TradeSport 167 - Junio 2009

ts64 España nunca ha destacado por ser un país exportador. Es más, durante muchos años, en casi todos los sectores, la balanza entre exportaciones e importaciones estaba descaradamente decantada hacia el lado de las compras. Quizás por el freno que supuso la dictadura de Franco o quizás por la imagen que tenía el país en el resto de Europa –y que fue un lastre durante muchos años- España no ha sido, precisamente, un paradigma de la innovación. Ni de la calidad. Ha sido, hasta hace poco, un país de veraneo donde todo lo bueno –o casi todo- había que exportarlo. Las cosas sin embargo han cambiado mucho en los últimos años. En muchos sectores los productos españoles son una referencia mundial, y al mismo ritmo que la sociedad española se ha modernizado, las empresas se han ido adaptando a la realidad europea y mundial, hasta el punto que hoy en día, en la mayoría de sectores, hay marcas españolas que piden garantizar productos tan o más buenos como los de cualquier potencia mundial. Y el deporte no es una excepción. Este cambio de mentalidad, y la fuerza de la industria española, ha permitido a las empresas nacionales comenzar su internacionalización con más garantías de las que tenía no hace muchos años. Es cierto, probablemente, que aún arrastremos las desventajas que ha conllevado este retraso, pero poco a poco, y muchas veces bajo la bandera de la calidad y la especialización, las empresas nacionales se están posicionando con fuerza tanto en los países con los que tradicionalmente ha establecido relaciones comerciales –Centroeuropa y América- como con los nuevos mercados emergentes, como China, India o Europa del Este. En el sector deportivo, aunque las balanzas comerciales aún demuestran que las importaciones están muy por encima de las exportaciones (las duplican en volumen), el cambio se ha dejado notar, y el equilibrio es mucho menos preocupante que hace dos décadas. Además, el crecimiento de las exportaciones está muy por encima del de las importaciones, estancadas desde hace años. Aunque sigue habiendo una fiebre casi innata por todo lo que venga de fuera, ninguneando muchas veces las marcas nacionales –es una tradición muy española-, sí es cierto que varias empresas nacionales están consiguiendo luchar de tú a tú con las grandes marcas internacionales y están ganando cuota aquí, en España, y también fuera de nuestras fronteras. ¿Por qué este cambio? Pues por varias razones. Porque España ha despertado, porque ha cogido el tren del progreso, porque ha dejado atrás la imagen de país de mano de obra barata y, sobre todo, porque el crecimiento que han experimentado muchas marcas, y la madurez que ha alcanzado algún segmento, ha animado-obligado a las empresas a buscar nuevas vías de crecimiento, siendo la internacionalización la más lógica… Así, no es extraño que alrededor de un 80% de las empresas del sector de artículos deportivos tengan presencia más allá de nuestras fronteras y que, además, para muchas de ellas la exportación representa una parte fundamental de su negocio. Ejemplos como los de Joluvi, con distribuidores en 21 países, Joma, con 9 filiales repartidas por todos los continentes (Méjico, Estados Unidos, Alemania, Honk Kong, Italia, Brasil y Panamá –para Latinoamérica-) o Munich, son cada vez más habituales. Otro factor clave en este crecimiento de las marcas nacionales fuera de nuestras fronteras es la mejora que han experimentado la oferta nacional en cuanto a calidad. Puede que sólo fuera un problema de imagen, pero hasta no hace mucho, el producto español se asociaba con demasiada facilidad a lo barato y a la mala calidad (como le pasa a muchos productos chinos). La cosa, ahora, ha cambiado. En todos los sectores y también en el deporte, donde muchas marcas nacionales son pioneras en innovación y tecnicidad. Varios estudios realizados por cámaras de comercio de países como Alemania o Francia constatan esta realidad: la percepción de los europeos respecto a la calidad de los productos españoles ha cambiado mucho en los últimos 10-15 años y las diferencias que existen entre la imagen que, en este aspecto, dan países como Estados Unidos o Alemania, no es muy distinta a la de España. Además, no hay que olvidar que muchas marcas españolas, pese a su más que contrastada calidad, son marcas de primer precio capaces de generar demanda y, sobre todo, capaces de aportar margen al detallista, un aspecto que muchos países tienen en cuenta a la hora de importar. Los cambios que se han dado a nivel comercial, muchos de ellos motivados por las nuevas herramientas de gestión, de comercialización y de comunicación, y las mejoras en las infraestructuras (tráfico terrestre, marítimo y aéreo) también han sido importantes para que las exportaciones hayan crecido. No hay que olvidar, además, que España juega un papel clave en el comercio mundial por su ubicación, sobre todo en el comercio marítimo. Su red de infraestructuras –especialmente puertos y aeropuertos- ha evolucionado de manera considerable en las últimas tres décadas y hay pocos países en el mundo con los que no existan conexiones directas. Sin duda, la creación de la UE (las desfronterización facilitó el movimiento de mercancías y acabó con los trámites burocráticos y operativos) y la nueva idiosincrasia del comercio mundial han supuesto nuevas oportunidades para las marcas españolas. ¿DÓNDE EXPORTAMOS? Lógicamente, los países con los que tradicionalmente mejores relaciones comerciales ha tenido España a nivel global son los que están más próximos a nuestras fronteras: Francia, Portugal, Italia o Andorra. El primero de ellos, Francia, representa alrededor del 30% de las exportaciones, muy por encima de Portugal, el segundo destino, que no alcanza el 15% (2008). Tras estos cuatro países se sitúan Reino Unido, Holanda, Alemania y, en octava posición Japón, el principal destino El Made in Spain gana cuota Al mismo ritmo que la sociedad española se ha modernizado, las empresas se han ido adaptando a la realidad europea y mundial, y hoy en día, en la mayoría de sectores, hay marcas españolas que piden garantizar productos tan o más buenos como los de cualquier potencia mundial. Y el deporte no es una excepción. [exportaciones] Los cambios que se han dado a nivel comercial, muchos motivados por las nuevas herramientas de gestión, de comercialización y de comunicación, y las mejoras en las infraestructuras (tráfico terrestre, marítimo y aéreo) han sido claves para que las exportaciones hayan crecido

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