TradeSport 167 - Junio 2009

ts22 Economistas como Rosemberg están convencidos que la austeridad va a convertirse en norma. Debemos encontrar un modelo económico sostenible; el modelo depredador ha fracasado. No podemos seguir con un modelo que admite que 4000 millones de personas vivan con menos de 1,5 dólares al día. Como observador y sufridor de esta “tormenta perfecta”, me encuentro ante la incertidumbre que conllevan los problemas actuales, pero con la esperanza de que vamos hacia un futuro mejor. Durante muchos años hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, abusando del crédito, y una crisis de sólo unos meses ha hecho que casi todos los negocios tambaleen por falta de tesorería. Evidentemente, algo hemos hecho mal. Seguramente todos pensábamos que cada año venderíamos más que el anterior… Pero no voy hablar de lo que todos leemos, sino de mi experiencia profesional y personal en nuestro entorno; el comercio deportivo y sportwear. Y haré un pequeño resumen de la evolución que hemos experimentado desde la última crisis de 1992. En el año 91 Decathlon desembarcó en España con su primera tienda en Montigalà (Badalona). Hoy, 17 años después, tiene 68 centros y controla aproximadamente el 25% del mercado. A Inditex , Mango, cadenas verticales, tiendas monomarca en franquicia o directas, les aparece, como competencia, un modelo como el de los centros comerciales, una palanca de crecimiento perfecta. El comercio tradicional, con unos márgenes a compartir con el fabricante, no puede o no sabe cómo pagar alquileres altos, con costes de mantenimiento y horarios difíciles de gestionar. Así, no es extraño que el comercio no tradicional, genere un cambio de hábitos del consumidor: de 1996 a 2006 se duplicaron los metros cuadrados de superficie comercial, y con la integración a la CEE y al Euro, nuestro poder adquisitivo decreció. También han aparecido los outlets físicos, casi todos directos de marca, porque aunque todas las marcas en este periodo de bonanza crecen y crecen, también crecen sus stocks, a los que debe encontrarse una vía de salida. Nace Internet, nuevo actor que se une a la fiesta y que ahora empieza a encontrar a sus clientes. Apoyándose en la crisis, aparecen los outlets virtuales. Y para darse cuenta de su crecimiento basta con decir que los tres outlets más importantes en nuestro país facturarán en 2009 la cifra nada despreciable de 400 millones de euros (sobre todo teniendo en cuenta que su facturación hace apenas un año era mínima). Estos nuevos modelos de retail han producido una superabundancia de ropa superbarata. Hoy encontramos comercios low cost, donde los productos cuestan lo que antes dábamos de propina. Esta semana, paseando por un centro comercial -y estamos a primeros de junio-, pude comprobar como los descuentos están presentes en casi toda la oferta. Un directivo de El Corte Inglés decía en La Vanguardia “que el consumo ha pasado de la frivolidad a la frugalidad”. Y en eso, ellos tienen parte de culpa, porque viven permanentemente en “La semana Fantástica”. Por si fuera poco, la marca blanca crece en todos los segmentos, sobre todo en la alimentación, donde ya representa alrededor de un 40% del consumo (el porcentaje más alto de Europa). Creo, sinceramente, que todo tiene solución, pero como decía un profesor mío, “hay que vaciar la taza”. Para aprender, antes hay que desaprender, ya que casi todos los hábitos y formas que hemos utilizado no nos permiten cambiar. Es obvio que se está dando un cambio. Y este cambio indica que ya no vale lo que hasta hoy valía. Debemos observar, sentir, y desarrollar un modelo nuevo adaptado al nuevo consumidor. Un consumidor que por fin exige que coste y valor vayan de la mano. Desde aquí pido que entre todos encontremos el camino. Y todos, somos todos, tanto proveedores como comerciantes, que llevamos años pensando que cada uno tiene su negocio cuando, en realidad, estos cambios nos han demostrado que sólo hay un negocio: que nuestro cliente nos compre. Como dice Vicente Verdú en su libro El capitalismo funeral, “ Vivimos en un mundo donde lo horizontal sustituye a lo vertical, las redes sociales acaban con los intermediarios y la competencia ya no es tan beneficiosa para el capitalismo, que necesita cooperación. Ya no vivimos en el mundo de la televisión, en el que nos sentábamos a mirar, sino en el de Internet, participamos. Y por esto, más que innovar, hoy se trata de transformar, de hacer algo nuevo de lo ya existente”. Tal como tenemos nuestro mercado, amigos, creo que lo único que nos queda es encontrar nuestro nicho. El mercado se está fragmentado en pequeños nichos que se ajustan a los gustos particulares de cada individuo. Y este espacio, que no interesa al grande… es nuestro espacio. “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Albert Einstein. [ o p i n i ó n ] Jordi Planas Agente y detallista jordi@plaisol.com Creo, sinceramente, que todo tiene solución, pero como decía un profesor mío, “hay que vaciar la taza”. Para aprender, antes hay que desaprender, ya que casi todos los hábitos y formas que hemos utilizado no nos permiten cambiar. Es obvio que se está dando un cambio. Y este cambio indica que ya no vale lo que hasta hoy valía. Debemos observar, sentir, y desarrollar un modelo nuevo adaptado al nuevo consumidor. Un consumidor que por fin exige que coste y valor vayan de la mano. La tormenta perfecta

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