TradeSport 172 - Diciembre 2009

ESPECIAL FÚTBOL En una entrevista que podrán leer en este mismo número, algunas páginas más adelante, el propietario de la tienda más grande de fútbol de nuestro país sintetiza muy bien lo que es el fútbol, tanto a nivel mediático, como de practicantes o de ventas: “Es una pelota que no para de rodar”. Y así es. El fútbol parece ajeno a todo. Toda la maquinaria sigue funcionando pase lo que pase. Seguramente porque detrás hay muchos intereses y porque lo que hace apenas medio siglo era sólo un deporte, ahora se ha convertido en un negocio. Un negocio que hay que mantener. Es el deporte más practicado, el más seguido, el que más pasiones levanta e, incluso, uno de los pocos que parece estar por encima de conflictos y disputas –más allá de las que genera el propio deporte-. Es el único capaz de paralizar un país en un derby o en una final; el único que puede llenar páginas y páginas de periódicos día sí y día también; el único que puede tener más de 50 horas a la semana en la televisión gratuita y otras tantas en los medios de pago. Así es el fútbol. O te deja indiferente o te absorbe. Ya no es, como hemos dicho, un deporte. Es mucho más. Mueve millones de aficionados en todo el mundo y volúmenes de negocio que no alcanzamos a imaginar. Y en este gran circo del fútbol, la venta de artículos deportivos relacionados con este deporte es una parte importante del negocio. Seguramente es pequeña, comparada con otros aspectos como el patrocinio, la venta de derechos televisivos o, incluso, los sueldos de los jugadores, pero no deja de representar unos volúmenes, en unidades y valor, del que ningún segmento atlético puede presumir. Las cifras de ventas, de las que podrán tener algunas pinceladas más adelante, son contundentes. Basta con centrarse en la venta de botas: más de 1,7 millones de pares vendidos cada año –entre fútbol y fútbol sala-. A eso hay que sumar las equipaciones, los complementos y todo tipo de artículos vinculados a este deporte, el segundo con más ventas del sector después del Tiempo Libre (el primero en lo que respecta a material atlético). En total, en 2008, último año del que disponemos cifras absolutas, el fútbol, el segmento atlético más fuerte, representó alrededor del 8% del total del sector. A nivel de practicantes lo lógico es que las cifras, aunque paulatinamente, sigan creciendo. No en vano, en enero 2009, la Federación Española de Fútbol contaba con 770.000 federados, un 6% más que en enero de 2007. Esta cifra ya asegura un volumen de ventas importante, máxime teniendo en cuenta que el calzado es específico, pero si además tomamos como referencia algunas estimaciones que señalan que más de 2 millones de personas podrían estar jugado a fútbol cada semana –escolares aparte-, parece obvio que estamos ante un segmento fuerte, maduro y con muy pocas posibilidades, por no decir ninguna, de venirse a bajo. Y si hubiera síntomas de que pudiera ser así, marcas y medios ya se encargarían de evitarlo… El fútbol siempre será el fútbol. Es prácticamente imposible que las cosas cambien. Puede, como señalan algunos aventurados, que los deportes individuales ganen terreno a los colectivos, pero el fútbol es otro mundo. Es cierto que muchos chavales quieren ser Gasol, Alonso o Nadal, pero la mayoría de niños siguen queriendo ser Messi, Xavi, Iniesta o Kaka. La cantera no peligra ni a corto, ni a medio ni a muy largo plazo. Puede que a partir de según qué edades, cuando uno se da cuenta de que es mayor –y lo digo por experiencia-, la cifra de practicantes baje en picado, a favor de otras modalidades menos físicas y competitivas como el tenis, el golf o alguna disciplina outdoor, pero siempre ha sido así y las cosas han seguido su curso natural. ¿Conclusión? Las posibilidades de crecer están muy por encima de las de perder, una evidencia de la que no todos los segmentos pueden presumir y que, sin duda, representa un estímulo para marcas y detallistas. También hay que tener en cuenta el peso que han adquirido modalidades como el fútbol sala, con identidad propia dentro del segmento- o el fútbol 7. El primero tuvo un crecimiento espectacular a finales de los 90 y se ha estabilizado en esta década, pero sigue concentrando un porcentaje muy importante de las ventas del segmento pese a que su presencia mediática sigue siendo baja; el segundo, también tuvo su momento y fue clave para dinamizar el mercado en un momento concreto. Fue una nueva vía de negocio para las marcas, sobre todo desde el momento en que las liguillas amateurs se consolidaron, pero su crecimiento se ha visto un poco frenado por las características de la nueva La estabilidad se ha apoderado del segmento del fútbol desde hace muchos años. Las ventas no crecen de manera considerable pero tampoco retroceden. En este deporte, convertido en negocio, hay muchos -demasiados- intereses depositados y muchas partes implicadas, desde las marcas hasta los medios de comunicación, harán lo que sea para que la máquina siga funcionando. Eso es bueno para el sector, que sigue viendo como el deporte rey, el que más ventas suma, sigue vivo y sin perspectivas de que pueda haber algún bache. El fútbol mantiene su fuerza inalterable En un mercado que no crece a nivel global, los crecimientos de las marcas se tienen que dar, irremediablemente, en detrimento de otras marcas, de manera que año tras año se acentúa la “guerra” entre las líderes de este segmento para arañar cuota a la competencia. ts26

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