ts25 apostado muy fuerte por el material duro y ésta ha sido la categoría con la que hemos consolidado el negocio y por la que más se nos reconoce. Hoy por hoy representa alrededor de un 50% de nuestra oferta, cuando en cualquier tienda especialista este porcentaje no suele superar el 25%. Sin embargo, nuestro objetivo es que poco a poco el textil vaya ganando protagonismo en la tienda. Por demanda, por tipología de producto y por el tipo de marcas con las que trabajamos, es la categoría con la que se puede crecer más, y nuestra intención es apostar fuerte por ella. Es una decisión que tomamos mucho antes de los dos inviernos tan malos que hemos pasado. ¿La coyuntura económica afecta más a una tienda como Daffi, con un porcentaje muy alto de marcas de gama alta? No creo que nos afecte de forma diferente a las demás tiendas del segmento. Es cierto, como acabo de comentar, que somos una tienda muy técnica, y nuestra estrategia siempre ha sido apostar por productos de gama alta que, lógicamente, son los que tienen un precio medio superior. Pero el segmento del esquí es un poco complejo y cuando hay épocas de recesión, lo caro se sigue vendiendo bien, seguramente porque nuestro perfil de cliente es de los que sufre menos la recesión económica. Además, nunca he creído que por tener gamas más bajas vaya a vender más o a superar mejor momentos como el actual. La crisis, obviamente, existe, pero las fuertes nevadas de este año no sólo han ayudado a que los esquiadores habituales acudieran en masa a las estaciones, sino que, sobre todo, han provocado que mucha gente que hacía años que no subía a esquiar se haya vuelta a animar. Y eso, lógicamente, ha generado un buen tráfico en nuestra tienda. ¿Cómo vio el salón Ispo este invierno? ¿La crisis se dejó notar en las colecciones de las marcas? A mí, la verdad, me dio la impresión de que nada había cambiado. Ni este invierno que ha nevado ni en los anteriores cuando no lo hizo. Todas las marcas presentaron novedades interesantes, como cada año. Pero más allá del producto, yo creo que este tipo de ferias son, sobre todo, una buena oportunidad para hablar con los responsables de las marcas. Siempre he creído que las relaciones personales influyen mucho en los negocios. A mí me gusta trabajar con personas, no con marcas. Me gusta tener un buen feeling con la persona que lleva la marca porque si no, por muy buena marca que sea, prefiero no trabajar con ella. Cuando tenga un problema, quiero saber a quien estoy llamando. Y creo que este interés tiene que ser mutuo. Yo no quiero que las marcas me vean como el cliente número tal o cual; quiero que me vean como Gerard, el de Daffi. ¿Qué marcas crees que van a ganar protagonismo en los próximos años? El segmento del esquí, por suerte, tiene una amplia variedad de marcas que pueden funcionar muy bien, tanto las que hace tiempo que están en el mercado como las que cada año aparecen. Hay que partir de la base de que todas las marcas de gama alta, que es lo que nosotros trabajamos, tienen una calidad más que demostrada, y que su venta dependerá en gran parte de aspectos como el diseño, la marca y, también –o sobre todo- nuestro trabajo. Obviamente hay tiendas que tienen más afinidad con unas marcas y otras tiendas que la tienen con otras marcas. En artículos como los que nosotros trabajamos, todo puede funcionar y hay mucho donde elegir. Lo que tengo claro es que si no me gusta la política comercial de una marca (por cómo venden, por a quién le venden…) pues simplemente no trabajaré con ella. Jamás intentaré cambiar la política comercial de ninguna marca, pero sí que ejerceré mi derecho a elegir con quien quiero y con quien no quiero trabajar. “Llevábamos 10 años muy buenos y eso nos mal acostumbró a todos. Las marcas sobreproducían y las tiendas comprábamos más de lo que necesitábamos. Se crearon unas necesidades que, cuando las cosas han cambiado, no se han podido mantener, y el sistema ha quebrado”
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