tá dispuesto a pagar por ello. También se está apostando muy fuerte por determinadas modalidades como el snow o el freeride, que están ayudando a recuperar a un target muy importante que el esquí había perdido: a finales de los 90 en los primeros años de esta década hubo un descenso importante de practicantes jóvenes. Muchos de ellos, esquiadores habituales cuando eran pequeños habían dejado de subir a la nieve o bien por el “aburrimiento” que les provocaba el esquí tradicional o bien porque ya no era una práctica en familia y nadie les pagaba el viaje. Ahora, con el auge de modalidades muy vinculadas a la cultura de los deportes de deslizamiento, muchos jóvenes han vuelto a las pistas –o a sus alrededores-. Otra alternativa por la que han optado las marcas para romper esta larga estabilidad en las ventas ha sido la apuesta por categorías a las que hasta ahora se les había prestado muy poca atención, especialmente la mujer y el júnior. En los últimos años todas las marcas han desarrollado colecciones exclusivas para mujer (y en menor medida para niño), conscientes de que este target representa una nueva vía de negocio. De momento los resultados están siendo positivos y las novedades presentadas este año así lo confirman y ambas categorías ganan peso en los catálogos. Por último, otra vía de negocio que las marcas están explotando muy bien –o mucho mejoren estos últimos años es la del alquiler. Casi todas las grandes enseñas tienen en sus catálogos modelos específicos para alquiler y, a diferencia de no hace demasiados años, su tecnicidad suele ser bastante alta. No son, obviamente, esquís de gama alta, pero garantizan unas prestaciones más que suficientes como para que los clientes puedan disfrutar de la nieve… y de la marca. En cuanto a los palos en la rueda, que los hay, uno de los que más controversia está generando, más allá de la climatología, la crisis o el elitismo que el esquí sigue arrastrando, es el de las promociones inmobiliarias (ahora en paro forzoso por la crisis del ladrillo). El deporte se ha convertido en negocio y cada vez hay más proyectos que son básicamente inmobiliarios. Este hecho, junto a otros aspectos tan o más importantes, como el elevado coste de este deporte (no hay que olvidar que España es el país más caro para esquiar) están impidiendo que se consolide una cultura del esquí, dificultando que este deporte tenga la consideración y el peso (social, económico, cultural e incluso, educacional) que tiene en otros países europeos. Con este panorama, que muy poco tiene que ver con marcas y tiendas, las posibilidades de experimentar un fuerte boom de esquiadores son bastante remotas, casi tanto como las posibilidades de robar esquiadores a franceses, italianos, suizos o austríacos. TEXTIL: EL FRÍO IMPULSA LAS VENTAS Aunque las ventas de material duro han sido bastante buenas este invierno (en unidades más que en volumen, dados los elevados descuentos que se han llevado a cabo), ha sido el textil quien ha ayudado a muchos comercios a equilibrar las pérdidas de margen. Es cierto que la mayoría de tiendas –especializadas o no- tenían un stock relativamente alto de prendas y, por lo tanto, también se han visto obligadas a apostar por los descuentos, pero las condiciones climáticas de estos últimos meses y el afán consumista de las últimas semanas de 2008, de los primeros días de 2009 y de las primeras semanas de rebajas, han sido un estímulo para que el segmento lograra unos buenos resultados de ventas. Luego las cosas se han calmado mucho y el ritmo de ventas ha caído en picado, pero teniendo en cuenta el comportamiento de las dos últimas campañas, los resultados de ésta sólo pueden considerarse como positivos. El textil, además, tiene una “ventaja” sobre el material duro y es su componente moda. Muchos esquiadores acuden a las pistas con prendas de marcas no especialistas. Son prendas perfectas para esquiar, porque son muy técnicas, pero tienen un aspecto más casual que les aporta un plus de versatilidad, pues pueden vestirse para esquiar pero también para el día a día, de manera que su venta es más “factible” incluso si no hay nieve. Con esta premisa, no es extraño que entre las marcas que mejor comportamiento han experimentado en estos últimos años destaque, sobre manera, las vinculadas al emergente mundo X-Wear y al outdoor más clásico. Así, en textil, podríamos diferenciar cuatro grandes grupos de prendas que se utilizan para la práctica. Por un lado están las marcas especialistas en textil esquí. Son marcas de gama alta que pese a su precio tienen un volumen de ventas muy importantes tanto aquí en España como, sobre todo, en centroeuropa. En este grupo estarían marcas como Tsunami, Spider, Descente, Shöffel o Killy. Otro grupo lo conforman las (pocas) marcas de material duro con líneas textiles. En éste destaca sobre todo Salomon, líder indiscutible del segmento outdoor y con un posicionamiento muy fuerte en el segmento del esquí. Otra marca importante es Rossignol, aunque con un enfoque mucho más “moderno” que Salomon desde que fue adquirida por Quiksilver y que actualmente, recién adquirida por un fondo de inversión, está redefiniendo estrategias tanto en material duro como, sobre todo, en textil. El tercer grupo los formarían las marcas que están más ligadas con el mundo outdoor. Sus colecciones no son específicas para esquís, pero son muy polivalentes y por su tecnicidad también se han convertido en prendas muy utilizadas por los esquiadores y los snowboarders. Marcas como The North Face, Eider, Millet, Salewa, Columbia, Nike ACG, o las españolas Grifone, Trango y Ternua tienen cada vez más presencia en las pistas. El último grupo estaría compuesto por las marcas vinculadas al llamado X-Wear. Marcas como Billabong, Rip Curl, Quiksilver, Protest o Oakley. Son las que tienen más seguidores entre los amantes del snowboard –por cultura- y son las que más han crecido en textil nieve en los últimos años. También hay que tener en cuenta otro gran grupo de marcas de primer precio, como Joluvi o John Smith que a un precio muy asequible –y con mucho margen para el comercio- ofrecen prendas con una tecnicidad más que suficiente. ts21 Las condiciones climáticas de estos últimos meses y el afán consumista de las últimas semanas de 2008, de los primeros días de 2009 y de las primeras semanas de rebajas, han sido un estímulo para que el textil nieve lograra unos buenos resultados de ventas.
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