de esquí y botas E: Esquís / B: Botas
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