TradeSport 161 - Diciembre 2008

ts55 nes ejecutadas con mucha antelación que se acaban convirtiendo en stocks que habrá que vender con descuentos y que, por lo tanto, acabarán dilapidando la facturación… El Grupo Oxylane ha hecho sus propios cálculos: "Si consideramos únicamente la rentabilidad, una bicicleta montada en Portugal es 5 euros más barata que una bicicleta montada en Francia. Pero si hacemos un análisis más global, la proximidad del lugar de producción limita los riesgos de roturas de stock y, a la larga, eso conllevará muchos beneficios”. Son palabras de Dominique Daguillon, director de B’TWIN, en la presentación del proyecto B’TWIN Village del que hemos hablado anteriormente. Lo que viene a decir Daguillon es que Oxylane acepta perder un poco de dinero en su producción porque sabe que lo va a recuperar por otras vías”. Pierre-André Doucet, responsable de estudios de la Federación Profesional de empresas de deportes (FPS) ratifica la posición de Oxylane: “La relocalización puede conllevar, a corto plazo, un aumento de los costes, pero a medio y largo plazo, la mejora de la cadena de suministros aportará importantes beneficios". Acercando la producción a los mercados de consumo se conseguiría, sobre todo, una reducción de los procesos en la cadena de suministros. Algo que hace años que ya han entendido las mejores marcas de prêt-à-porter. "Existe una brecha entre las marcas deportivas, que operan principalmente con dos colecciones al año, y algunas marcas textiles, capaces de renovar parte de su oferta cada mes. El ejemplo perfecto es Zara, que ha basado su éxito en la reducción de su ciclo de oferta a través de la producción localizada principalmente en Europa”, afirma Pierre-André Doucet. Y sin duda, tener una oferta que se renueva a menudo es un valor añadido para que la gente acuda con mayor frecuencia a la tienda. Reducción de los procesos de producción, previsiones más precisas de los pedidos, la lucha contra las roturas de stock, optimización de transporte… todas estas cuestiones son la razón de ser del ECR (Respuesta Eficiente al Consumidor) un proyecto colaborativo que anima a proveedores y distribuidores a potenciar los intercambios de información para que la cadena de suministros sea más eficiente y menos costosa. En el sector de artículos deportivos el trabajo se inició en abril de 2007 como parte del programa ECR SPORT. En el ámbito de los consumidores, donde surgió el ECR, las ganancias obtenidas con la mejora de las operaciones logísticas alcanzaron el 4%, de acuerdo con un estudio realizado por ECR Francia. El sector del deporte, sin duda, tiene mucho que aprender. El regreso del Made in Europa El problema, en definitiva, es saber qué tipos de productos merece la pena fabricar cerca de las zonas de consumo de Europa occidental. No es cuestión de desertar de Asia de un día para otro. Para Didier Dreulle, CEO de Asics Francia, "lo ideal es fabricar los lanzamientos y las colecciones permanentes en Asia por razones de precio y, a continuación, fabricar los complementos de la colección más cerca para, así, limitar las roturas de stock”. Y así es como ya trabajan muchas empresas textiles. La elección de la ubicación de los centros de producción también depende de la complejidad de los productos, del tiempo de mano de obra necesario, del origen geográfico de las materias primas que contienen e, incluso, de su forma y tamaño, ya que ello tiene un impacto sobre el precio del transporte. Como más tiempo de mano de obra requiera un producto, más interesante será importarlo desde Asia. En cuanto a la mano de obra, las diferencias siguen siendo abismales. Y eso incidirá en el tipo de productos que se seguirán importando de Asia. "La producción de textil básico se mantendrá en Asia siempre. Son productos que no se venden caros y cuyo transporte es muy económico porque ocupan poco espacio”, dice Gil Yaniv. En cambio, los productos que deben responder a las últimas tendencias de la demanda, tanto en estilo como en cantidad, son los más susceptibles de ser fabricados en centros más cercanos. Por último, queda preguntarse en qué país sería aconsejable trasladar la producción. ¿En Europa del Este? ¿en Europa el sur? ¿en el Norte de África? o ¿en el propio país? Todo dependerá del tipo de producto, aunque ya hay determinadas tendencias: Europa del Este, que ofrece sólidos conocimientos industriales y una mano de obra cualificada a un precio bastante bueno, tiene sus adeptos, especialmente Rumania y Bulgaria, donde el grupo Amer ya ha producido algunos de sus esquís. Sin embargo, también hay muchos proveedores y distribuidores que apuntan un poco más al este, hacia Ucrania y Moldavia, países donde los costes laborales son más bajos que en la Unión Europea y la legislación laboral más tolerante. Otros grupos prefieren ir hacia el sur: “Túnez tiene la gran ventaja de estar a 2 horas en avión de Francia y a sólo 24 horas del puerto de Marsella. Además es un país de habla francesa”, señala Dominique Bergin, CEO de Look Cycles, empresa que hace 7 años decidió trasladar la fabricación de los cuadros de sus bicicletas al país norteafricano. Y para los que no encuentran su cuenta ni en el este ni el en sur de Europa, siempre hay la opción de fabricar en territorio nacional y aprovechar el filón del Made in Europe. El aumento de los costes de producción en Asia, y particularmente en China, por la subida del coste salarial y por la revalorización del yuan. La necesidad de responder más rápidamente a las fluctuaciones de la demanda de los mercados de la Europa Occidental. La búsqueda de una mayor calidad y seguridad de los productos. El previsible aumento de los costes de transporte. La necesidad de conservar y proteger el know-how industrial de los países europeos. Los ejemplos de empresas como Zara, que consiguen crecer fabricando en Europa. La inevitable tasación de los productos en función de los kilómetros recorridos. La preferencia de los consumidores por los productos hechos en Europa. Las grandes diferencias económicas que todavía existen entre la producción en Asia y la producción en la zona euro mediterránea. El coste de la mano de obra es alrededor de 7 veces más alta en Francia que en el Norte de África o Europa del Este y 14 veces más cara que en Asia. La situación económica actual ha provocado una caída de los precios del transporte (mejores precios en las navieras y caída del precio del crudo). La progresiva desaparición del know how en algunos países europeos. La producción de textil básico se mantendrá en Asia. Son productos que no se venden caros y cuyo transporte es muy económico. En cambio, los productos que deben responder a las últimas tendencias de la demanda, tanto en estilo como en cantidad, son los más susceptibles de ser fabricados en centros más cercanos. ¿QUÉ NOS EMPUJA A TRASLADAR LA PRODUCCIÓN? ¿QUÉ PUEDE FRENAR ESTE TRASLADO? Fabricar en China es barato peró también conlleva muchas desventajas

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