con calzado específico. En ello han tenido mucho que ver las marcas, que han sabido transmitir las ventajas que ofrecía este tipo de calzado y, también, muchos clubes, sobre todo de tierra batida, que han “exigido” a sus socios y a todos aquellos que juegan en sus instalaciones, que no utilicen un calzado cualquiera para jugar. Obviamente sigue habiendo mucha gente que no quiere gastarse dinero en un tipo de calzado que después no podrá darle más uso que el atlético, pero afortunadamente un porcentaje relativamente alto de este tipo de jugador –que suele ser el de iniciación o ocasional- se acaba enganchando al tenis y acaba entendiendo que necesita calzado concreto. También hay, lógicamente, el que pasa absolutamente de los modelos específicos y juega con calzado urbano/casual o con calzado atlético de cualquier otra modalidad –baloncesto, running versátil…-. Es un perfil bastante definido, de jugador muy ocasional, pero que representa un target a tener muy en cuenta por las marcas, pues es con ellos con quien pueden ganar cuota de mercado. En definitiva, aunque es cierto que el comportamiento de las categorías de calzado y textil está a años luz del que podría ser si lo comparamos con el volumen que mueve la venta de raquetas, es probable que a corto y medio plazo sean estas dos categorías las que mayor potencial de crecimiento tengan. No en vano, el comportamiento experimentado en los últimos años por las ventas de raquetas, así como las previsiones de algunos estudios en cuanto a evolución de practicantes, hace prever un crecimiento muy lento –aunque regular- del material duro, mientras que el potencial que tienen estas categorías, una vez se estabilicen, es mucho mayor. No hay que olvidar que todos aquellos que juegan al tenis tienen raqueta pero no todos juegan con calzado y textil técnico. El desarrollo tecnológico que se ha dado en el mundo de las raquetas también ha comenzado a darse, en los últimos cinco años, en el textil y, sobre todo, en el calzado, que pasando absolutamente de la moda –la decisión más acertada que han tomado las marcas-, ha empezado a explotar el factor tecnología sin obsesionarse por el volumen. El segmento se ha “tecnificado”, dejando de lado la moda, y seguramente por esta razón las perspectivas de estas dos categorías son bastante buenas. FUTURO OPTIMISTA El tenis es uno de esos deportes que difícilmente va a experimentar un gran crecimiento de practicantes y de ventas pero que, sin embargo, cuenta con una base lo suficientemente sólida como para que difícilmente experimente fuertes pérdidas. Es más, lo más probable es que corto y medio plazo, aunque lentamente, se crezca. Y seguramente incluso es más probable que mejoren las ventas que no la cifra de practicantes. El trabajo de las marcas, en este sentido, puede ser determinante para dar un pequeño empujón al segmento, que ha visto como el pádel le robaba protagonismo en estos últimos cinco años. Estas limitaciones de crecimiento acrecentarán la lucha entre las marcas, que para ganar cuota, tanto en raquetas como en calzado y textil, tendrán que apostar irremediablemente por la tecnología., como han hecho en estos últimos años. Ese será el gran caballo de batalla y el principal argumento para conseguir que los practicantes, cuando renueven su material, sean fieles o cambien de marca. Y para que las inversiones que llevan a cabo las marcas tengan sentido, será fundamental que ellas mismas y, también, los detallistas, sepan transmitir al jugador las ventajas de las complejas innovaciones que año tras año sacan al mercado. La comunicación es una herramienta clave cuando la tecnología tiene tanto protagonismo, y en este sentido, será importante ver el grado de implicación que el canal tendrá en este asunto. Las necesidades actuales del sector pueden jugar a favor del tenis, no en vano, con la moda perdiendo cuota, lo atlético ganará protagonismo en las tiendas multideporte y es probable que el tenis sea uno de los segmentos más beneficiados por esta vuelta a los orígenes a la que parece habernos empujado –afortunadamente- la crisis. En el plano mediático, es complicado saber hasta qué punto los éxitos de los tenistas españoles están siendo determinantes para fomentar la práctica entre los más pequeños, pero es evidente que el efecto Nadal ha animado a muchos niños –y a algunos no tan niños- a descubrir el tenis. Las marcas deben, lógicamente, aprovechar este boom –al menos mediático- que tiene el tenis actualmente. Los beneficios pueden ser importantes. Y si no, que se lo pregunten a Nike o Babolat. En cuanto al comercio, que como en otros segmentos cuenta con una sólida red de tiendas especializadas –a las que hay que sumar las muchas tiendas multideporte que trabajan este segmento-, las estrategias a seguir son bastante claras: apostar por las marcas líderes y tener una oferta que cubra todas las necesidades. La creciente especialización que se está dando en el sector hace que para la tienda multideporte sea necesario tener una oferta amplia, en marcas y artículos, para poder hacer frente a las grandes cadenas y al comercio especializado. Unos y otros, multideporte y especialistas, tienen que aprovechar que la competencia de Decathlon en material duro es muy limitada –y lo seguirá siendo durante bastante tiempo- y aprovechar el factor marca que, en el tenis, aún tiene mucha fuerza. EL PÁDEL MANTIENE EL RITMO El comportamiento del pádel en los últimos años sólo puede definirse como espectacular. Hace una década los que jugaban a este deporte se podían contar con los dedos de las manos y, además, estaban estereotipados. Diez años después es uno de los deportes más practicados y, sobre todo, es uno de los que mayor potencial tiene. En practicantes y, también, en ventas. No Las necesidades actuales del sector pueden jugar a favor del tenis; con la moda perdiendo cuota, lo atlético ganará protagonismo en las tiendas y es probable que tenis y pádel sean dos de los segmentos más beneficiados por esta vuelta a los orígenes ts32 Principales distribuidores de palas de pádel
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