TradeSport 170 - Octubre 2009

Cuando usted lea este artículo mucho se habrá escrito y afirmado acerca del fracaso de Madrid en su objetivo de ser sede de los Juegos Olímpicos de 2016. Es evidente que esta nueva negativa del COI a la candidatura de Madrid va a producir una ”resaca” en el ámbito político, sobre todo teniendo en cuenta los enormes esfuerzos que el Ayuntamiento ha realizado en los últimos años. Dejando a un lado los procelosos recovecos de qué cuenta en la elección de una ciudad como sede olímpica, en la que no son fundamentales ni el proyecto ni el porcentaje de equipamientos realizados, me gustaría compartir algunas reflexiones y preguntas acerca del bajo impacto que 8 años de candidatura olímpica han tenido en el impulso de la práctica deportiva en la ciudad. Soy consciente de que los Juegos son el macroevento más importante del “show” del deporte. Es evidente que, como madrileño, estaría encantado de disfrutar en mi ciudad de un evento de este tipo, pero ¿qué lugar ocupa el deporte de los ciudadanos en este marco? Mucho se ha hablado en los últimos años del gran apoyo popular de la candidatura madrileña, pero estoy plenamente convencido de que una gran mayoría de esos ciudadanos desconocen más de la mitad de los ganadores de las 18 medallas de España en Pekín 2008. Por tanto, ¿ese entusiasmo y espíritu olímpico proceden de un verdadero interés o del apoyo irreflexivo a una idea transmitida con una gran operación de marketing? El grandísimo interés de las instituciones madrileñas por los Juegos Olímpicos y su esfuerzo inversor en el mismo es notorio pero, sin embargo, los ciudadanos de Madrid no perciben la misma intensidad del consistorio en el incremento de la práctica deportiva, creando infraestructuras suficientes y adecuadas a estos deportistas. ¿Tiene interés el ayuntamiento de Madrid en el deporte? Los más de 60 patrocinadores de 2016, entre los que existían varias categorías (Colaborador, patrocinador, Patrocinador Preferente y Socio) han realizado fuertes inversiones de apoyo (30.000, 250.000, 500.000 y 1.000.000 de euros respectivamente), pero mi pregunta es: ¿Dedican estas empresas un esfuerzo similar al deporte en sus presupuestos o realizan algún esfuerzo al margen del apoyo a la candidatura olímpica? La candidatura olímpica ha creado la mejor expresión de relaciones intergubernamentales con el perfecto entendimiento, en esta ocasión, de los tres niveles administrativos de nuestro país (Gobierno central, Gobierno autonómico y Gobierno local), todos apoyando en un mismo sentido, no sólo institucionalmente, sino también económicamente (que el Gobierno de España aprobase en Consejo de Ministros, el pasado 16 de enero, el compromiso de destinar 15.345 millones de euros en apoyo a la candidatura olímpica, es un dato elocuente). Pero ¿se da la misma conjunción de intereses entre las administraciones para atender las necesidades del deporte y de los practicantes de deporte, o se da una descoordinación entre ellas en función de las competencias de cada cual en el ámbito del deporte? Otra pregunta muy importante: ¿Cuánto esfuerzo es necesario para celebrar unos Juegos?, ¿Cuánto cuesta abordar este proyecto? Según el propio alcalde, en rueda de prensa, la candidatura Madrid 2016 ha gastado casi 38 millones de euros entre patrocinio directo del Ayuntamiento (17) y los patrocinadores privados (21), partidas en las que no están incluidas infraestructuras como la Caja mágica, cuyo coste ha sido alrededor de 175 millones de euros, u otras infraestructuras de este tipo. Si tenemos en cuenta que los polideportivos realizados por el Ayuntamiento en los barrios que carecían de ellos o los de nueva creación tienen un coste de unos 10 millones de euros, es obvio que el esfuerzo por celebrar los Juegos no tiene nada que ver con el dedicado a la promoción del deporte. Si, además, incidimos en que esos centros se gestionan de manera privada, con paradojas curiosas como el cierre de los mismos los domingos por la tarde, la cuestión es aún más contradictoria. ¿Tiene el consistorio madrileño interés por el deporte más allá de los Juegos Olímpicos? La celebración de unos Juegos Olímpicos necesita una inversión de miles de millones de euros y se corre el riesgo de que suceda lo que en Montreal’76, donde se generó un enorme agujero que sus ciudadanos han estado “tapando” durante 30 años con sus impuestos. Bien es cierto que podría obtenerse el resultado contrario, como sucedió en Los Ángeles’84, donde se obtuvo un superávit destacable, pero la experiencia cercana de Barcelona’92 nos dice que el superávit fue mínimo y referido a la explotación, que no a las inversiones. Es indudable que la celebración de los Juegos genera una gran proyección internacional pero los supuestos del beneficio económico y la promoción del deporte son para mí mucho más inciertos, y en este ámbito hay multitud de inversiones mucho más eficaces. Teniendo en cuenta nuestro índice de población obesa, y en especial el de la población infantil, y conociendo de antemano el grave coste económico que esto generará en el futuro, ¿no debería invertirse en la promoción del deporte ahorrando costes sanitarios en el futuro? ¿No se podría incentivar a las empresas a la promoción del deporte entre sus empleados con deducciones fiscales, como preveía de manera indirecta el programa del Gobierno actual? En definitiva, creo que las administraciones públicas no están haciendo sus deberes en todo lo que concierne al fomento de la práctica deportiva y, en cambio, sí que están dispuestas a invertir ingentes cantidades de dinero en la celebración de unos Juegos Olímpicos de resultado económico incierto. Al mismo tiempo, a pesar de nuestro bajo índice de práctica deportiva, resulta complicado practicar deporte en instalaciones públicas, donde muchas actividades mantienen largas listas de espera, lo que significa un déficit de las mismas que no se satisface. Sin embargo, estamos dispuestos a crear grandes infraestructuras deportivas de difícil utilidad, como por ejemplo el velódromo de Carabanchel, en el que se invirtieron cientos de millones de pesetas y que jamás fue utilizado (hoy es un campo de fútbol, sede del histórico Puerta Bonita). Quizás el árbol no deje ver el bosque, pero observando la decisión del COI desde otra perspectiva, probablemente la decisión haya sido buena para los madrileños, pues la coyuntura actual no anima a abordar las fuertes inversiones que representa la celebración de unos juegos. Quizás en 2013, con la rotación de continentes asegurada, la coyuntura sea mejor. Para entonces, esperemos que también el deporte de base sea uno de los pilares fundamentales del consistorio. Resaca en Madrid [ o p i n i ó n ] Creo que las administraciones públicas no están haciendo sus deberes en todo lo que concierne al fomento de la práctica deportiva y, en cambio, si que están dispuestas a invertir ingentes cantidades de dinero en la celebración de unos Juegos Olímpicos de resultado económico incierto CARLOS GRANDE Secretario general de andad ts18

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