TradeSport 167 - Junio 2009

[sports unlimited valencia] La primera edición de este Club de Negocios funcionó mucho mejor de lo que se esperaba. Pocos expositores, pocos visitantes… y mucho trabajo. Este es el modelo y se ha demostrado que funciona. Y muy bien, por cierto. Sports Unlimited Valencia Año I: sentando las bases de un encuentro imprescindible REDACCIÓN, Valencia tiempo estimado de lectura >>> 6 min. Vaya por delante que aquí no van a encontrar ninguna foto tipo carnet de los expositores, ni ninguna opinión textual de éstos alabando las bondades de este punto de encuentro y dejando caer, entre líneas, sus fuertes crecimientos pese a la crisis. Eso ya lo podrán leer en las ediciones de nuestros colegas. Por primera vez en muchos años Tradesport acudió a una feria como expositor (y no por falta de ganas, simplemente porque no había…), y en las siguientes líneas no tengo más intención que la de dar mi punto de vista sobre cómo hemos visto y vivido el encuentro. Nada más. Comencemos por el principio. ¿Qué es Sports Unlimited Valencia? Para empezar hay que dejar claro que no se trata de una feria convencional. Sus organizadores ni siquiera quieren llamarle feria. Es un club de negocios, con agendas preestablecidas, y donde lo más importante no es la cantidad de visitantes que acuden, sino la calidad de las reuniones que se mantienen a lo largo del encuentro. El proceso es sencillo. La organización hace una lista de los principales compradores del sector, desde grandes cadenas, hasta los principales grupos de compra, pasando, lógicamente, por detallistas –con una o varias tiendas- que son líderes en su zona. A estos compradores, se les invita, con todos los gastos pagados (algunos aún se preguntan dónde está el truco… pero no lo hay; así es el modelo). Una vez establecida esta lista, se pregunta a unos y a otros, a expositores y a visitantes, con quien les interesaría hablar, y de sus respuestas, se elabora una agenda de reuniones. Nadie se reúne con quien no quiere hacerlo. Lo “peor” que te puede pasar es que alguien no consiga hablar con quien pretendía, pero para eso está el tercer día –sin agendas y abierto a todo tipo de detallistas-. El objetivo de este modelo es claro: que quien se reúna, lo haga para trabajar y que, además, lo pueda hacer en una atmósfera que propicie el diálogo. Ambas partes saben a lo que van. Y eso, en una feria convencional, donde se reparten muchas tarjetas y muchos “ya hablaremos”, no suele pasar. En esta primera edición, cuya celebración pendió de un hilo hasta el último momento, acudieron un total de 51 expositores y 110 compradores, y se llevaron a cabo, en total, más de 900 reuniones. Además, el tercer día, abierto a todo el mundo, asistieron más de 300 profesionales, muchos de ellos para acudir a alguna de las 16 conferencias de las jornadas técnicas. Antes de comenzar a analizar como, desde nuestro punto de vista, trascurrió el salón, debo reconocer -y creo que mis colegas del Diffusion y CMD harían lo mismo-, que cometimos un gran error recomendando a la organización, algunas semanas antes de que SUV abriese las puertas, de posponer la edición de este año. Suerte que no nos hicieron caso. Por los resultados y, sobre todo, porque su aplazamiento hubiera podido ser la sentencia para un Club de Negocios que, ahora, tiene un largo camino por delante. Para el sector puede ser muy importante consolidar un punto de encuentro como éste. Lo necesitamos. DÍA 1. DEL MIEDO AL GOZO Los días previos al salón había cierta incertidumbre sobre cómo iba a funcionar. Se había planteado, incluso, su suspensión. La crisis había limitado mucho la presencia de las marcas y el modelo, además, generaba cierta desconfianza. Demasiado innovador, seguramente, y en unas fechas poco adecuadas a priori. Pero las dudas se disiparon mucho antes de que se abrieran las puertas: desaparecieron en el momento en que los expositores recibieron su agenda y pudieron comprobar no sólo que estaban llenas, sino, sobre todo, que sus interlocutores eran pesos pesados: grandes cadenas, casi todos los grupos –inexplicable ausencia de Intersport que, como siempre, sigue a la suyay detallistas de referencia (Base, Atmosfera, El Corte Inglés, Giro 180, Cronos, Mapigar, Oteros, Twinner …). Las expectativas eran muy buenas. Y se cumplieron nada más abrirse las puertas del recinto. Un día de reuniones que sirvió para que todos los expositores, sin excepción, mostraran su satisfacción ante el innovador modelo planteado por los organizadores. Algunas marcas menos conocidas, que confiaron a ciegas en el modelo, tuvieron la posibilidad de hablar con los principales compradores del país, algo muy complejo de lograr en un entorno que no sea el que plantea este encuentro. Quizás las dimensiones del salón y la escasa presencia de marcas desanimara, al principio, a algún expositor, pero al final de la jornada la satisfacción era plena. Ni una sola voz crítica con la organización, con el modelo o con la tipología de los visitantes. Al contrario. Sólo alguna queja por la ausencia, a última hora, de algún detallista, que dejó algún hueco vació a más de un expositor. Por la noche, fiesta en un local céntrico de la ciudad y primeras quejas. La propia organización se vio sorprendida por la alta cifra de asistentes que acudieron a la fiesta, cuyo punto álgido era una conferencia del profesor Lluís Martínez-Ribes sobre Innovación en Retail. La idea inicial era hacer una presentación dinámica y participativa, pero las dimensiones del local –que se quedó pequeño- y el pésimo sonido, dificultaron el buen discurrir del acto. Una lástima, porque los que tuvimos ocasión de escuchar al profesor pudimos disfrutar de sus consejos y su visión de cómo debe evolucionar el retail. Luego, tras la conferencia, entrega de Premios SU+ (otorgados por los tres medios del sector), sorteo de material y fiesta. Acababa un día intenso, que comenzó con temores y que acabó en un ambiente festivo, reflejo perfecto de cómo había ido el día. DÍA 2. CONSOLIDANDO EL FORMATO… CON ALGUNOS HUECOS El segundo día comenzó como acabó el primero. Con reuniones. Algunos compradores nuevos, otros que habían hecho el trabajo el día anterior y se habían ido, y muchos que repetían para acabar de concretar con el máximo de proveedores. El ritmo fue un poco más pausado que el primer día. Algunos pequeños errores en las agendas y algún interlocutor que no asistió, dejaron algún tiempo libre –eso no es bueno- a varios expositores. Aun así, la satisfacción general se mantuvo, y el modelo, muy cuestionado en los últimos meses, se consolidaba como una alternativa perfecta a las ferias ts18 Las dudas se disiparon mucho antes de que se abrieran las puertas: desaparecieron en el momento en que los expositores recibieron su agenda y pudieron comprobar quienes serían sus interlocutores

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