por encima de los que ofrecen cadenas de moda y algunas cadenas de deporte. A pesar de lo que acabamos de ver, un tanto desalentador para el sector, cuando los niños se hacen mayores y entran en la adolescencia, las cosas cambian un poco. Tanto en ellos como en ellas –aunque en menor medida-, la marca gana peso, y aunque muchas veces sus preferencias se dirigen hacia la moda, hay determinados segmentos, como el gliss, que han sabido despertar el interés de este target, uno de los más importantes, por volumen y gasto, que tiene actualmente el sector. Muchos jóvenes quieren vestir con marcas surferas. Y el sector, hace años, que está aprovechando este filón porque, por suerte, las marcas de este universo han sido muy fieles al canal. UN TARGET CON GRAN POTENCIAL Aunque seguramente muchas de nuestras reflexiones han pecado de pesimismo, sobre todo por lo difícil que resulta para marcas y tiendas luchar contra Decathlon y las cadenas de moda infantil, la categoría niño sigue siendo una de las que mayor potencial tiene para el sector de artículos deportivos. No será fácil convencer a los padres de que para comprar un chándal de primer precio es mejor entrar a una tienda de deportes que a una cadena de moda, pero el hecho de que cada vez haya más marcas del sector que tienen una oferta más variada, asequible y, sobre todo, adaptada a lo que buscan los niños y, especialmente, sus madres, nos hace ser optimistas: hay que tener muy en cuenta las posibilidades que disponen las tiendas que quieran apostar en firme por esta franja de edad. No en vano, no hay que olvidar que el niño (de los 0 a los 16 años) es una de las categorías que más ha evolucionado en los últimos años, y si hace apenas una década las ventas apenas representaban un 8%-9% del total del sector, hoy en día este porcentaje está por encima del 17%. Estos datos confirman que pese a la fuerte competencia que representan los canales alternativos y algunas cadenas del sector, apostar por esta categoría es una buena oportunidad para marcas y tiendas que buscan diferenciarse, tanto en material atlético como en ropa para el día a día. El buen trabajo que han hecho algunas marcas para dar protagonismo a sus colecciones de niño ha servido para que la brecha entre el sector y los canales alternativos sea cada vez más pequeña. Muchas marcas están siendo capaces de luchar contra el factor precio ofreciendo productos que, en PVP no se alejan mucho de los de Decathlon o Zara. El problema es que los padres y, en especial las madres, siguen sin sentirse seducidas ni por las tiendas de deporte ni por las marcas. Tenemos que luchar para que la tienda deportiva se convierta en el principal proveedor de los niños. ¿Por qué pudiendo vestirse de arriba a abajo en una tienda de deporte, sólo el 15% de su fondo de armario lo ha comprado en el canal? Eso es lo que hay que solucionar. La oferta la tenemos; falta atraer a la demanda. También es importante, sobre todo de cara al material atlético, que desde el sector se apoyen iniciativas para potenciar la práctica deportiva entre los más pequeños. La tecnología ha hecho mucho daño al sector, tanto por el desvío del gasto –y de las preferencias- como, sobre todo, por su incidencia en la práctica deportiva. Tenemos que luchar para que los niños hagan más deporte. Aunque sea por interés. Al fin y al cabo, los niños de hoy serán nuestros mejores clientes el día de mañana, y si no hacen deporte -ni tienen ningún interés por las marcas deportivas-, el sector seguirá perdiendo fuerza.
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