ts36 nuestro país es excesivo. Por suerte la situación se está calmando y la selección natural da sus frutos. Sigue habiendo marcas que quieren aprovecharse del boom y que, además, lo hacen con palas de dudosa calidad, pero el mercado está cada vez más definido. En este mercado, y dejando de lado estas marcas “pasajeras”, existen dos grandes grupos: el de las marcas especializadas exclusivamente en pádel y el de las marcas que vienen del mundo del tenis. Empecemos por el segundo grupo… En el momento en que el pádel dio señales de su potencial, las grandes marcas del tenis, apostaron en firme por este deporte. Primero fue Dunlop, y rápidamente le siguieron otras como Wilson, Head, Babolat o Volkl. La mayoría se han posicionado bastante bien en este segmento, sobre todo aquellas que comenzaron antes (especialmente Dunlop), aunque es cierto que las especialistas les llevan cierta ventaja. Por tiempo, y por especialistas. Aun así, la acogida de estas marcas ha sido bastante buena. Como hemos dicho antes tienen una ventaja importante, su posicionamiento en el tenis, y eso les da una imagen de marca lo suficientemente importante como para generar un buen volumen de ventas, especialmente entre los jugadores que han pasado del tenis al pádel y que son, por definición, muy marquistas. La apuesta de estas marcas por el pádel, que muchas veces se ha dado por exigencias de las filiales españolas, les ha servido para abrir una nueva vía de negocio y equilibrar, con ella, los altibajos que durante años lleva sufriendo el tenis. Además, tienen una ventaja importante sobre las especialistas: su fuerza internacional. Puesto que el pádel se juega básicamente en Argentina y España, las grandes marcas especialistas, argentinas y españolas, sólo tienen presencia en estos dos mercados. Si algún día –esperemos que así sea- el pádel se comienza a extender a otros países, seguramente las marcas del mundo del tenis jugarán con cierta ventaja porque ya están posicionadas en todos los mercados. Aun así, aunque sería una muy buena noticia para el segmento, no hay perspectivas de que a corto plazo el pádel logre traspasar fronteras y comience a crecer en países como Francia, Alemania o Gran Bretaña, donde hoy por hoy es un completo desconocido (a pesar de los esfuerzos, que los ha habido, para promocionar este deporte). Respecto a las especialistas, que como hemos dicho lideran el mercado nacional, destacan especialmente marcas como Vision, Varlion, Pádel Lobb, Akkeron, Star Vie, Royal Pádel, Bullpádel o Vairo. Estas marcas, que son las que básicamente copan el mercado –dominado por la argentina Varlion-, y aunque tienen una fuerza financiera muy inferior a la de las grandes multinacionales del tenis, han conseguido convertirse en las principales referencias del mundo del pádel gracias a su fuerte especialización. De hecho, de las cinco marcas con mejor cuota en unidades y valor (ver cuadro), cuatro son especialistas, y sólo Dunlop –seguramente la marca de tenis que más se ha implicado en el pádel- logra robarles protagonismo. En cuanto al calzado, aunque muchos jugadores juegan con calzado de tenis, cada vez hay más gente que utiliza calzado específico y las marcas, además, se han volcado en ello. Lo han hecho algunas generalistas, como adidas (que está apostando fuerte por este deporte), la mayoría de marcas que tienen calzado tenis, como Head, Wilson, Dunlop, Asics o K-Swiss, y algunas especialistas de pádel, como Varlion. A estas, además, hay que sumarle otras marcas más multiproducto que han decidido apostar fuerte por este deporte, como Puma –que también se ha posicionado en palas- o J’Hayber, que se está volcando en este deporte. EL POTENCIAL, INTACTO Aunque en su momento muchos pensaron que el éxito del pádel sería pasajero y que sólo se trataba de una moda que había nacido en los despachos de los altos ejecutivos, con el tiempo, el pádel se ha convertido en un segmento con identidad propia, sólido, y con un potencial del que muy pocos deportes pueden presumir. El futuro del pádel, al menos a corto plazo, es muy bueno. Seguramente sea, a día de hoy, el segmento atlético con mejores perspectivas del sector, con permiso del running, y casi todos los agentes implicados en este deporte, desde proveedores hasta tiendas, coinciden en que el ciclo de crecimiento puede alargarse, como mínimo, tres o cuatro años más, tanto en lo que concierne a los practicantes como –y eso es lo que nos interesa- a las ventas. Puede que la crisis que atravesamos sea un freno, no tanto para las ventas sino, sobre todo, por la proliferación de instalaciones –hay menos promociones inmobiliarias- pero aún así, prácticamente nadie pone en duda el auge de este deporte a corto y medio plazo. También hay que tener en cuenta que, más allá de los factores que están propiciando este crecimiento, hay dos aspectos que pueden ser determinantes para que este auge sea todavía más importante y para que, además, se alargue en el tiempo: la “mediatización” y la internacionalización. Que el pádel haya logrado lo que ha logrado sin la más mínima ayuda de los medios de comunicación es poco habitual y dice mucho de la fuerza que tiene este deporte como deporte. Aun así, teniendo en cuenta el peso que tiene el llamado cuarto poder, si este deporte lograse más espacio en televisiones y periódicos, su potencial sería todavía mayor. Es difícil de entender porque apenas se le hace caso. Quien haya visto un partido entre profesionales en directo sabrá que es un deporte espectacular, muy rápido y dinámico, y que puede despertar mucho interés entre los televidentes. Sin embargo, salvo algunas apariciones en una cadena privada, a altas horas de la madrugada y seguramente por presión de los anunciantes, la presencia del pádel en los medios es nula. ¿Por qué? Es difícil de explicar. Hay jugadores españoles que lideran los rankings, es un deporte muy vistoso, Esto, lógicamente, puede ser un freno de cara a fomentar la práctica y, sobre todo, para animar a los grandes anunciantes a apoyar este deporte. Hay que valorar muy positivamente que el pádel ha crecido sin el apoyo de El comportamiento del pádel en los últimos años sólo puede definirse como espectacular. Hace una década los que jugaban a este deporte se podían contar con los dedos de las manos y, además, estaban estereotipados. Diez años después es uno de los deportes más practicados y, sobre todo, es uno de los que mayor potencial tiene. En practicantes y, también, en ventas. Es lógico que cuando un deporte está en pleno crecimiento y las perspectivas son tan buenas, se multiplique la oferta. El problema es que en el pádel esta multiplicación se ha descontrolado. Por suerte, la selección natural está siguiendo su curso El pádel gana presencia en instalaciones municipales y clubes de tenis
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