TradeSport 165 - Abril 2009

En nuestro país hay varios ejemplos de ello, como por ejemplo la pelota vasca, pero quizás el más significativo sea el del hockey patines. En Cataluña, pese a ser un deporte que podría considerarse minoritario -sobre todo si lo comparamos con el fútbol o el baloncesto- tiene muchos seguidores y practicantes, mientras que en el resto de España, salvo en Galicia, es un deporte prácticamente desconocido. LA IMPORTANCIA DEL DEPORTE BASE Con el dinero que mueven determinados deportes y, sobre todo, con los sueldos de muchos deportistas de élite, es cada vez más complejo hacerle entender a un padre que lo importante para un niño es hacer deporte, independientemente de cual sea la modalidad elegida y de los beneficios económicos que pueda sacar de ello si llega a lo más alto. También es difícil lograr que un niño no se obsesione por el fútbol, el baloncesto, o la gimnasia rítmica (un caso paradójico, pues es uno de los deportes más practicados por las niñas a pesar de su nula presencia mediática). ¿Cómo promover un deporte minoritario? Es una tarea muy compleja en la que tienen mucho que decir las federaciones y, también, los colegios. Para potenciar cualquier modalidad deportiva es importante empezar desde la base, es decir, en los colegios. Convencer a un adulto de practicar un deporte desconocido o poco "habitual" puede resultar hasta cierto punto fácil, pero lo realmente importante es conseguir que se fomente la práctica en la escuela. En este sentido, hay que destacar el trabajo que están llevando a cabo federaciones como la de Bádminton, que en pocos años ha logrado ganar presencia en las escuelas y, por consiguiente, ganar practicantes. No se conseguirá, con ello, grandes crecimientos en licencias ni, lógicamente, se ganará presencia mediática a corto plazo, pero cabe la posibilidad que con los años haya un jugador español que destaque a nivel internacional y que poco a poco este deporte gane protagonismo –aunque sea momentáneo- en los medios. La importancia del colegio es clave y les pondré un ejemplo personal de ello. Hace algunos años, cuando estudiaba lo que entonces se llamaba EGB, la Federación Catalana de Esgrima vino a la escuela para hacer un “clinic”. A mí, lo reconozco, no me entusiasmó demasiado, pero de esa clase de apenas una hora salieron dos campeones de España. Los niños –y sobre todo los padres- tienen que darse cuenta de que hay vida más allá del fútbol y el baloncesto. Hay muchos deportes que pueden aportar mucho a los más pequeños, aunque luego, pese a llegar a lo más alto (que no es fácil en ningún deporte), no puedan vivir de ello. Al final, lo que realmente importa del deporte no es lo que se consigue a nivel material. ¿Acaso es más feliz un jugador de fútbol cuando gana un mundial que un levantador de pesas cuando logra el oro en unas olimpiadas? La llegada de Decathlon -y su concepto de negocio- cambió por completo la venta de artículos relacionados con estos deportes. La cadena gala “toca” hasta 65 modalidades deportivas diferentes y, lógicamente, muchas de ellas entran en el saco de los deportes minoritarios.

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