Confío en el sector Tengo mucha confianza en el sector, en los profesionales –detallistas, representantes, proveedores- que trabajamos en él. Creo que si somos capaces de afrontar con realismo, humildad y honestidad los nuevos retos de este noveno año del siglo XXI, si recordamos cómo hemos llegado hasta aquí, todo lo que hemos construido y alcanzado, nuestras posibilidades nunca han dejado de ser enormes. Como me decía mi abuelo, los españoles hemos tenido un grave problema al vivir una guerra civil en vez de una guerra mundial, ya que este hecho nos dividió entre nosotros en vez de unirnos frente a un enemigo común. Hay que potenciar el magnífico ejemplo de los éxitos alcanzados por el deporte español en las pasadas Olimpiadas y, concretamente, los resultados obtenidos por los deportes de equipo. Hemos conseguido un merecido liderazgo europeo en este aspecto con las medallas en baloncesto, balonmano y hockey, mientras que Alemania, Francia u Holanda, tan sólo han conseguido una, y Gran Bretaña o Italia ninguna. A menudo restamos y dividimos, en lugar de sumar y multiplicar. En vez de rivalizar deberíamos construir sinergias entre proveedores y detallistas, tenemos que seguir el ejemplo de los deportes de equipo, compartiendo para competir y ayudándonos en esas individualidades en las que ya somos líderes, para consolidar el sector. Humildemente, considero que ya va siendo hora de que definamos estrategias conjuntas para trabajar un posicionamiento sectorial a medio y largo plazo, que contribuya a consolidar esta realidad plural que somos capaces de ofrecer y compartir. Aprovechemos el momento dulce y envidiable que viven nuestros deportistas, esa imagen que estamos siendo capaces de proyectar en equipo, juntos, uniendo estrategias, y mensajes que nos hagan a todos más atractivos, fruto de esa unión de culturas y tradiciones que muchos países en el mundo ya quisieran tener. 2009 va a ser un año de transición, de planteamientos diferentes e innovadores, de aprender nuevas fórmulas de atracción y colaboración; va a ser un año de reflexión y búsqueda de enfoques diferenciadores, un año para aunar esfuerzos y trabajar en la construcción de un futuro diverso y apasionante. Ahora, más que nunca, no hay que pretender ser de todo para todos, sino liderar el panorama sectorial con acciones de referencia y notoriedad pública. Confiemos en nuestras posibilidades colectivas, son infinitas, estoy seguro de que nos uniremos para resolver nuestros problemas. Como ya he escrito en otras ocasiones, ninguno de nosotros es mejor que todos nosotros. Ante la imperiosa necesidad de inyectar sentido común, optimismo, ilusión, talento, creatividad, voluntad, ganas de luchar, capacidad de emprender y aprender… y un eterno etcétera, os escribo un texto de Albert Einstein que lleva varios días circulando por Internet y que creo que nos viene al pelo. “No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar "superado". Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla”. La pereza y la incompetencia deberían ir quedando relegadas a esa minoría que, de una u otra forma, está condenada a extinguirse poco a poco, para dejar paso a los que de verdad tenemos ganas. Con un poco de suerte, cada vez vamos a ser más los que, con una mentalidad abierta e inquieta, vayamos creando nuevos proyectos o iniciativas que profesionalicen este sector, recuperando nuestra maltratada identidad. Querer es poder... Andrés de la Dehesa (adehesa@sportmas.com)
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