[ COMERCIO] Redacción La crisis, por muchos brotes verdes que se vislumbren en el horizonte, sigue haciendo mella en el panorama comercial. El consumo sigue a la baja y el ahorro al alza. No en vano, España es el país de la eurozona con mayor tasa de ahorro –hasta un 25% de los ingresosy la gente, todavía, es muy reacia a volver a consumir como lo hacía antes de que la coyuntura económica cambiase de ciclo. Es comprensible, pero seguramente el miedo sigue siendo mucho más psicológico que racional. En este contexto, no todo el mundo confiaba en que las ventas de textil invierno de este año fueran, como mínimo, tan “buenas” como las del año anterior. Sin embargo, el frío se ha aliado con las rebajas y entre ambos han dinamizado la venta de este tipo de artículos, tanto en el canal deporte como, sobre todo, en el canal moda, mucho más herido y necesitado que nosotros –que ya es decir-. Aunque seguramente, al cierre de la temporada, la facturación quizás no haya mejorado excesivamente la del año anterior (que no fue precisamente buena), sí es probable que las ventas por unidades hayan aumentado. Con las ventas concentradas en periodo de rebajas –que, además, es cuando más frío ha hecho-, los comercios pierden margen, pero consiguen liquidar stock. Un stock que, por otra parte, no era, ni por asomo, tan extenso como el de hace un par de años, especialmente en las tiendas de deporte, que aún sienten los coletazos de la falta de nieve y frío de los fatídicos inviernos de 2006 y 2007, inviernos en los que, afortunadamente, la crisis estaba en sus comienzos. Las necesidades de muchos comercios y la percepción –lógicade que al consumidor le cuesta mucho comprar, ha provocado que en esta campaña de rebajas y, también, mucho antes –nada más comenzar la venta de las colecciones invierno-, las ofertas fueran considerables, con descuentos de hasta el 70%. El precio se ha convertido en el gran reclamo desde que la crisis golpeó nuestra economía, y aunque eso infiera de manera considerable en el margen del comercio, muchos detallistas se están dando por satisfechos “cubriendo gastos y poco más”, conscientes de que ahora, lo que importa, es poder seguir abriendo la persiana cada día y aguantar hasta que el consumo se reactive. Que lo hará. Con todo, y siguiendo con un análisis general, algunos expertos ya han señalado que la campaña de rebajas de invierno, clavo ardiendo al que se agarran muchos comercios para rentabilizar sus temporadas invernales, está superando las expectativas, con incrementos de las ventas que pueden llegar a superar el 20% en ropa de abrigo y el 10% el resto de prendas de vestir y complementos. Estas cifras podrían conllevar un aumento de la facturación total en periodo de rebajas de entre un 3% y un 5%, cifras no muy altas pero sí mejores que las que se preveían a mediados de diciembre, época en la que el frío había hecho acto de presencia en cuentagotas y en la que muchos ya temían otro invierno cálido… y con poca nieve. El frío y la nieve llegan tarde… pero llegan Cuando a mediados de noviembre, los detallistas deportivos, sobre todo los especializados, ven como por sus tiendas se pasea gente en manga corta, todo es pesimismo. Hace cuatro años, dos inviernos brutalmente cálidos y sin nieve pusieron contra la espada y la pared a más de un comercio y a todo al sector. El segmento del esquí porque nadie esquiaba y a otros muchos segmentos porque el textil invierno no tenía salida. Como hemos dicho no estábamos, aún, inmersos en la crisis, pero las tiendas no vendían absolutamente nada y se veían obligadas, mucho antes de las rebajas, a bajar los precios para poder, al menos, vaciar su almacenes. Y ni así. Esas dos temporadas, creo, marcaron un punto de inflexión en todo el canal y, sobre todo, en el comercio especializado. La situación, compleja para la mayoría de tiendas, obligaba a una reflexión sobre la gestión de las compras. Las marcas también se vieron obligadas a cambiar sus estrategias de producción, a racionalizarlas. Ni unos podían fabricar tanto ni otros tenían que comprar como compraban, porque, al final, unos y otros, veían como sus almacenes estaban repletos de productos que no tenían salida y que, si querían desprenderse de ellos, tenían que malvenderlos. Fueron dos años difíciles. Para el material duro y, también para el textil, pero por suerte el invierno pasado el frío y la nieve volvieron a dinamizar las ventas. La crisis frenó las ventas, pero en cualquier caso los resultados fueron mucho mejores que en los dos años anteriores. Muchos aprovecharon para sacarse de encima las secuelas de los inviernos cálidos. A precios irrisorios, pero les daba la oportunidad de empezar de cero y de hacerlo, además, habiendo aprendido la lección. Las compras fueron mucho más comedidas, por la experiencia y, también, por la crisis. Precisamente la crisis hacía presagiar un invierno complejo. Habría que hacer descuentos sí o sí para atraer al consumidor. Pero sobre todo, habría que rezar para que el llamado cambio climático nos diera una tregua. Y así ha sido. Los primeros días de noviembre fueron cálidos y muchos ya temían que lloviera sobre mojado. La cosa se La temporada de invierno se cerrará con un volumen de ventas aceptable teniendo en cuenta la coyuntura económica. La campaña de navidad y los descuentos, claves para reactivar el consumo El frío y las rebajas dinamizan la venta de textil invierno ts60 El futuro parece marcado por la tecnicidad y en eso, el deporte, parte con mucha ventaja respecto a sus competidores. No tenemos sus precios, ni podemos igualarlos por muchas necesidades que tengamos, pero sí tenemos marca, imagen y producto.
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