En muchas de las entrevistas que hemos llevado a cabo en los últimos tres o cuatro años, cuando preguntábamos qué productos tenían más potencial a corto y medio plazo la respuesta era la misma: los artículos para mujer. Para la gran mayoría de marcas –más que para el comercio- la mujer es la gran asignatura pendiente del sector. Y, además, es un perfil de comprador que de captarlo, podría suponer enormes beneficios a nivel global en el futuro. Aunque la cifra de mujeres practicantes aún es bastante baja, desde hace años el deporte ha ido perdiendo progresivamente su imagen de práctica masculina. Por las razones que sea, cada vez hay más mujeres que hacen deporte y que, por lo tanto, necesitan material deportivo. Y las abismales diferencias que hay entre hombre y mujer en cuanto a físico, ha hecho indispensable que las marcas atléticas adaptaran sus colecciones a las necesidades –y a los gustos- de la mujer. Las marcas se han dado cuenta de que adaptar las colecciones masculinas no es la solución y que la mujer tiene unas necesidades diferentes a las del hombre, busca un producto muy diferente al que busca el hombre y, sobre todo, prioriza aspectos muy diferentes (sobre todo el diseño). Así, no es extraño que en las presentaciones de las colecciones de las grandes marcas, cada vez se hable más de hormas especiales para mujer, de cortes femeninos o de colores y diseños pensados para ellas. Este cambio de estrategia, que a nivel atlético han seguido las principales marcas, generalistas y especializadas, y que obedece a la creciente demanda pero, sobre todo, a la necesidad del mismo sector de buscar nuevas vías de negocio y nuevos targets que hasta ahora han estado completamente olvidados, constituye hoy por hoy uno de los focos de competencia más importantes del segmento, de manera que la mujer, como el hombre, va a ver como año tras año las marcas mejoran la funcionalidad de sus productos e intentar dar una vuelta de tuerca a sus diseños. En cuanto al comercio, las cosas son bastante más complejas. Las tiendas que han confiado en esta categoría son muy pocas y tanto por su oferta como por su estética, el comercio deportivo tradicional sigue siendo muy masculino. El peso que han adquirido las colecciones de mujer en las estrategias de las marcas no se ha dado en la misma proporción en el comercio, que no acaba de confiar del todo en el material técnico para mujer. ¿Razones? Pues hay varias. Por un lado, el porcentaje que ha representado la mujer siempre ha sido muy bajo, y tal y como están las cosas, es difícil que haya quien se aventure a hacer experimentos. Además, hay varios detallistas que lo han intentando y no han acabado de consolidar su apuesta. Además, la mujer es un perfil de comprador muy diferente al hombre. Es mucho más racional en sus compras y prioriza aspectos muy diferentes a los del hombre. Para ella es crucial el entrono en el que compra, y la tienda de deporte, en eso, no le convence en absoluto. Es difícil atraerla con el sportwear porque la fuerza de la moda puede mucho, pero también es cada vez más complejo que una tienda multideporte la atraiga para comprar material deportivo: la mujer, como han señalado algunos detallistas, es un perfil perfecto para el comercio especialista: es un concepto claro, con una oferta amplia que seguramente cubrirá sus necesidades y gustos, y con un servicio acorde con sus deseos. De la misma manera que han sido las marcas especialistas las que ha confiado a ciegas en la mujer, también ha sido el comercio especializado el que mejor ha sabido adaptarse a sus preferencias. Y eso, la mujer que hace deporte, lo ha sabido valorar. Puede que las marcas hayan reaccionado tarde. Puede que sea prácticamente imposible conseguir que la mujer se sienta seducida por el sportwear de marcas deportivas y que siga sin ver al comercio deportivo como un punto de venta habitual en sus compras, pero en lo que respecta a lo atlético, el deporte tiene que aprovechar su exclusividad. Puede, como afirman muchos, que su protagonismo en determinadas modalidades como el fútbol o el baloncesto siga siendo casi nulo, pero hay muchos deportes en los que el porcentaje de mujeres practicantes crece progresivamente. Y hay que estar preparados para poder responder a este crecimiento. Si la mujer ha sido, tradicionalmente, un perfil clave para el sector por su rol de compradora (algunas marcas, incluso, se atreven a situar el porcentaje de compras realizadas por ellas entorno al 70% -porcentaje que se dispara si las compras son para los más pequeños-), ahora puede serlo como consumidora. UNA OPORTUNIDAD PARA LAS MARCAS Aunque el porcentaje de ventas de material deportivo y sportwear para mujer aún esté muy lejos del de hombre y ello provoque ciertos recelos al comercio deportivo a la hora de realizar sus programaciones, esta categoría tiene algunas ventajas que marcas y detallistas deberían tener muy en cuenta. La mujer sigue sin ganar peso en el comercio deportivo [ESPECIAL MUJER] ts36 Las marcas se han dado cuenta de que adaptar las colecciones masculinas no es la solución y que la mujer tiene unas necesidades diferentes a las del hombre, busca un producto muy diferente al que busca el hombre y, sobre todo, prioriza aspectos muy diferentes Las líneas específicas para mujeres están ganando protagonismo a pasos agigantados en las colecciones de las grandes marcas. Sin embargo, su crecimiento en el comercio multideporte es practicamente nulo. Especialistas y canales alternativos son los que mejor están sabiendo responder a esta nueva realidad. El comercio deportivo sigue teniendo un look exageradamente masculino
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