ts25 entorno que a menudo no les entiende. Un reciente estudio realizado por Mix Ideas, empresa especializada en la observación y análisis de tendencias, ha intentado definir este grupo de adolescentes y jóvenes, y las conclusiones no son muy diferentes que las que pueden sacarse tras el estudio de Boschma y Groen. Para los autores del estudio la generación toobee se caracteriza por ser adolescentes resignados, cansados, poco arriesgados e, incluso, conservadores. No se cuestionan lo que sucede a su alrededor, ni quieren destacar o ser líderes. Esa pasividad se traduce también en la política. No se decantan por un partido concreto y critican a unos y a otros. Su postura suele ser más social, aunque en realidad son incapaces de movilizar los cambios. Como consumidores son altamente materialistas y consumistas, auténticos compradores compulsivos, algo que reconocen y les gusta. Eso sí, no tienen un interés excesivo por las marcas, premiando aquellas que son más cercanas, por considerar que les entienden mejor, y aquellas más baratas o que desarrollan acciones gratuitas, debido al bajo poder adquisitivo que tienen. Ese consumismo se convierten su nexo de unión con el grupo de amigos, es un acto social en sí mismo. Por ello, al margen de que tengan o no dinero, el consumo es un elemento primordial en sus vidas. En cuanto al mundo laboral, es un aspecto que tienen bastante idealizado, por considerarlo lejano en el tiempo, y son muy funcionales. Es decir, no sueñan con ser artistas, sino más bien apuestan por aquellas profesiones que creen que les aportarán un mayor nivel económico y que les podrían permitir llevar una vida acomodada. Estudiar en la universidad es una meta fundamental y ven como algo catastrófico el hecho de no llegar a ella. A pesar de esto, están convencidos de que no se desarrollarán profesionalmente de forma satisfactoria y dudan de sus capacidades y de la respuesta de la sociedad. Asimismo, para ellos el grupo de amigos suele adquirir una gran importancia, tanto para escapar del aburrimiento como para encontrar afecto, llegando a superar en importancia a la propia familia. Es su base emocional. Al margen de los encuentros cara a cara, las vías de contacto a través de internet, lejos de perjudicar esas relaciones personales con las amistades, suponen la consolidación de los vínculos sociales. Un ejemplo de ello es la creación de fotologs (blogs en los que priman las imágenes), para subir fotografías propias y del grupo, y compartirlas con el resto. Algo similar ocurre con las redes sociales. A través de ellas, los toobees pueden estar en contacto continuo con sus amigos y, sobre todo, saber que todos ellos están ahí. La barrera entre las relaciones sociales físicas y las virtuales se diluye de nuevo, y las redes sociales se convierten en una extensión del parque y del botellón. Todo esto se resume en un "No sin mis colegas" como forma de vida. Y eso también se refleja en el consumo. Para los toobees, la información es una de sus principales necesidades. Es la primera generación que empieza a traspasar la barrera del cúmulo de información, para pasar al conocimiento depurado. Dejan de lado la importancia de tener grandes cantidades de información y saben seleccionar de manera natural la que realmente les interesa. Esa capacidad de selección implica que también sean rápidos a la hora de tomar decisiones, así como de cambiar su decisión. Por ello, en el futuro, se les deberá tener en cuenta como un nicho de mercado particular y se tendrá que pasar de la fidelización estricta a la vinculación, más puntual. Las emociones tendrán, a partir de ahora, un poder significativo. La canalización es otra de sus características, pero no con una connotación negativa. Los toobees pasan de un extremo a otro: si algo les gusta, se entregan por encima de todo. En cambio, si la sociedad no les aporta nada interesante, se centran en lo banal como fórmula de escape. De este modo, adquiere un gran valor lo anodino, lo pasajero y lo insustancial. Por eso los realities tienen éxito entre los toobees españoles, así como también la página web YouTube, programas de humor, etc. Prefieren reírse de todo para no ver su propia mediocridad o la del mundo que les rodea. Por otra parte, los toobees valoran los pequeños detalles como elementos que los ayudan a transmitir emociones y los ubiquen en un grupo. Un ejemplo de ello puede ser una camiseta con algún tipo de mensaje. También adquiere especial relevancia el teléfono móvil, que deja de ser un simple objeto con el que comunicar se y se convierte en una herramienta con la que integrarse en el grupo de amigos, mediante el intercambio de juegos, la escucha de música en alto, agendas compartidas, etc. Las empresas tienen muy claro cuál es su target más importante y, como hemos dicho, para muchas de ellas y, especialmente, para las vinculadas al sector deportivo, los jóvenes de entre 15 y 30 años conforman el grupo con mayor potencial. Y aunque cada vez es más complejo definir estereotipos, es importante tener en cuenta los muchos estudios que aparecen año tras año analizando comportamientos y rtendencias de este grupo. Las empresas saben que cada ves es más difícil llegar al consumidor, y sólo conociendo qué es lo que realmente despierta sus emociones se podrá “llegar” a ellos. Con el tiempo el marketing deberá agudizar mucho más sus estrategias, partiendo de la base, siempre, de que la homogeneización desaparece a un ritmo rápido y hay que comenzar a individualizar los mensajes. Los grupos se atomizan y eso, a pesar de todo, puede suponer una gran ventaja. Poder dirigir un mensaje concreto a un grupo concreto redcuirá los costes y aumentará las posibilidades de que el retono sea el deseado. Los jóvenes cambian a una gran velocidad y sólo las empresas que sean capaces de adaptsrse a estos cambios podrán entrar en sus mentes. Como consumidores son altamente materialistas y consumistas, auténticos compradores compulsivos, algo que reconocen y les gusta. Eso sí, no tienen un interés excesivo por las marcas, premiando aquellas que son más cercanas y, también, aquellas más baratas. Para los jóvenes de hoy la información es una de sus principales necesidades. Es la primera generación que empieza a traspasar la barrera del cúmulo de información, para pasar al conocimiento depurado. Dejan de lado la importancia de tener grandes cantidades de información y saben seleccionar de manera natural la que realmente les interesa.
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