ESPECIAL ESQUÍ Para darse cuenta de cómo están funcionando las cosas este año, tanto en sell-in como en sell-out, basta con recordar las caras que tenían la mayoría de los responsables de las principales marcas del segmento de deportes de nieve, especialmente las de material duro, en ispo. La suya, y la de algunos de los principales detallistas especializados de nuestro país. Al parecer, la crisis, que esperemos esté dando sus últimos coletazos, no ha afectado tanto como muchos creían a este segmento, que gracias, sobre todo, al frío, ha logrado despertar después de algunos años de letargo. Seguramente había tocado fondo hace un par de años, y lo previsible era que poco a poco se recuperase, pero no todo el mundo hubiera apostado a que esta temporada las cosas irían tan bien. Depender de las condiciones meteorológicas -más que de las económicas- es un handicap importante, pero cuando el viento sopla a favor, los beneficios pueden ser muy importantes. Para todos. El segmento empezó a recuperarse un poco el año pasado. El freno, entonces, no fue el calor, porque tanto el frío como la nieve fueron buenos. La crisis, el exceso de stocks en las tiendas –y los consecuentes descuentos para liquidarlo- y las reticencias de muchos consumidores a comprar sin estar seguros de que habría nieve, hicieron que las cosas no fueran tan bien como podrían haber ido. Aunque para ser el primer año de una nueva época, después de dos años nefastos, pocos se podían quejar. La realidad es que aunque ya hayamos dejado atrás esos dos inviernos cálidos, en los que la nieve o no apareció –en el primero- o lo hizo en cuentagotas –el segundo-, aún hay marcas y tiendas que arrastran las consecuencias de esas campañas. Los almacenes de unos y otros se llenaron de stocks y ni siquiera los descuentos espectaculares que llevaron a cabo sirvieron para poder liquidarlos. Sobreproducción de unos y compras excesivas de otros. No era nada nuevo, porque el segmento llevaba años sobredimensionado, pero cuando las ventas cayeron en picado, se pusieron en evidencia los fallos del sistema. Marcas y tiendas parecen haber aprendido la lección. Los primeros producen de una manera más racional y ajustada a la demanda y los segundos compran con mucha más cautela y asumen muchos menos riesgos. Esos dos años han mar- cado a mucha gente y los que sobrevivieron saben perfectamente que las cosas deben cambiar. Y lo están haciendo. De momento, este invierno ha sido bastante bueno en sell-out. Las gracias, como hemos dicho, hay que darselas al frío. Y a la nieve. Las ventas de textil invierno han sido muy buenas, y aunque se haya ganado menos por los descuentos –rebajas y promociones-, muchas tiendas han liquidado gran parte de su oferta. También el material duro ha tenido una muy buena salida. Los descuentos han sido importantes, en algunos casos incluso antes de rebajas, pero la gente ha vuelto a renovar su equipo. Obviamente la crisis ha sido un freno para la venta de forfaits, pero al final, como señalan desde ATUDEM –la patronal de las estaciones de esquí- el balance, de momento, está siendo muy bueno en la mayoría de estaciones y sólo el exceso de nieve –paradójicamente- o el viento, han impedido que las estaciones funcionen al 100%. Es cierto que la nieve llegó un poco tarde, pero desde mediados de diciembre las condiciones son excelentes en casi todas las pistas de España y viendo los grosores que hay en algunas estaciones, es más que probable que bien entrada la primavera aún podamos seguir disfrutando de unas buenas condiciones de nieve en la gran mayoría de estaciones. Y aunque no sea así, y por mal que se dé la cosa en lo que resta de campaña, parece claro que se van a pulverizar las mejores cifras de los últimos años. Que sea dicho de paso, no era muy difícil. SEGMENTO MADURO Aunque este año la afluencia a las pistas sea bastante buena, el esquí sigue siendo un deporte demasiado estable en cuanto a practicantes y ventas. El crecimiento en practicantes es muy bajo y ni siquiera los esfuerzos de las marcas por desarrollar nuevas categorías están sirviendo para captar nuevos públicos. Sólo para que haya trasvases. Las razones, seguramente, son económicas. Es cierto que hace años que el esquí ha dejado atrás su imagen de deporte elitista, pero no nos engañemos, ir a esquiar sigue siendo muy caro. No sólo por el coste del material –textil incluido-, sino también –o, sobre todo- por los gastos que supone todo el desplazamiento, desde la comida hasta las pernoctaciones pasando, lógicamente, por los forfaits, entre los más caros de Europa. Con este panorama, el crecimiento que muchos auguraban hace apenas una década, no se ha dado. España sigue siendo, mal nos pese, un país sin cultura del esquí. Bastaría con ver como han ido las cosas en Vancouver –y como van desde hace años-, pero el problema va mucho más allá de la competición y, seguramente, ni con un campeón del mundo la práctica se dispararía. Es, como hemos dicho, un problema de cultura. Y con este panorama, que muy poco tiene que ver con marcas y tiendas, las posibilidades de experimentar un fuerte boom de esquiadores son bastante remotas, casi tanto como las posibilidades de robar esquiadores a franceses, italianos, suizos o austríacos. El trabajo de las estaciones para cambiar esta evidencia ha sido, en los últimos años, muy importante. Se han llevado a cabo inversiones millonarias tanto en la mejora de las pistas como en los servicios de las estaciones. Muchas de estas inverEn la memoria -y en las cajas- de muchas marcas y, sobre todo, de muchos comercios, aún perdura el recuerdo de los nefastos inviernos de 2006 y 2007. El segmento estuvo entre la espada y la pared, pero ahora, y a pesar de la crisis, vuelve a desprender optimismo. Nada como el “buen” tiempo para recuperar terreno perdido. El esquí recupera el pulso “El esquí sigue siendo un deporte demasiado estable en cuanto a practicantes y a ventas. El crecimiento en practicantes es muy bajo y ni siquiera los esfuerzos de las marcas por desarrollar nuevas categorías están sirviendo para captar nuevos públicos. Sólo para que haya trasvases”. ts58 Foto: www.pirisur.com
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