TradeSport 169 - Septiembre 2009

pronto. Hay y habrá demanda, el comercio especialista es fuerte y se sigue consolidando y la bici ganará protagonismo en las ciudades. Todo nos invita a ser optimistas. Ahora bien, el segmento también tiene muchas asignaturas pendientes, sobre todo a nivel “interno” que debe solucionar para seguir creciendo. De la lista, que no es muy larga, sobresale un aspecto por encima de los demás. Y en ello coinciden todos los detallistas consultados: el bajo margen con el que se trabaja, sobre todo en material duro. Como hemos dicho antes, éste es inferior a la media del sector deportivo, que ya de por sí es bastante baja, lo que ha obligado a muchas tiendas a diversificar su oferta para equilibrar el negocio. Así, muchos comercios, más allá de esforzarse en acertar en las programaciones y apostar por bicicletas que tengan una buena disponibilidad y rotación -y que no les obliguen a acumular stock-, han apostado fuerte por el textil, el calzado y los complementos, que tienen un margen ligeramente superior y que en unidades representan, un muchas de estas tiendas, un volumen muy importante de las ventas. Otra gran asignatura pendiente es el tema de las reparaciones y las garantías. Antes hemos hablado de la importancia del servicio y en este sentido es obvio que cualquier tienda especialista que quiera ofrecer un buen servicio tiene que tener un taller. El problema es que en la mayoría de casos, como han insistido los detallistas consultados, este servicio no es rentable. Y, además, está bastante desprestigiado. El biker que tiene una bicicleta de gama media o alta sabe perfectamente que tiene un producto complejo tecnológicamente y que las reparaciones no son sencillas. Sin embargo, hay mucho practicante ocasional, que tiene modelos de gama media y baja, que cree que todo se hace en dos minutos y no acaba de entender el porqué de los precios del taller. Algo bastante sorprendente si tenemos en cuenta que estos precios son bastante más bajos que los que tienen otros sectores. La gente asume casi sin problemas que un mecánico de motos o un electricista te pueda cobrar 45 ó 50 euros la hora, pero no acaba de aceptar de buen agrado que un taller de bicis te cobre ni siquiera la mitad por poner al día una bici o cambiar una pieza rota. Hay una tendencia muy peligrosa para el comercio a pensar que lo que hace la tienda lo puede hacer cualquiera y, al final, acaba pasando lo que acaba pasando: la bici se rompe y la reparación es mucho más costosa de lo que habría sido si se hubiera llevado, en su momento, al taller. Las marcas también tienen una asignatura pendiente en este sentido, tanto en la formación de los dependientes –la mejora tecnológica implica una constante “actualización” de conocimientos- como por el tema de las garantías, pues muchos comercios han detectado que cuanta más tecnicidad tiene el producto, más problemas acarrea. Problemas que acaba “pagando” la tienda, que no cobra la mano de obra. TIENDAS PROPIAS E INTERNET: NUEVAS BARRERAS PARA EL COMERCIO ESPECIALIZADO El segmento Bike se enfrenta a otras dos problemáticas que pueden acrecentarse en los próximos años: la venta a través de Internet –sobre todo de recambios- y la proliferación –a un ritmo lento- de las tiendas propias o Concept Store. Respecto a Internet, un canal por el que están apostando no sólo las tiendas sino, también, los proveedores, poco hay que decir. La tendencia es la misma que en otros segmentos, y aunque aquí en España aún hay poca tradición de comprar bicicletas y recambios a través de la red, las cifras que se mueven en países como Gran Bretaña, Alemania o Estados Unidos nos hacen pensar que pronto serán un operador clave del segmento. El comercio ve con cierto recelo el papel que pueda jugar la red. Sabe que es difícil que la gente compre bicicletas –de momento- y que también hay muchos clientes reacios a comprar textil y calzado, pero también tiene bastante asumido que el tema de piezas, recambios y complementos puede ser, a medio plazo, una batalla perdida, porque todo hace prever que cada vez habrá mas gente que compre online. Habrá que buscar alternativas, más allá del producto, para equilibrar las pérdidas que ocasione el crecimiento de las ventas online, pero por suerte el comercio especializado parece preparado para encontrarlas. No sería la primera vez que supera un escollo. Además, también puede aprovechar las oportunidades que ofrece Internet. Además de Internet, hay otro tema que puede generar controversias entre detallistas y proveedores: la lenta pero progresiva apertura de tiendas monomarca. Es cierto que hay pocas y que éstas apenas acaban de comenzar su expansión, pero no deja de ser un síntoma de que las cosas pueden cambiar a medio y largo plazo. Las marcas quieren aumentar sus beneficios y “acortar” el camino entre ellas y el consumidor, y la mejor manera de hacerlo es a través de tiendas propias. Mientras no se invada territorio de los clientes, no pasará nada, pero si las marcas quieren crecer con este formato tarde o temprano habrá problemas. Es cierto que la fuerza de algunas especialistas es muy grande y que el consumidor sigue valorando mucho la variedad de marcas, pero también es cierto que hay un target bastante marquista que puede ver con muy buenos Uno de los pocos problemas a los que se puede enfrentar el bike, ahora y una vez superada la crisis es la proliferación de ventas, sobre todo de recambios y piezas a través de internet. La venta de bicis es más compleja, pero muchos detallistas también creen que a la larga será más habitual. ts52

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