TradeSport 161 - Diciembre 2008

ts54 El segundo fabricante mundial de artículos de deporte lleva tiempo planteándose la cuestión muy en serio. El pasado mes de julio, adidas, que fabrica gran parte de sus productos en Asia, anunció que estudiaría "una nueva distribución de sus centros de producción por razones económicas y geopolíticas” con el objetivo de lograr "una mejor distribución del riesgo”. ¿Significa eso que el gigante alemán dejará de fabricar en Asia y trasladará sus centros a los mercados europeos? La decisión que debe tomar la marca alemana no se hará efectiva a corto plazo, porque es un asunto muy complejo, pero sin duda, que una empresa como adidas se esté planteando esta posibilidad no deja de ser significativo. El Grupo Oxylane (Decathlon), también ha hecho esta reflexión sobre la producción de sus artículos, pero a diferencia de adidas, ya ha tomado las primeras medidas: a finales de 2010, su marca de bicicletas B'TWIN inaugurará en la ciudad francesa de Lille, un megacentro de 184.000 metros cuadrados que albergará una planta de ensamblaje, un centro de desarrollo, una tienda, una zona de prácticas y una escuela de formación. El grupo ya tiene centros de producción en países donde la producción es más barata que en Francia, pero es consciente de la rentabilidad que puede aportarle acercar esta producción a la demanda (ahorro en transporte, control de stocks, mejor servicio…). ¿Son adidas y Decathlon dos casos únicos o la idea de fabricar artículos deportivos en Europa del Este, Europa del Sur, el Magreb o Francia, en lugar de Asia, será una realidad cada vez más habitual? Gil Yaniv, consultor de la empresa DIAGMA, señala que “hay ciertos movimientos de reubicación, pero aún no es una tendencia” A corto plazo, los subcontratistas chinos, vietnamitas o pakistaníes no tienen que preocuparse por sus pedidos. Asia, sinónimo de precios bajos, se beneficia de las preocupaciones sobre el poder adquisitivo en Europa. También se aprovecha, como parte de su competitividad, de la caída de los precios del transporte marítimo (para transportar un contenedor de Asia a Europa se pagan actualmente alrededor de 400 ó 500 dólares, un tercio de lo que se pagaba hace un año), del doble efecto que provoca la caída del precio del barril de petróleo y de la sobreoferta de buques que hay actualmente y que es el reultado de la crisis global en la que estamos inmersos”, como señalan Olívíer de Panafieu y Michel Jacob, Responsables de las Relaciones con la Gran Distribución y de la Cadena de suministros de Roland Berger. No es ningún disparate pensar que a medio y largo plazo, el volumen de producción en Europa y Asia podría equipararse. "Evidentemente, fabricar en Asia todavía ofrece una serie de ventajas económicas muy importantes, pero las crecientes desventajas que también conlleva, están equilibrando poco a poco la balanza”, advierte Ribeaucourt Dominique, director industrial de Lafuma, un grupo que produce una tercera parte de sus productos en la zona euro mediterránea y dos terceras partes en Asia. China: menos barata… y demasiado lejos Hay varias razones que podrían animar a las empresas a deslocalizar sus fábricas. La primera cuestión es la económica. La región de Asia, y China en particular, ya no son tan baratas como antaño. "El aumento del coste de la mano de obra en China (un 10% al año) será necesariamente una argumento de peso para que se multipliquen los traslados de empresas a Europa y al Norte de África” señala Yves Marín, fundador de la consultoría Dashkoma, entre cuyos clientes se encuntran empresas tan importantes como por Darty, Casino e Intersport. La mecánica del cambio de divisas, además, acentuará este fenómeno. El yuan (la moneda china) fue revalorizada frente al dólar, lo que replantea los costes de la producción en China. Además, el equilibrio de poder entre el euro y el dólar ha cambiado, lo que influye directamente en la elección de la ubicación. "El actual declive del euro frente al dólar provocará un reposicionamiento de algunos de nuestros centros de producción en el norte de África", explica Philippe Joffard, CEO del grupo Lafuma. El segundo problema, a parte del precio, es la distancia. China está a unos 25-30 días de Europa en barco. Y más si el clima no acompaña o si el calendario chino no supone un contratiempo: “Cuando la entrega debe comenzar durante el Año Nuevo chino perdemos un mes” señala, medio en broma, Cécile Cardin Brichet, responsable de comunicación de la cadena de ópticas Atol, que en 2005 decidió trasladar algunas de sus producciones asiáticas de monturas hacia el valle de Ain, en Francia. Y éste es uno de los principales fallos de la producción en Asia: su falta de agilidad y de respuesta. "Con los proveedores asiáticos hay que tener claro que pasarán 4 ó 5 meses desde que se hace el pedido hasta que se recibe, mientras que si se fabrica en el Norte de África o en Europa, este tiempo se acorta a 2 ó 3 meses como mucho”, explica Dominique Ribeaucourt, de Lafuma. “Con esta realidad es muy difícil mantener las tendencias actuales de la demanda. Sin olvidar que las grandes importaciones obligan a tener unos stocks de seguridad que cuestan mucho dinero”. Beneficios de la reducción del ciclo de producción La falta de respuesta es una fuente de déficit muy grande. Productos que no llegan a tiempo a Europa, y, por lo tanto, ventas perdidas; órde- [producción] Relocalización industrial “Existe una brecha entre las marcas deportivas, que operan principalmente con dos colecciones al año, y algunas marcas textiles, capaces de renovar parte de su oferta cada mes. Zara, que ha basado su éxito en la reducción de su ciclo de oferta a través de la producción en Europa” En su edición de noviembre, Filière Sport -la revista de la Federación Profesional de Empresas de Deporte y Ocio (FPS)- publicó un interesante artículo sobre la relocalización industrial y las posibilidades reales de que cada vez haya más fabricantes de artículos deportivos que trasladen sus centros de producción de Asia a zonas más cercanas a los mercados europeos. Estas relocalizaciones son aón poco frecuentes pero podrían multiplicarse si los costes siguen aumentando. En un futuro no muy lejano, acercar producción y demanda puede ser clave para cualquier empresa. Desde Tradesport hemos creído que el artículo podría ser muy interesante para nuestros lectores y hemos decidido publicarlo. Es un tema que, sin duda, va a centrar muchos debates en los próximos meses. Cada vez hay más empresas que se plantean dejar de producir en Asia y hacerlo en Occidente

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