TradeSport 169 - Septiembre 2009

ts20 Sentido Común: el antídoto anticrisis AHORA MÁS QUE NUNCA ES FUNDAMENTAL TENER PERSONAS CON SENTIDO COMÚN AL FRENTE DE LAS ORGANIZACIONES, PORQUE INDEPENDIENTEMENTE DE LAS DIFICULTADES ECONÓMICAS Y FINANCIERAS QUE ESTAMOS SUFRIENDO EN ESTOS TIEMPOS, LAS ORGANIZACIONES TIENEN QUE SEGUIR TOMANDO DECISIONES. HACE FALTA MÁS TALENTO Y MENOS TALANTE. YA NO HAY TIEMPO PARA DISCURSOS VACÍOS DE CONTENIDO. Dice el dicho que el sentido común es el menos común de los sentidos, y parece que es cierto si analizamos las decisiones que están tomando los dirigentes políticos que rigen los destinos de nuestro país. Me refiero concretamente a la aplicación de la medida de los 420 euros para los parados a los que se les ha agotado la prestación por desempleo y al as en la manga que se han sacado al respecto. Resulta que la letra pequeña de esta ayuda decía que sólo era aplicable a los que se les terminaba a partir del pasado 1 de agosto. Y digo yo, ¿quién es el iluminado que se ha inventado esa cláusula? Quiere esto decir que si una persona lleva desde enero sin recibir ninguna ayudan no tiene ningún derecho. ¿Pero quién tiene más necesidad, el que se acaba de quedar en paro o el que lleva varios meses? Creo que no hay que haber estudiado en Harvard para saber la respuesta a esta pregunta. Quisiera utilizar este ejemplo para mostrar la importancia de tener personas con sentido común al frente de las organizaciones, porque independientemente de las dificultades económicas y financieras que estamos sufriendo en estos tiempos, las organizaciones tienen que seguir tomando decisiones, y creo que estarán de acuerdo que en estos momentos no están las cosas para hacer muchas tonterías. Personalmente, estoy convencido que en estos momentos hace falta más talento y menos talante. Ya no hay tiempo para discursos vacíos de contenido o para presumir que vamos a jugar en la Champions League de la economía europea. Un caso que me ha llamado poderosamente la atención es lo que ha sucedido en una de las grandes marcas de nuestro sector en España. Ante la bajada de ventas que han sufrido en el pasado ejercicio, han sacado el cuchillo y han despedido a un porcentaje muy importante de su red comercial, cerrando showrooms, etc. Lo que ha hecho esta marca es algo muy habitual en las grandes corporaciones en épocas de vacas flacas. Pero reducir personal no es aplicar sentido común; más bien es la práctica común. Lo que parece ser que no se han preguntado los dirigentes de esta compañía es si su decisión de darle muy poco protagonismo al canal es la más acertada. Su estrategia de los últimos años ha sido centrarse únicamente en los grandes distribuidores, ignorando prácticamente a los pequeños y medianos. No se han preocupado de dar servicio al pequeño y mediano detallista y pensaban que con su imagen de marca sería más que suficiente. Los resultados le están demostrando que no basta con patrocinar megaestrellas. Es necesario, pero también lo es hacer que el distribuidor esté interesado en vender tu producto, ya que hay un amplio espectro de clientes que son muy sensibles a las recomendaciones de los tenderos. ¿Se han preguntado si la cuota de mercado por tiendas o zonas ha bajado? ¿La política de infravalorar al distribuidor ha sido la correcta? No hay que olvidar que, independientemente de la bonanza económica, en los negocios hay una máxima: no se trata de ser el mejor, sino un poco mejor que la competencia. Y para eso hay que aplicar Sentido Común. Lo curioso es que éste no reside en las empresas sino en las personas que las dirigen, y si éstas están más pendientes de mantener su puesto que de hacer lo correcto, los números acaban delatándolo. Después de casi 20 años trabajando como consultor de empresas he podido ser testigo muchas veces de cómo las personas que dirigen las organizaciones están más pendientes de saber cómo éste o aquel cambio afectan a su posición en la empresa que de hacer lo correcto. Por eso échele un vistazo a su empresa y pregúntese. ¿Cuál es la prioridad de nuestro director general? ¿Aplica sentido común, hace lo que cree correcto y ético, o está más pendiente de sus prioridades personales? Y algo más profundo ¿qué haría nuestro director general si saliese de la compañía? ¿Cuánto tardaría en encontrar un trabajo similar? Quizás si tiene la respuesta a estas preguntas entenderá mejor algunas decisiones recientes que ha tomado su compañía, pues estos difíciles momentos son el escenario ideal para que los líderes de las organizaciones justifiquen su salario y antepongan el bien general al óptimo personal. [ o p i n i ó n ] Después de casi 20 años trabajando como consultor de empresas he podido ser testigo muchas veces de cómo las personas que dirigen las organizaciones están más pendientes de saber cómo éste o aquel cambio afectan a su posición en la empresa que de hacer lo correcto. MANUEL A. CASTRO HERMIDA Socio Director de CMG www.cmgconsultores.com

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