TradeSport 171 - Noviembre 2009

ts20 Aprender de la bici Outdoor y bike son segmentos “outsiders” del comercio deportivo: difícilmente un detallista multideporte pueda indicarnos más de cuatro marcas de calzado o textil específico de estos deportes... y difícilmente encontraremos a practicantes habituales de estos deportes comprando productos para su práctica en tiendas multideporte Las ventas del comercio minorista continúan cayendo y ya acumulan más de un año continuo de caídas. Además, los consumidores no manifiestan una actitud positiva y siguen retrayéndose en sus compras. El comercio deportivo no es ajeno a esta dinámica, formando parte de esta estadística, e incluso, cosechando caídas superiores a la tasa general del comercio. Y peor aún: los consumidores parecen comenzar a olvidarse de las marcas deportivas entre el repertorio de marcas que escogen para vestirse. Todo el glamour y la capacidad de atracción que en otros momentos destilaron, hoy no son suficientes. La menor notoriedad en el imaginario del consumidor y el estancamiento del “deportista practicante” han agravado la situación. Sin embargo, no todos los segmentos del deporte están absortos en este bache, lo que nos hace preguntarnos ¿qué valores están transmitiendo deportes como el ciclismo o el outdoor para crecer, incluso, en tiempos de crisis? Ambos deportes son “outsiders” del comercio deportivo, y hat dos factores que así lo corroboran: por un lado, difícilmente detallista multideporte podría indicarnos más de cuatro marcas de calzadoo de textil específico de estos deportes (por no hablar de material duro), y por el otro lado, difícilmente encontraremos a practicantes habituales de estos deportes comprando material técnico en tiendas multideporte. Si observamos las características coincidentes entre ambos deportes, podríamos hablar de que se trata de dos modalidades que se practican al aire libre, en contacto con la naturaleza, y lejos, en gran medida, de ambientes competitivos. Es más, este alejamiento de la competitividad queda demostrado con acciones cotidianas y anecdóticas, como el hecho de saludarse cuando se cruzan dos senderistas o dos ciclistas, hacer juntos partes del “camino” sin conocerse, etc. Es decir, ambos contienen altas dosis de valores como la solidaridad o el compañerismo, difícilmente identificables en la práctica de otros deportes. Por otro lado, ambos deportes se están viendo beneficiados por la “buena prensa” que han adquirido desde el punto de vista de la salud. Seguramente, andar por el campo, pasear en bici o hacer footing, son las tres actividades deportivas de base que los ciudadanos más relacionan con la salud, incluso más allá de la edad, la clase social o el lugar de residencia... lo que significa que son actividades deportivas transversales, reconocidas como beneficiosas por cualquier ciudadano. Es más, la bicicleta, gran desconocida como medio de locomoción en nuestro país, está observando un impulso muy importante en este sentido, volviéndose a reinventar como medio de desplazamiento urbano, lo que hace previsible que en los próximos años las ciudades tengan que mirarla con mucho más cariño, sobre todo teniendo en cuenta los graves problemas de circulación y contaminación que conlleva el tráfico rodado. Estos deportes, por lo tanto, parecen contener unos valores de práctica deportiva diferentes al resto, tanto en sí mismos como en su proyección de salud, lo cual puede ser suficiente para incrementar el número de practicantes. Sin embargo, estas modalidades van más allá, y transmiten ilusión. Una ilusión que aúna a estos colectivos y les permite colapsar el número de inscritos en pruebas populares o impulsarr viajes alrededor del mundo para practicar su deporte favorito. En mi opinión, a parte de estas características comunes que tienen estos deportes, tienen otro elemento diferenciador aún más fuerte. Son deportes que cuentan con establecimientos especializados; con entusiastas y apasionados de “su deporte” capaces de transmitir esa ilusión, de incitar a la práctica deportiva, de mostrar la tecnicidad de los nuevos productos y de atender al consumidor de manera diferente. En cierta medida, estos establecimientos llevan algún tiempo dirigiéndose al consumidor como alguien que comparte sus intereses y aficiones, y atendiéndole de manera individualizada, tal y como hoy los expertos determinan que se ha de atender al consumidor 2.0, más formado e informado, exigente y libre, que quiere ser único y tratado como individuo. Probablemente sólo así podría entenderse porqué un gran generalista sólo es capaz de llegar al principiante pero no puede con el iniciado ni con deportista habitual. Al mismo tiempo, esta mezcla de pasión y deporte hace que la práctica de estos deportes esté por encima de crisis económicas, ya que lo verdaderamente importante para los practicantes es la actividad que ellos realizan, no la que ven por la tele. Una práctica que, además, forma parte indisoluble de su vida. [ o p i n i ó n ] Todo el glamour y la capacidad de atracción que en otros momentos destilaron los comercios deportivos hoy no son suficientes. La menor notoriedad en el imaginario del consumidor, y el estancamiento del “deportista practicante” agravan la situación. CARLOS GRANDE Secretario general de andad

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