TradeSport 173 - Enero 2010

ts22 Bye, Bye, 2009 Se acabó 2009, un año duro para la gran mayoría de operadores en la distribución deportiva. Además, las previsiones para el año nuevo no son especialmente halagüeñas. No se prevé gran generación de empleo para 2010 en nuestro país, por lo tanto, tampoco un acusado descenso de nuestra gran tasa de desempleo, lo que implica menor poder adquisitivo de los ciudadanos, a lo que hay que añadir el incremento de la renta disponible dedicada al ahorro ante el pánico al desempleo. Con este escenario, no parece que el sector deportivo, en su globalidad, pueda tener un repunte en 2010, sobre todo teniendo en cuenta que sólo es un mercado de “primera necesidad” para aquellos consumidores que practican deporte habitualmente, cuyo número, por cierto, está estancado en nuestro país, con una tasa de las más bajas de Europa, muy lejos de países como Finlandia o Suecia. Por lo tanto, aunque hayamos despedido un año muy complicado, los expertos en economía no vaticinan que la situación vaya a ser mucho mejor, y el fin de la recesión, previsto para 2010, no tendrá apenas repercusión en las cajas de las tiendas ni en los pedidos a proveedores, que sólo podrían alegrarse gracias a un improbable aumento del consumo, bien sea global o de nuestro sector. Sin embargo, yo quiero comenzar el año mirando al sector y a la coyuntura económica actual con otros ojos. Quiero expresar mi confianza en que los empresarios del sector aprenderán de los errores cometidos en el pasado y, sobre todo, tomarán ejemplo de los segmentos que en el presente están manteniendo un comportamiento distinto dentro de la distribución deportiva. Segmentos como el outdoor, el bike o el running tienen que marcar la referencia, en buena medida, del resto de segmentos. Son sus tiendas especializadas y su capacidad para calar como actividad física para la salud y calidad de vida, las que deben enseñar un camino exitoso al resto del sector. Es su transversalidad, su capacidad para generar practicantes entre todas las capas de la sociedad, y entre todas las edades, lo que debe guiar, en buena medida, los esfuerzos del resto de actividades deportivas. Por otro lado, debemos erradicar la costumbre de dejar pasar “trenes” y oportunidades para entender nuestro sector, para comprenderlo mejor y para observar tendencias y novedades. En estos tiempos del low cost, existen pocas excusas para seguir viviendo de espaldas a los principales eventos del sector, aunque éstos se celebren fuera de nuestras fronteras. Sin ir más lejos, en breve el sector del deporte tiene una de esas citas ineludibles en Munich, ISPO. Si alguien pretende, visitar ISPO desde las páginas de alguna de las revistas especializadas del sector o desde los comentarios de su proveedor o de un amigo está profundamente equivocado. Del mismo modo, el sector debe jugar unido el partido de la promoción de la práctica deportiva. Solamente empujando desde el sector y aglutinando todas las opiniones y estudios favorables que continuamente surgen desde diferentes ámbitos, ya sean médicos, sociológicos, etc., podremos lograr el verdadero compromiso de nuestra clase política con la inversión en deporte, con la práctica deportiva y con la salud ciudadana. En el futuro, todo esto ayudará a reducir el gasto sanitario. Si nunca fue conveniente estar parado, hoy la desidia, o la esperanza de que las cosas cambiarán sin más y todo volverá a ser como fue, no parece una opción aconsejable. Cada empresario tiene que aprovechar la crisis para reinventarse, como refleja Álex Rovira en su libro La buena crisis: todos debemos cuestionarnos continuamente y trabajar; comenzar a pensar de un modo diferente, entregarnos al cambio y desafiar la rutina; en definitiva, combatir la inamovibilidad. Sabemos que el resultado final de esta crisis será una redefinición que no sólo afectará al sector de la distribución deportiva, sino a todos los aspectos de la realidad, comenzando por un consumidor distinto que ya ha cambiado en los últimos años influenciado por las nuevas tecnologías (denominado consumidor 2.0) y que ha disparado su capacidad de conocimiento e información -y cuya evolución será aún mayor-, y continuando por un comercio diferente, que tendrá que tratar al consumidor de manera distinta a como lo ha hecho hasta hoy. También tendrán que cambiar, a buen seguro, las relaciones proveedor-comercio, intensificándose, compartiendo información, acelerando los procesos,…, con el objetivo de atender al cliente, y marcando unas reglas del juego claras que eviten la desconfianza entre ambos. Si alguna vez alguien dudó de la afirmación de Heráclito “Todo cambia, nada permanece”, en la coyuntura actual tenemos claro que quedarnos estáticos no tiene sentido. Comencemos el año como si fuese el inicio de una nueva etapa. [ o p i n i ó n ] Todos debemos cuestionarnos continuamente y trabajar; comenzar a pensar de un modo diferente, entregarnos al cambio y desafiar la rutina; en definitiva, combatir la inmovibilidad. Debemos erradicar la costumbre de dejar pasar “trenes” y oportunidades para entender nuestro sector, para comprenderlo mejor y para observar tendencias y novedades. CARLOS GRANDE Secretario general de andad Hay que saber elegir el camino para no perder oportunidades

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