Bendita crisis La crisis financiera no es la culpable de todos los problemas actuales. Lo que sí ha hecho es sacar a relucir muchos de los males que ya estaban ahí. Y uno de los mejores ejemplos para demostrarlo lo tenemos en el sector de fabricación y distribución de prendas deportivas, donde se siguen utilizando políticas de hace más de 30 años que no tienen sentido hoy en día. El pasado día 21 de mayo tuve la fortuna de participar en la edición de Expomanagement de este año gracias a la invitación de la empresa de consultoría Isavia. Este evento es la cita anual de expertos en gestión empresarial a nivel nacional e internacional y en ella se exponen las últimas novedades. Fue una experiencia muy enriquecedora, pues además de impartir una conferencia, pude asistir a otras muy interesantes, donde comprobé la gran cantidad de talento que tenemos en este país. Obviamente el tema central de todas estas conferencias fue la bendita crisis. Digo bendita con toda la intención, pues a base de oír esta palabra tantas veces, se está convirtiendo en algo tan familiar que algo bueno tendrá que tener. Y después de lo escuchado estos días, estoy convencido de que a medio plazo las cosas van a mejorar, aunque sin olvidar que el camino va a ser duro y que muchas organizaciones van a desaparecer (muchas se lo han ganado a pulso durante años). Muchos conferenciantes coincidieron en que hay que volver a los valores tradicionales de trabajo, esfuerzo, honradez y, sobre todo, capacidad de sacrificio. Decían muchos de ellos que 15 años seguidos de vacas gordas nos han ablandado y que nuestra capacidad de sacrificio a nivel colectivo está aletargada. Pude presenciar en directo una magistral conferencia del profesor Leopoldo Abadía sobre el origen de la crisis, y con una gran dosis de ironía, nos mostró las ridículas decisiones que se han tomado y cómo la globalización ha permitido que todo el globo terráqueo esté infectado. Por mi parte, en mi conferencia intenté exponer mi visión sobre la situación actual, centrándome sobre todo en qué es lo que hay que hacer para salir de ella, insistiendo en que la crisis financiera no es la culpable de todos los problemas. Lo que sí ha hecho la crisis es sacar a relucir muchos de los males que ya estaban ahí. Y para explicar que seguir utilizando políticas de hace más de 30 años no tiene sentido hoy en día, utilicé como ejemplo, el sector de fabricación y distribución de prendas deportivas. Lo curioso es que, cuando hablaba de alguna de las políticas habituales de programaciones a 6-8 meses o de la imposibilidad de poder hacer reposición, los asistentes se sonreían y no daban crédito a que una situación de ese tipo siga existiendo hoy. Ahora bien, lo que les resultó más sorprendente fueron las soluciones que algunas mentes pensantes diseñaron e impusieron en sus centrales de compras: las políticas erróneamente llamadas de VERTICALIZACIÓN. Algunos de los asistentes no se podían creer que bajo este nombre las centrales decidan algunos productos que todas las tiendas tienen que tener de manera obligatoria aunque no se adapten a su mercado local, y que lo único que tienen que hacer es pagar la mercancía. La situación resultaba más jocosa todavía cuando relataba las políticas de ZARA, inventor de la VERTICALIZACION, y que hace todo lo contrario: el encargado de la tienda decide los productos qué quiere en su tienda y el resto de la compañía se subordina para que tenga el mayor servicio posible, mediante reposiciones semanales, para que él sólo se tenga que dedicar a vender. Ni más ni menos. De la misma forma, a muchos les resultaba increíble que una central de compras que no tenía ninguna tienda propia intentase vender franquicias, que se promocionara a lo grande en una feria de franquicias y que dos años después no haya vendido ninguna. ¿Qué culpa tendrá la crisis? Tomar decisiones erróneas es malo siempre. No hay que echarle la culpa a nadie. Una compañía debe saber cuál es su negocio, pero mucho más importante es saber cuál no es su negocio. Uno de los asistentes me preguntó si los socios no protestaban. Le expliqué que hubo un grupo de socios que decidieron marcharse, hartos de estar en una organización que en vez de ayudarles les creaba más problemas, y que montaron un nuevo grupo con unas condiciones de compra un 25% mejores que las que tenían cuando estaban en la central. Su comentario a mi respuesta fue significativo: BENDITA CRISIS. En mi opinión, la situación actual ha acelerado algo que era obvio: que el mercado tarde o temprano nos pone en nuestro sitio, y esos teóricamente maravillosos planes de expansión y de crecimiento han fracasado porque sus cimientos eran de barro. Espero y deseo que los responsables de esas tremendas meteduras de pata vuelvan a su origen y que algún día reconozcan sus errores. Claro que, para eso, hay que hacer autocrítica y tener un poquito de humildad… Un valor muy escaso en algunas organizaciones de nuestro sector. MANUEL A. CASTRO HERMIDA Socio Director de CMG www.cmgconsultores.com ts24 [ o p i n i ó n ] “Cuando hablaba de alguna de las políticas habituales de programaciones a 6-8 meses o de la imposibilidad de poder hacer reposición, los asistentes se sonreían y no daban crédito a que una situación de ese tipo siga existiendo hoy”
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